Según la Secretaría de la Mujer, en Bogotá 1.2 millones de mujeres se dedican principalmente a temas de cuidado, aproximadamente el 30 % de las mujeres de Bogotá. De ese millón doscientas mil mujeres el 20 % tiene enfermedades crónicas diagnosticadas, el 33 % no tiene tiempo libre debido a que cuidan a una persona, el 70 % solo cuenta con la secundaria como máximo nivel educativo y el 90 % tienen bajos recursos.
Para ayudar a esas mujeres la alcaldesa Claudia López firmó el Acuerdo 151 de 2023 que volvió una política permanente al Sistema Distrital de Cuidado. La asesora del despacho de la Secretaría de la Mujer explica de qué trata.
¿Por qué se crea el Sistema Distrital de Cuidado?
Históricamente este ha sido un problema invisible. Las mujeres no tienen tiempo para desarrollar su proyecto de vida, entonces eso causa pobreza y desigualdad, porque se dedican a cuidar. Aquello que se llama amor en realidad es cuidar. Con esa premisa es que comenzamos a pensar la pregunta: ¿Cómo hacemos para darles opciones y algún proyecto de vida a las mujeres cuidadoras?
Digamos que una mujer cuidadora tenía un niño de 3 años, y lo llevaba a una escuela de fútbol para que aprendiera a jugar. Ella lo miraba aprender durante las dos horas que duraba la clase. No hacía nada, pero tenía que estar ahí pendiente del niño. ¿Qué pasaba con las mujeres cuidadoras? No había oferta para ellas.
¿Cómo funciona el Sistema Distrital de Cuidado en la ciudad?
Bogotá está reorganizando la ciudad para las mujeres. La ciudad tiene algo súper bueno y es que es grande, tiene recursos e históricamente ha tenido mucha oferta para las personas que requieren cuidado. Por ejemplo, el centro de adulto mayor, los jardines infantiles, cuidados para niños, temas de actividad física.
Acá tenemos una fortaleza y es que ya existen muchos de estos servicios. Lo que tenemos que hacer es articular estos servicios con nuevos servicios para las cuidadoras para cubrir las necesidades de cuidado en Bogotá. Esto significa que nos alineamos con todas las otras secretarías que ofrecen esos servicios (de integración social, recreación, deporte, cultura, etc.) y nosotros les damos una oferta de servicios, como puede ser en temas de educación (terminar su bachillerato, comenzar cursos en el Sena), en temas de bienestar (aprender a nadar, hacer aeróbicos) y en temas de acompañamiento en generación de ingresos.
¿Cuáles son las líneas de acción del Sistema Distrital de Cuidado?
Opera de cuatro maneras. La primera es con las Manzanas del Cuidado. Desde la secretaria identificamos las entidades “ANCLAS”, que son espacios que ya existen. Por ejemplo, un Centro de Desarrollo Comunitario, que tiene piscinas, teatros, auditorios, salones de clase, cocina, ya brindaba todos estos servicios, pero no tenía este enfoque del sistema de cuidado. Lo que hicimos fue delegar a Integración Social, quien es la que lidera al centro, como el ancla de la Manzana del Cuidado. En estos espacios vamos a brindar oferta de servicios para mujeres cuidadoras.
La primera Manzana del Cuidado se lanzó en octubre del 2020 y a la fecha se tienen 17 Manzanas del Cuidado.
La segunda son las Unidades Operativas del Cuidado, pues no se considera a la manzana solo la entidad ANCLA, sino toda la oferta pública que se encuentra 800 metros a la redonda. Hay varios ejemplos de lo que ofrece esta manzana, uno de estos es la lavandería en Bogotá. Todavía las mujeres lavan a mano muchísimo, y eso es una pérdida de tiempo total. Aquí hicimos una alianza público-privada con la empresa Whirlpool, donde ellos donaron las lavadoras industriales. En este sentido, las mujeres pueden dejar a los niños chiquitos en cuidado, ir a lavar a las lavanderías y luego ir a hacer su clase de aeróbicos, el curso para aprender a montar bicicleta o el curso de natación e incluso recibir educación flexible.
Un estudio de la Secretaria Distrital de Movilidad muestra cómo los hombres van del punto A al punto B. En cambio, las mujeres van del punto A al punto B, C, D, y luego ya llegan a su punto final, porque tienen muchas responsabilidades.
Dentro de las manzanas tenemos lo que es Transformación Cultural. El lema es “A cuidar se aprende”. No fue que las mujeres nacimos aprendidas para cambiar el pañal, sino que desde chiquitas nos enseñaron cómo hacerlo. Es decirles a los hombres que aquí también ellos pueden aprender a hacer las cosas. Entonces funciona la Escuela de Hombres al cuidado que brinda talleres que le enseñan al señor a cortar la zanahoria, la cebolla, e incluso le enseñan a hacer trenzas para peinar a las hijas.
