De los trucos en patineta a estar detrás del lente de una cámara

Lunes, 04 Mayo 2020 20:04
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Entrevista con Luis Guillermo Ospina, un fotógrafo de 40 años que, por cuestiones del destino, pasó de ser un 'Juanpis González' a "hacer que la comida se vea sexy". Esta es la mirada a su vida y obra, así como las cosas que lo apasionan e inspiran.  

“La fotografía es inmortalidad, es dejar un segundo inmortalizado para la historia”||| “La fotografía es inmortalidad, es dejar un segundo inmortalizado para la historia”||| Foto: Cortesía Luis G. Ospina|||
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Nacido en Manizales, pero criado en Bogotá, Luis Guillermo Ospina fue fotógrafo por accidente. Cuando pequeño su pasión era el skateboarding, un deporte que se concentra en realizar trucos en patineta, y con el que Luis Guillermo recorrió gran parte de Colombia hasta que una lesión en la rodilla izquierda lo dejó sin patrocinadores y fuera de competencia.

A raíz del accidente, Luis tuvo que cambiar su plan de vida, recuerda que fue un momento en el que las dudas y la incertidumbre ocupaban su mente día y noche. Sin embargo, y aunque siempre odió estudiar, tal como lo sentencia su buzo favorito, en el que se lee: ‘I Hate Study’ (Yo odio estudiar), decidió inscribirse en la carrera de publicidad de la Universidad Jorge Tadeo Lozano pensando en que eso le permitía explotar su creatividad, ya no en las piruetas que podía hacer en patineta, sino creando productos.

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Así, estudió, se graduó y no contento con ser publicista, decidió incursionar en la industria de la moda creando su propia marca de vestidos de baño Wave Lingerie. Para el 2007, viajó a la capital de la moda, Nueva York, con el objetivo, una vez más, de profesionalizarse, esta vez como diseñador de modas en el Fashion Institute of Technology. Estando en la Gran Manzana, este publicista recordó que la única materia en la que lo habían eximido en la universidad en Colombia había sido fotografía, por lo que se animó a estudiarla también en Estados Unidos.

Publicista, diseñador de modas y fotógrafo. Ahora que lo piensa, Luis Guillermo recuerda que, además de montar patineta, cuando era pequeño le encantaba ver transmisiones por televisión de las grandes pasarelas de la moda porque creía que “eran una forma de resaltar la belleza femenina”.  Por eso, no se le hizo raro que, ya que lo del deporte no pudo ser, a lo que se dedicara de grande fuera a captar la esencia de cada mujer que posara frente al lente de su cámara.

Con el paso de los años, Luis Guillermo no solo aprendió y mejoró sus técnicas fotográficas, también se dio cuenta de que podía involucrar en su vida profesional lo que más le gusta, la comida.

En una oportunidad que, como la mayoría, llegó de forma inesperada, Luis fotografió por primera vez un plato de comida en un conocido restaurante de Bogotá y desde entonces, hace más de siete años, se dedica a “hacer que la comida se vea sexy” en cada una de sus capturas.

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Por eso,  Luis se esfuerza porque su trabajo le haga honor a ese dicho de que la comida entra por los ojos. Así, se niega rotundamente a usar elementos que no sean comida en sus retratos de alimentos porque, en sus propias palabras: “Vender un producto a un consumidor es que desde la foto sepa qué es a lo que le va a invertir”.

Disfrutando de una taza de café, Luis Guillermo, el polifacético profesional al que una jugada del destino lo llevó a ser fotógrafo, nos cuenta más sobre las vueltas que le ha dado la vida en medio de una industria en la que se esfuerza por dejar, como dice él, “un segundo inmortalizado para la historia”.

“Mi trabajo siempre está basado en capturar momentos reales y naturales, captar las personas y no retocarlas para que parezcan perfectas”

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¿Qué lo impulso a ser fotógrafo? 

La verdad no tengo la menor idea. Como yo he montado skate toda la vida pues me ha gustado mucho la fotografía por ese lado, captar momentos de alguien haciendo skate o incluso fotos mías practicando. También, hace varios años, me la pasaba viendo mucho FashionTV que era un programa de  moda donde mostraban las pasarelas de París y fotografías de modelos.

¿Qué técnicas y cámaras utiliza?

Toda la vida he usado cámaras Canon por tradición familiar. Además, mi experiencia y lo que he ido conociendo me permite notar que el manejo de colores de Canon es mucho mejor que el de otras cámaras. En cuanto a la técnica, cada fotógrafo tiene muy mentalizado sus intereses y estilo, por ejemplo yo tengo una composición destacada, me gusta mucho la fotografía blanco y negro, también me gustan los planos americanos y abiertos porque permiten salirse de lo común.

