¿Qué opina respecto a la aprobación del Estado para que el sector privado pueda adquirir la vacuna?
Es un punto bastante importante. Se le valora al sector privado la buena intención que tiene de ayudar al Estado para que la vacuna se pueda administrar de forma más rápida. Sin embargo, a la fecha de hoy hay una realidad: todos los fabricantes han expresado que su responsabilidad es responderle al país como Estado. Es decir, a pesar de que los legisladores hayan dado su aprobación, los fabricantes tienen una determinación muy clara, así que harán falta unos días para que el sector privado pueda conseguir sus vacunas.
Con la experiencia que ha tenido en el desarrollo de la pandemia en su ciudad, Medellín, en vista del tercer pico luego de la Semana Santa, ¿cree que las medidas tomadas por las autoridades fueron suficientes y en el momento correcto?
Las medidas fueron tomadas en el momento justo y con todo el esfuerzo, sin embargo, hay un tema cultural y es la concientización de este fenómeno. Para el Estado es imposible ponerle un vigilante a cada ciudadano, entonces, el tema es más cultural y de concientización. La gente debe seguir cuidándose, pues el Estado, ha hecho todo lo posible para cuidarlos.
Teniendo en cuenta cómo ha evolucionado la pandemia en el país, ¿habría tomado alguna decisión diferente a como lo hicieron las autoridades?
Es una pregunta bastante curiosa, pues, traducida al lenguaje coloquial sería ‘ponerse a llorar sobre la leche derramada.’ Mirar para atrás no soluciona nada del problema. A las personas lo único que se les está pidiendo es sean responsables, tomen medidas, no se reúnan y mantengan la distancia; esos son puntos muy básicos. En este punto, vale la pena hacer la comparación con el cigarrillo. Las personas saben que el cigarrillo produce cáncer, pero siguen fumando; las personas saben que el riesgo del COVID está en la aglomeración, pero siguen aglomerándose. Es un tema de autocuidado y cultura.
