Millennials, centennials, baby boomers, generación z. Estos son algunos de los nombres que reciben los grupos de personas que nacen en periodos de tiempo marcados por condiciones sociales específicas, que determinan su forma de ver el mundo, según el centro de investigaciones Pew Research Center.
Los ‘pandemials’, también llamados ‘cuarentenials’ o ‘coronials’, son los niños nacidos desde 2016 hasta la fecha, quienes han vivido la pandemia de Covid- 19 entre los 0 a 5 años de edad, indica la Universidad de Chile.
“Mi mayor miedo era que cuando naciera se contagiara, porque en un hospital era obvio que el virus estaba circulando, y me daba miedo que apenas se lo llevaran a la sala de recién nacidos se contagiara de covid”, cuenta Sayda Medina, quien dio a luz en abril del año 2020.
La natalidad en Colombia ha venido disminuyendo en los últimos años, y la tendencia a la baja continúa aún en pandemia, pese a que se esperaba que aumentaran los embarazos producto de las medidas de confinamiento, indica el Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional.
Para el primer trimestre del 2021 hubo 5.529 menos nacimientos que para el mismo periodo del 2020, lo que significa que la fecundidad en el país se ha reducido 3,8%, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). Sin embargo, la Sociedad Panamericana de la Salud (OPS) insiste en que el Covid-19 ha impactado fuertemente la salud mental de los niños y niñas de los países de las Américas.
“Medidas como el confinamiento o el aislamiento social, han impactado a los niños menores de cinco años, pues no les permiten conocer el mundo exterior en la etapa en que deberían estar explorándolo y descubriéndolo”, explica Maria José Turbay, psicóloga infantil.
“Durante los primeros años de vida, los pequeños adquieren componentes de su entorno social que promueven el desarrollo de su personalidad, de su carácter, de sus valores y de la comprensión de normas, estableciendo lazos sociales que les permiten tener confianza y seguridad”, dice la psicóloga infantil Carolina Bonilla.
La implementación de la virtualidad en la educación de la primera infancia fue otra de las medidas que, directamente, afectó a los niños. “La pandemia puso a prueba a los jardines infantiles en la búsqueda de estrategias tecnológicas que permitieran continuar los procesos con los niños respetando su etapa de desarrollo. Para los menores de 1 a 5 años, lo más importante es el vínculo afectivo. Este es el disparador de cualquier proceso de aprendizaje, y sin él atender este momento sería muy difícil”, cuenta Ángela Correa, rectora del Jardín Infantil Stanford de Bogotá.
Además de la falta de espacios de socialización física, entender los medios tecnológicos como una herramienta educativa y no de ocio, supone un reto en la educación virtual de los ‘pandemials’.
“Esta es una generación que ya nace inmersa en la tecnología por lo que se les conoce como ‘nativos digitales’. Es inevitable pretender querer mantenerlos alejados de la internet, los teléfonos inteligentes o las tabletas. Para que la virtualidad no sea perjudicial en el desarrollo de estos niños, debe haber un acompañamiento responsable del adulto”, explica Carmen Zea, psicóloga especialista en desarrollo de la infancia y adolescencia.
Para el segundo semestre del 2021, el Ministerio de Educación inició el proceso de retorno a clases presenciales de las instituciones educativas del país. Regresar a los espacios escolares físicos “les permite a los niños menores de 5 años retomar el desarrollo de habilidades sociales como las recreativas, motoras, lingüísticas, cognitivas y de socialización, fundamentales para su vida adulta”, explica Carolina Bonilla.
“Cuando la llevé al jardín pensé que iba a llorar porque nunca se separa de mí. Ella no conocía a más niños, solo a una vecinita de 8 años. Cuando la recogí las profesoras me dijeron que no me extrañó, eso me dolió”, cuenta Diana Freydell sobre el primer día de colegio de su hija de 3 años.
Los ‘pandemials’ son una generación que nace en una coyuntura sin precedentes, que sin duda influenciará sus gustos, intereses y el desarrollo de su vida adulta. “Hay que esperar mínimo 10 años para ver las diferencias en procesos de socialización de esta generación y afirmar que tuvieron un cambio importante”, afirma la socióloga Tatiana Gómez.
Empáticos y resilientes
De la pandemia se pueden rescatar impactos positivos en la vida de los pequeños, quienes asumen actitudes que merecen ser aprendidas por los adultos. Para la psicóloga Carmen Zea, de esta generación se puede aprender la empatía, pues “los niños han superado todas las dificultades que les ha tocado enfrentar, su capacidad de adaptación es impresionante, tiene mayor conciencia de autocuidado, de responsabilidad con el otro, y de percepción de igualdad”.
Asimismo, los niños son ejemplo de resiliencia porque “nos enseñan a entender que nos podemos levantar frente a las dificultades, y también a saber esperar porque han aprendido a tener paciencia para lograr la atención de los adultos, a adaptarse a los cambios, a ser más flexibles y creativos, porque han visto cómo sus padres han convertido su hogar en una oficina y también en un centro de juegos”, explica la psicóloga Ana María Martínez.