Dentro de un pequeño espacio lleno de sillas azules y un tablero escolar, se reúnen 15 personas a discutir sobre la actual situación de su barrio, Las Cruces. Durante 30 minutos entran por la puerta del salón 112 del colegio Antonio José Uribe, jóvenes de ropa ancha y gorras de colores; mujeres de falda y tacones; y adultos con varios libros a la mano, toman asiento y empiezan a escuchar las posibles soluciones a las problemáticas que atraviesa una localidad que, durante años ha sido un entorno  estigmatizado.

“¿Qué significa ser joven en la localidad Santa Fé?’”, pregunta Tegas Gasneba, un grafitero involucrado con las iniciativas para intervenir mediante el arte en la localidad . Esta pregunta es la clave de uno de los proyectos en los que trabajará los próximos meses la plataforma juvenil.

La ley estatutaria 1622 expedida en el 2013, establece un sistema nacional de juventud que busca la participación activa de los jóvenes en las políticas públicas. Dicha ley también establece que deberán existir plataformas por cada ente territorial municipal, distrital y local.

La localidad Santa Fé cuenta con una plataforma que trabaja regularmente en proyectos para cambiar las perspectivas del barrio. Está conformada por jóvenes de los diferentes barrios y veredas de las Unidades de Planeamiento Zonal, como Las Cruces, San Bernardo, La Perseverancia, etc.

Julián Navarrete, un joven que ha trabajado con la plataforma desde el año 2014, afirma que fue creada este mismo año con el objetivo de convertir las iniciativas individuales en un propósito colectivo evitando de esta manera los sentimientos de exclusión.

Desde mediados del año pasado se ha venido trabajando en distintos proyectos que fomentan la participación de los jóvenes para generar impacto en la localidad. Uno de ellos fue la  “Ruta de derechos”, una jornada  en la que se determinaban los conflictos de los jóvenes en su localidad, y se evidenciaba el desamparo de diferentes instituciones en los barrios de Santa Fé.

“Este elemento lo conseguimos con confianza en nosotros mismos y en una lucha solitaria y colectiva de los últimos 10 meses de este año. Un trabajo y una lucha que no se aislaron de la realidad local, distrital y nacional”, afirma Julián con convicción mientras se levanta de una de las sillas azules.

Tegas toma la palabra y toda la comunidad se queda en silencio. Empieza a hablar sobre el proyecto en el que están trabajando actualmente. Se trata de “Mi barrio no es como lo pintan”,  una obra de teatro que tiene como objetivo crear una puesta en escena que genere espacios de reflexión acerca de los estereotipos alrededor de los barrios. Actualmente están trabajando en conjunto con el Instituto de Cultura, Recreación y Deporte, lo que les ha permitido crear una red de apoyo con esta institución.

Otro de los proyectos actuales es la creación de clops, unos grupos que pretenden cuestionar a todas las instituciones públicas sobre los presupuestos que se han utilizado para la Ciudadanía Juvenil del barrio. La creación de dichos clops tiene como objetivo realizar una exposición a las instituciones sobre los puntos que los jóvenes de la localidad consideran importantes,  abordando la pregunta: ¿Qué significa ser un joven en la localidad? El proyecto pretende involucrar la plataforma en las dinámicas de políticas públicas de las diferentes instituciones de Bogotá.

Mientras el barrio Las Cruces es un escenario en el que converge la estigmatización en cuanto a salubridad, inseguridad y baja expectativa de bienestar de la población, un grupo de colectivos y organizaciones se reúne cada martes a las 2 p.m. a reconstruir su entorno desde la diversidad cultural, el arte y la responsabilidad.