El reporte de condiciones climáticas del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, IDEAM, refleja un encarecimiento del agua en Colombia en los próximos meses. Aunque la situación de sequía ha dejado secuelas como la muerte de más de 20.000 animales en el Casanare, según lo publicó la revista Semana, el reporte del IDEAM establece que aún no ha empezado la verdadera situación de alerta por sequía, y que esta se presentará entre enero y febrero del 2015.
Según el Instituto, la sequía que se ha presentado hasta el momento hace parte de un preludio a la etapa cumbre del fenómeno del Niño en el país. La reducción en el nivel de agua, que inició en abril del 2014, “continúa deficitaria en gran parte del país y especialmente en las regiones Caribe (Guajira, Sucre y Córdoba) y Orinoquia” afirma el IDEAM. Considerando las condiciones actuales, con la llegada del posible fenómeno del niño en febrero del 2015, se esperaría déficit severo en la mayor parte de la región costera y a lo largo de las planicies cercanas a las cordilleras.
Frente a las condiciones de sequía actuales, diferentes medios de comunicación han señalado a Antioquia como un departamento líder en el manejo eficiente del agua. Las medidas que ha adoptado la gobernación del departamento incluyen la inversión de 325.000 millones de pesos en proyectos de infraestructura para suplir agua a las zonas rurales del departamento. Además de la inversión en redes de agua, el boletín emitido por la gobernación afirma que se han puesto en marcha planes de filtros de agua para optimizar la calidad.
El segundo gran componente que ha generado la creencia de que Antioquia estará libre de la crisis causada por la sequía es el componente social. Según comunicados de la Secretaría de Medio Ambiente, “se vienen liderando procesos de educación ambiental para la movilización social por la defensa del agua”. Estos procesos le apuntan a disminuir el riesgo que genera en la región la disminución del caudal del río Caldas y el río Magdalena, fuentes fundamentales de agua del departamento.
Aunque todas estas medidas buscan subsanar la necesidad de agua en el departamento, el impacto y alcance de las medidas es cuestionado por economistas del sector público. Carmenza Saldías, economista especializada en Planificación y Administración del Desarrollo Regional, afirma que “hay zonas de Antioquia que lo tienen resuelto [el problema de agua] y hay otras que están en peor situación".
Para la economista y antigua consultora de la Gobernación de Cundinamarca, sería necesario visitar las regiones más alejadas de los grandes centros urbanos, como el Urabá antioqueño, para explorar el alcance real de la política de agua de la Gobernación.
Los avances hechos en el lugar, según Saldías, se relacionan de manera directa con la cantidad de represas que el gobierno nacional ha construido en el territorio antioqueño. Corporaciones autónomas, y empresas como ISAGEN y la EPM son quienes han tenido que responder directamente a la situación de escasez y serían los principales responsables de la posible eficacia del manejo de aguas. “El fenómeno del Niño recién se va a sentir en febrero, marzo, del año entrante” afirmó Saldías, por lo cual no resulta posible afirmar ahora que el departamento saldrá bien librado de la escasez.
Para el IDEAM, los principales sectores en los que es necesario generar alerta sobre el territorio colombiano, son la salud y la prestación de servicios públicos. En temas de salud, el programa Salud Contigo/ Atención Primaria en Salud-APS de Antioquia, busca atender el control de plagas y enfermedades generado por la sequía. Los servicios públicos, por su parte, están a cargo de las empresas prestadoras y han aumentado su cubrimiento en municipios en los últimos tres años gracias a la gestión de la gobernación de Antioquia.
Aunque la situación de sequía en el país aún no puede ser subsanada del todo, los avances e inversiones de la región antioqueña podrían dar luz a los demás departamentos, en particular el sector Caribe, que ha recibido el impacto directo sobre la población y el sector ganadero. El alcance de las políticas, sin embargo, requiere un enfoque que permita a los sectores más apartados acceder de igual manera al recurso hídrico, un enfoque en el que la región aún debe demostrarle a la ciudadanía que puede reducir la brecha de prestación del servicio.
