En la carrera 8 con calle 15 se ubican varias librerías alternativas que venden libros usados. De esta calle se destacan Merlín y Lectura crítica, casas emblemáticos de la lectura bogotana. Sus bajos costos y amplia oferta las destacan.
En esta galería de pequeños locales llenos de libros, Merlín resalta por el paisaje que decora sus muros y en la que, tan sólo con asomarse el marco de la puerta, se puede observar una tapicería de libros que se posan sobre viejas estanterías de madera y se extienden a lo ancho de las paredes en estrechas filas que, amontonadas una sobre otra, alcanzan el techo.
Para Célico Gómez, la cantidad de libros que posee es desconocida y en sus estanterías es posible encontrar autores como Sthendhal, John Steinbeck, Robert Musil, William Faulkner y las hermanas Brontë, además de literatos colombianos como Tomas de Carrasquilla, José Eustasio Rivera, Roberto Rubiano Vargas y el siempre presente Gabriel García Márquez.
Los libros más comunes no cuestan mucho. Un libro como ‘El Príncipe’, de Maquiavelo, puede costar de cinco a ocho mil pesos usado, mientas nuevo cuesta unos veinte mil pesos; una ‘Introducción a la Economía’ de Maurice Dobb, de editorial Fondo de Cultura Económica, en una segunda edición de 1959 cuesta cuatro mil pesos, mientras que en el mercado nuevo se consigue por once mil.
Hay otros libros más complicados de conseguir, como ‘El Bogotazo’ de Arturo Alape de edición Planeta, cuesta unos veinte mil pesos o el 'Hombre Sin Atributos' de Robert Musil, cuesta veinticinco mil el tomo. Pero estos precios, aunque altos para su contexto, no se comparan con el precio en que se puede adquirir en una librería reconocidas como Lerner o Nacional. Por ejemplo, el libro del austriaco Musil en la Feria del Libro costaba unos 180 mil pesos los dos tomos. El origen de esto libros en cualquiera de los locales es similar: personas que llegan a vender cajas de libros o uno que otro libro al menudeo. En otros casos, en este mercado caen libros producto del robo de ediciones nuevas.
Juan José Toro, un joven de 20 años, amante de la lectura, comenta que “las grandes editoriales presentes en las grandes librerías y en la Feria del Libro satisfacen las necesidades de un público general pero no lo hacen con un público especializado…las ediciones de un libro que dejan de reeditar no se consiguen en espacios como la Feria del Libro, pero esos pequeños tesoros se pueden conseguir en las pequeñas librerías del centro”.
Junto a este local se halla una librería de un aspecto más modesto llamada Librería Pensamiento Crítico. Este lugar es más pequeño y la cantidad de libros puede verse que es mucho menor pero, igualmente, en sus estantes se pueden encontrar libros del sociólogo francés Pierre Bourdieu o de su compatriota Flaubert. Aún con su gran variedad de libros, estas librerías no dejan de cobrar altas sumas de dinero por algunos libros, en el caso de Pensamiento Crítico, 'El Hombre Sin Atributos' tiene un precio de 150 mil pesos, y un libro que no se consigue fácilmente en el mercado usado, como 'El Tractatus Logico-Philosophicus' de editorial Alianza, lo consiguen a pedido por 60 mil pesos, mientras que nuevo cuesta 47 mil pesos en la misma editorial. Pero aún en estas librerías hay libros que, ni siquiera allí, son posibles de conseguir. Armando Correa, uno de los encargados de Pensamiento Crítico, responde a un cliente que busca 'Gamonales, Bandoleros y Campesinos' de Gonzalo Sánchez y Donny Meertens, “ese libro no se consigue”.
A unas cuadras de la Calle 8, en la calle 10 No. 8 – 87, los hermanos Juan Carlos y Alejandro Gamboa abren su librería Templarios a las 10:00 a.m. Estos hermanos bogotanos que desde los 12 años vienen coleccionando libros, decidieron en 1998 convertir su hobby en un negocio. En su librería ubicada justo al lado de la Academia Colombiana de Historia, los Gamboa se dedican a vender y comprar libros antiguos que viene desde el siglo XVII hasta el siglo XX, por ejemplo, el libro más antiguo que por ahora poseen es el 'Malleus maleficaru' (Martillo de Brujas), un manual muy importante para juzgar en tiempos de la inquisición y cuya edición data de 1612.
Este es el tipo de libros que ellos buscan y comercializan, libros esotéricos que hablen de brujería o extraños tratados científicos. Para Juan Carlos, “el precio de esto libros es complicado de determinar”, existen muchas variables que influyen en su valor y, además, prefiere guardar el secreto. En cuanto a su negocio, también coleccionan antigüedades, tienen una colección de cámaras antiguas y piensan pronto abrir un museo para exhibirlas. Sus clientes varían, desde coleccionistas de 11 años hasta historiadores consumados. No importa la nacionalidad, Juan Carlos asegura que tiene clientes de todas partes del mundo y que también compra libros de varios lugares fuera de Colombia. Si bien este puede ser otro espacio del libro, no es posible afirmar que Templarios es una librería para todo público. Sólo un selecto grupo de lectores se interesa por los libros que allí se venden y también se coleccionan.