¿Qué es lo que quiere expresar en esas fotografías?

Quiero expresar naturalidad por eso mis fotos nunca tienen edición. Muchos fotógrafos hacen fotos sin buena luz o sin cuidar ciertos detalles para después con producción, lo que se conoce como photoshop,  arreglarlas. Desde que empecé en la fotografía me ha gustado tener el control absoluto de la luz, del encuadre y de la composición de la cámara. Mi trabajo siempre está basado en capturar momentos reales y naturales, captar las personas y no retocarlas para que parezcan perfectas.

Mi inspiración la tengo desde la naturaleza de la persona porque cada quien tiene su propia personalidad, energía y alma que los hace diferentes. Mi trabajo es captar eso, lo diferente de cada ser, por eso cuando voy a tomar fotos y la modelo está nerviosa me gusta hacer que se sienta en confianza, antes de empezar le cuento de mi vida para que se suelte, se ría y disfrute. Lo más lindo para mí de la fotografía de retrato es captar la esencia de cada persona, todos tenemos una historia que contar y eso se refleja en los ojos.

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¿Existe algo que no le guste fotografiar?

Tengo que decir que hay cosas que no me gustan, como en todo. En lo personal no me gusta tomar fotografías de hombres ni de productos en fondo blanco, es una pesadilla porque no tienen gracia ni vida. Lo que más odio de la fotografía es sentarme a editar, me parece cansón porque es como cuando dejan tareas en el colegio que uno no quiere hacer, me da pereza.

¿Cuál de sus fotografías es su favorita?

Es difícil, no tengo una foto favorita en general pero si de cada cosa. Tengo una foto favorita  de alimento, de skate y de retrato. Son fotos que me encanta y me fascinan.  

Mi foto favorita de comida es una de las primeras que hice de este tipo, fue una gran experiencia porque fue la oportunidad que me dio la mamá de una amiga, que era jefe de operaciones del Salto del Ángel, de poder trabajar en alimentos y me pareció muy lindo. 

La foto de skate muestra que si bien no me gusta fotografiar hombres para el skate es diferente. Este deporte es mi pasión, transformó mi vida desde los ocho años que fue cuando me monte en una patineta por primera vez. Esta foto es todo lo que me gusta, muestra fuerza y movimiento.

La foto de retrato es de mis favoritas porque me encanta la belleza, las mujeres, la figura humana. Al principio como todo fotógrafo quería desvestir a las modelos, todos quieren empelotarlas a todas, pero después me fui por el camino de apreciar la belleza desde las facciones hasta los gestos de las modelos como mujeres.

¿Hay alguna fotografía que le hubiera gustado hacer?

Ninguna. Tengo una filosofía de vida que es nunca planear nada, cuando las cosas no salen como uno quiere pues nos frustramos entonces es mejor la sorpresa que la decepción.

¿Por qué fotografiar alimentos?

Porque la comida también se merece ver sexy, deliciosa e impecable. Para mí los alimentos merecen respeto, por eso me niego a hacer este tipo de fotografía usando materiales que no son comida para hacer que la foto quede mejor. Mi teoría a la hora de hacer capturas a los platos está en hacer que la comida se vea tan bien como sabe.

La fotografía publicitaria suele ser engañosa, ¿qué tan impostada es la de alimentos?

No puedo con la fotografía engañosa, vender un producto a un consumidor es que desde la foto sepa que es a lo que le va a invertir. Es como cuando vemos fotos de hamburguesas de Mcdonalds, se ven gigantes pero cuando las recibimos son pequeños e insignificantes trozos envueltos en un papel. Entonces, fotografió comida  100% real.

¿Cuál alimento o preparación le ha sido más difícil de fotografiar?

Los líquidos son muy difíciles de fotografía porque los vasos, las copas, y este tipo de recipientes tienen alta exigencia, no se puede ver el reflejo del lente o lo que está detrás de la toma porque daña la esencia del alimento. No debe salir absolutamente nada.

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¿Tiene algún alimento favorito de fotografiar?

Sin duda la hamburguesa, es una comida deliciosa que le gusta a todo el mundo y he tenido buenas experiencias fotografiándolas porque después me las puedo comer. 

¿Cómo es la preparación para hacer una sesión de fotos de comida? 

En algunos lugares sí, me dicen “comételo todo” o “escoge lo que más te guste”. Pero hay quienes son más tacaños y dicen que no, entonces reparte la comida entre la gente del lugar. Pero la mayoría de veces sí, eso me ha permitido probar las comidas más deliciosas que he comido en la vida.

Para hacer las fotografías de alimentos uso dos luces y la cámara Canon 6D Mark II porque este equipo es muy versátil, tiene una configuración de colores y resolución especial para alimentos.

