Los más de 96.814 habitantes que tiene Arauca, según el último informe del Departamento Nacional de Estadística (Dane), históricamente han sobrevivido al conflicto de actores armados que se disputan el control, principalmente de las rutas del narcotráfico, de la región. Sin embargo, para este año, 2022, la violencia en estas tierras llaneras que comparten frontera con Venezuela, se ha elevado significativamente.
Según la Comisión de la Verdad, Arauca ha vuelto a vivir los enfrentamientos entre las disidencias de las Farc y el ELN; además, el desplazamiento forzado, los secuestros y los homicidios son los hechos victimizantes más comunes, afectando de forma generalizada a líderes sociales, presidentes de Juntas de Acción Comunal (JAC) y reincorporados.
Omar Barrera es un líder social que en el mes de febrero decidió dejar su casa, su trabajo y sus pertenencias en Saravena, al recibir amenazas y persecuciones de personas no identificadas. La falta de atención por parte del Gobierno, la desconfianza en la institucionalidad por parte de los araucanos, y los estigmas sociales sobre esta población de la Orinoquía de Colombia, son algunos de las problemáticas que este defensor contó a Plaza Capital.