Entrevista con Luis Guillermo Ospina, un fotógrafo de 40 años que, por cuestiones del destino, pasó de ser un 'Juanpis González' a "hacer que la comida se vea sexy". Esta es la mirada a su vida y obra, así como las cosas que lo apasionan e inspiran.
Nunca nos imaginamos que llegara el día en que salir con amigos, visitar a nuestros abuelos, jugar en el parque con nuestras mascotas y compartir en familia estuviera prohibido, donde los abrazos y los besos se transformaran en las armas más peligrosas, pues definitivamente por la pandemia a París ya no llega el amor, Disney apagó su magia, Nueva York si duerma y ningún camino dirige a Roma. Les contare que estábamos haciendo nosotros en casa mientras mi bisabuela luchaba contra el coronavirus.
Cuando pienso en Colombia, se me vienen a la cabeza un montón de noticias agridulces, graciosas y hasta absurdas. Pienso en un gobierno que prefiere amparar a los bancos antes que a su gente, eso junto a las recientes amenazas hacia el personal médico y la coreografía inspirada en el meme que le dio la vuelta al mundo,que en el Chocó fue utilizada para una campaña de lavado de manos.
Para muchas personas este es un periodo de descanso, mientras que para otras es un periodo de incertidumbre en donde sobrevivir se vuelve una cuestión de decidir por morir por el virus o por hambre. Para otras personas puede significar la perdida de espacio para socializar y la imposibilidad de poder salir con amigos, para otras, es un espacio para reflexionar en soledad.
Hoy, infinidad de historias se ocultan tras las ventanas durante el aislamiento y las fotografías expuestas a continuación son un reflejo, no solo de dichos relatos, sino de aquellas personas que con su trabajo hacen posible la vida en confinamiento.
La Semana Santa en la Iglesia católica es llamada la “Semana Mayor”, puesto que, en ella se conmemora la muerte y resurrección de Jesús. Todos los años esta celebración se realiza en los templos, pero en este 2020, gracias a la cuarentena generada por el COVID-19, los católicos en todo el mundo llevaron esta semana de manera diferente y poco usual.
La zozobra, el miedo y la vulnerabilidad de los seres humanos ha debido convertirse en aceptación, esperanza y paciencia en el primer semestre del 2020. Y es que el mundo ha cambiado por completo y eso nos ha permitido reevaluar las cosas que considerábamos “normales”, pero que no entendemos cómo llegaron a serlo.
En Bogotá, desde el 20 de marzo, los ciudadanos están en época de confinamiento a causa de la enfermedad que provoca el nuevo coronavirus. Esta fotogalería representa la vida de distintos sujetos durante la cuarentena. Es claro que cada persona decide cómo vivir estas circunstancias sacando siempre lo más positivo de ella.
Durante la pandemia del COVID-19, dentro de una casa y sobre un escritorio, Luna decidió reconstruir parte del exterior.
El perejil obtuvo el papel de árbol, el algodón hizo de nubes, un arete sin su par se colocó de luna y una lampara siempre encendida cumplió la función de iluminar el escenario.
Desde el pasado 24 de marzo, millones de niños en Colombia permanecen en sus lugares de residencia a causa de las medidas decretadas por el gobierno nacional para evitar la propagación del COVID-19. Debido a esto, muchos chicos han tenido que aprender a pasar el tiempo mientras se esconden de la pandemia. Entre ellos, está Gabriel, de 2 años; que aguarda por volver al colegio para ver a sus amigos de nuevo. A continuación, y a manera de pieza musical; un mosaico de mi hermano, descubriendo su niñez a partir de las circunstancias.
En tiempos encerrados en la cueva de nuestros hogares, estas fotografías le dan lugar a la naturaleza, y muestran que en esta oscuridad de cuarentena hay belleza, dándole color a las sombras de media noche.
Este proyecto fotográfico nace desde la idea de ver lo positivo de una situación tan preocupante como lo es la pandemia del COVID-19 y su consecuente: la cuarentena. A lo largo de estos días, pude percatarme de los pequeños detalles y momentos que pasan desapercibidos ante nuestros ojos por la rutina y el afán del día a día.