En una palabra, ¿qué es la fotografía para usted?

Inmortalidad. La fotografía es dejar un segundo inmortalizado para la historia, bien sea de una persona, un alimento o de lo que sea. Nunca nada vuelve a ser igual, por más de que se imiten las poses o se prepare lo mismo, cada foto es un momento único inmortalizado.

En la época de elecciones presidenciales del año 2018 en sus redes sociales publicó varias fotografías de mujeres con pie de foto: “menos política más piel”. ¿De qué se trató ese proyecto? 

La política me parece aburrida y estúpida, es como las guerras, está hecha por dos personas que se odian pero  no se hacen daño entonces mandan a los borregos, que ni se conocen ni se odian, a matarse por una ideología que no es de ellos.  La política no tiene sentido, es una guerra de izquierda y derecha, Petro y Uribe. Entonces, la idea del proyecto es dejar esa estupidez a un lado y mostrar piel que es algo que requiere personalidad, autoestima y amor propio. A todos les gusta la piel pero solo pocos se atreven a mostrarla.  

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Otro de los proyectos que muestra en sus redes sociales es el de vestidos de baño. En sus cuentas de Instagram y Facebook ha publicado sus diseños y asegura que son piezas únicas que una vez vendidas no se producirá otra igual. ¿Cómo nació esta idea?

Se llamaba Wave Lingerie, pero estoy planeando cambiarle el nombre a la marca. Empezó con una ex novia cuando estaba terminando la Universidad, me termino antes de hacer el primer diseño y me dijo que tomara el proyecto porque nunca iba a lograr nada en la vida. Al principio me dedique a buscar un taller en el norte de Bogotá para que me cociera y lo encontré en la 85 con 11, era de dos hermanos que me ayudaron a corregir los diseños y me impulsaron a estudiar algo relacionado con la moda, por eso me fui a Nueva York. Luego de pulirme, tanto en diseño como en fotografía, que fue lo que estudie allá, vine y empecé las fotos de vestidos de baño.

¿Cómo es su relación con la ropa?

Sí, claro. Soy el tipo de persona que se casa con algunas marcas, me gusta estar impecable y es algo en lo que me fijo, que todo combine con todo. Me encanta la moda, aunque tengo un look descomplicado me gusta marcar mi estilo.

¿Qué decirle a quienes consideran que la industria de la moda es un tema de egos?

De egos no. Tal vez suene fuerte pero como lo decía Karl Lagerfeld, las mujeres gordas critican las modelos mientras están sentadas en un sofá comiendo papas fritas. La moda, tengo que decirlo así suene mal, no está hecha para todo el mundo y la ropa tampoco. Desafortunadamente la moda no está hecha para personas de tallas grandes sino para esbeltas, aunque hoy en día ha cambiado mucho esa noción yo mantengo la visión antigua y por eso solo fotografió mujeres flacas. Yo fui gordo y la ropa me quedaba fea, ahora soy delgado y la ropa me queda y me hace sentir mucho mejor.

“Sería un 'Juanpis González', mi entorno me habría convertido en eso. El lugar donde estudié y lo que querían mis papas para mí me hacía un niño lindo”

¿Cree que la forma de vestir empodera a las personas?

Totalmente, la alta costura es glamour, belleza, elegancia. Hay una película de Nicolas Cage que es de un hombre que ve un saco de 4.000 dólares y trabaja para comprarlo porque dice que el saco lo hace ser mejor persona. La ropa tiene la capacidad de empoderar a las personas, por eso hay personal shoppers, diseñadores de moda y asesores de imagen.

¿Cómo imagina hoy en día su vida si se hubiera dedicado al skateboarding?

Sería un Juanpis González, mi entorno me habría convertido en eso. El lugar donde estudié y lo que querían mis papas para mí me hacía un niño lindo. El skate me enseñó demasiadas cosas porque es un deporte de calle, conocía gente de todos los estratos, ricos y pobres, pero fue una etapa en la que era como una celebridad. Era de los pocos skaters en Colombia que tenía un sueldo, me pagaban por montar, era un rock star. Me la pasaba de gira por el país, exhibiciones en Cali y Medellín, me pedían autógrafos, regalaba camisetas, sin lugar a duda fue una época muy chévere.

¿Cuéntenos cuando su vida lo llevó a Nueva York?

Mi hermano vivía allá, eso me facilitó las cosas porque era como estar en casa, a diferencia de muchos que tienen que luchar este tipo de cosas para mí fue fácil. Todo me gustaba de vivir allá, menos la nieve, la gente podía vestirse como quisiera porque nadie los iba a juzgar, por eso es una ciudad muy ‘fashionista’.

¿Cómo es la moda en una ciudad como esa?

Muy diferente. Lamentablemente en Colombia quienes se dedican al diseño creen que hacer algo loco es moda, va a sonar fuerte pero los travestis son quienes se dedican a esto en nuestro país y hacen de la moda algo lobo, extravagante y vulgar, una persona así no puede asesorar a nadie en cuanto a su forma de vestir. En Nueva York las personas que estudian moda saben lo que están haciendo, se dedican a lo que estudian, tienen todo claro. Con esto no quiero decir que los homosexuales sean o hagan cosas feas, Karl Lagerfeld era gay y su trabajo siempre fue impecable.

¿Cómo es allá la fotografía?

También es muy diferente. En Nueva York la fotografía te abre la mente, acá es muy la escuela cubana con parámetros fijos, todo está medido y se debe seguir de lo contrario está mal o no sirve. Juzgan por trabajos diferentes y arriesgados, por eso a los fotógrafos les da miedo atreverse y entonces hacen todo igual. Si tú ves los portafolios de la gente de Zona Cinco, Taller Cinco o de la Salle College, todos son iguales, tienen la misma luz, la misma foto, la misma composición, rara vez sale un fotógrafo con algo diferente.

¿Consideró dejar a un lado la fotografía por presión familiar?

Al principio fue un problema, todos me decían que por qué quería jugar a la fotografía, que estudiara una carrera de verdad que me permitiera conseguir un trabajo en una oficina de ocho horas diarias. A pesar de eso, siempre les dije que yo prefería trabajar una hora y tener mucho tiempo libre así no tuviera mucha plata.

¿Se considera un artista? 

Sí, lo que yo hago es arte. Hago arte con las fotos y con el diseño porque produzco cosas únicas y no masivas. Mi creación siempre será diferente. Incluso el skateboarding es arte, cada skater tiene un estilo único y una manera de patinar muy diferente así los trucos sean iguales.

“Por estos días todo es online, demasiado visual, hacen que la interacción sea por medio de lo que se puede ver”

¿Qué otros gustos tiene además de la fotografía?

Me gusta pintar, lo intente una vez y me fue muy bien. Tuve la oportunidad de hacer una pintura con dos grandes artistas y me dijeron que lo hacía bien para ser alguien que no había estudiado eso. También me gusta el ciclismo, los domingos me voy a almorzar a Guatavita o a la Calera en bicicleta y me regreso montando. Tengo un sueño, quiero recorrer mi país en bicicleta.   Hice del ciclismo parte de mi vida y me ayudo porque yo era gordo, además me demostró que era capaz de más cosas de las que pensaba de mí o me habían dicho.

¿Qué consejo le daría a una persona que este incursionando en la fotografía?

Que tenga paciencia porque las primeras cien mil fotos de un fotógrafo son terribles. Eso me lo dijeron y no lo creía, experimenté muchas cosas, me dediqué a observar y a escuchar consejos de fotógrafos para cada día mejorar mi trabajo.

¿Cuál cree que es el papel de la fotografía en estos tiempos de redes sociales muy gráficas?

Hoy en día la fotografía es más importante que antes, sobre todo por la pandemia. Por estos días todo es online, demasiado visual, hacen que la interacción sea por medio de lo que se puede ver.

¿Cree que un celular puede reemplazar a una cámara profesional?

Nunca. Con un celular se pueden hacer cosas chéveres pero nunca va a igualar a una cámara profesional. Los colores, la resolución y la captura son cosas que un celular no logra. Más bien diría que un celular con todos los avances que tiene, como de pixeles, puede ser una cámara semiprofesional pero no una profesional.

Con la llegada del Covid-19 a nuestro país se han tenido que cambiar muchas cosas de nuestra cotidianidad. ¿Cómo ha afrontado esta situación?

En este momento estoy ofreciendo talleres virtuales de fotografía que van desde lo más básico, que es conocer la cámara, saber la función de cada cosa, aprender a dominarla, hasta lo más avanzado. Es un reto porque hay quienes se apresuran y esto, como todo, es un proceso. En vez de gatear, caminar, trotar y correr, quieren correr de una vez. Enseño las funciones del ISO, del diafragma, la velocidad y otras cosas importantes. Las clases son por videollamada, yo tengo mi cámara y la persona tiene su cámara y juntos vamos paso a paso.

¿No es difícil sacar buenas fotos desde la casa?

No es difícil, yo he sacado muy buenas fotos desde mi casa y me encantan. Es una buena forma de empezar y se pueden lograr buenas capturas.

¿Cómo se pueden solicitar las clases?

Pueden llamarme a mi número que es 300 306 4104 o escribirme a mis cuentas de Instagram o Facebook donde aparezco como Luis Guillermo Ospina, así cuadramos una hora que nos funcione a los dos.