La tercera forma de operación son los buses del cuidado. El 75 % de Bogotá es rural y en estas zonas no hay una entidad ANCLA, no hay infraestructura. Lo que hicimos fue crear dos buses del cuidado: uno rural y uno urbano. No llevamos todos los servicios que tienen las manzanas, porque es logísticamente imposible, pero de acuerdo con las necesidades que se identifican en dónde van a ir los buses, se llevan los servicios. Casi siempre es educación flexible y cuidado de personas. Entonces, dentro del bus está el aula, y a un costado hay una carpa con todo el tema de cuidado a personas que lo requieren.
Por último, la cuarta pata de operación es el cuidado Casa-Casa. Cuatrocientas mil mujeres no pueden salir de su casa por la condición de la persona a la que cuidan, por ejemplo, un adulto mayor que tiene que estar siempre con oxígeno y no puede salir sin él, pues el oxígeno necesita electricidad. Entonces acá cuidamos a la persona que requiere cuidado para que la mujer pueda acceder a la manzana de cuidado, donde ella pueda hacer lo que nuevamente decida.
A la fecha la Secretaría de la Mujer ha tenido más de 400.000 atenciones, más de 500 mujeres se han graduado del bachillerato, más de 12.000 mujeres se han graduado del Sena. Más de 7.000 servicios en temas de emprendimiento y empleabilidad y más de 86.000 han estado en actividades de bienestar.
¿Cuáles son los objetivos de este sistema?
Los objetivos de este programa son tres. Primero, hay que reconocer que el trabajo de cuidado no remunerado existe. Muchas veces se le pregunta a un niño ¿Tu mamá qué hace? Y este responde que no hace nada, ella está en la casa todo el día, pero no hace nada. Con esto nos replanteamos la situación y es muy importante que las cuidadoras también auto reconozcan y digan “yo sí hago mucho y mi trabajo de cuidado es muy valioso”. En general, todos necesitamos alguna vez algo de cuidado, cuando fuimos niños en el pasado y cuando seamos ancianos en el futuro.
Segundo, es redistribuir estas labores de cuidado más equitativamente en las familias y entre hombres y mujeres. No solo es que el hombre le ayude a la mujer, sino que es una responsabilidad mutua.
Tercero, es reducir estos trabajos de cuidado. Las mujeres realizan menos trabajos de cuidado, porque se está redistribuyendo.
¿Quiénes se encargan del Sistema Distrital de Cuidado?
La idea es hacerlo corresponsablemente entre Bogotá, la nación, el sector privado, las comunidades y los hogares. Buscamos darle opciones a las personas que requieren cuidado y a las mujeres cuidadoras para que puedan alcanzar un desarrollo personal, un autocuidado, bienestar, generación de ingresos y vincularse finalmente con acciones de participación política.
Vamos a darles un tiempo de respiro para que ellas decidan qué quieren hacer. Nosotros no creemos que todas deban terminar el bachillerato o que todas deban hacer un curso en el Sena. De acuerdo con la oferta que hay, ellas tienen plena libertad de decidir lo que pueden hacer.
¿Cómo se benefician las personas de este sistema?
Las personas cuidadoras tienen educación, bienestar y generación de ingresos. Las personas que requieren de cuidados (las niñas y niños menores de 13 años, las personas adultas y las personas con discapacidad) se les da un cuidado profesional y actividades recreativas. La mayoría de estos servicios ya existían. Eso no es nuevo. Lo que pasaba era que la mujer no estaba en el centro de la política pública, sino a un ladito, donde no nos importaba que ella se quedará dos horas viendo al niño aprender a jugar fútbol. Y las terceras personas beneficiarias son los hombres y las familias a quienes les damos talleres y campañas públicas de cambio cultural. Tenemos algo que se llama la Escuela Hombres al Cuidado.
¿Cómo hacen que los hombres participen de la Escuela de Hombres al Cuidado?
Todo el tema de convocatoria, tanto de hombres y mujeres, se hace mucho por voz a voz en las manzanas del cuidado. Entonces cada manzana tiene una coordinadora y esa coordinadora identifica cuáles son esos puntos de encuentro en la zona. Por ejemplo, las tiendas o las iglesias son un súper punto de encuentro, y la coordinadora va y cuenta. También se trabaja mucho con las y los líderes comunitarios de las zonas. Es como una cascada muy comunitaria. Nos hemos dado cuenta de que las redes sociales no son tan exitosas como el voz a voz.
¿Qué viene de aquí para adelante?
Este año nos faltan 3 manzanas del cuidado. Tenemos como reto hacer la integración de los cuidados comunitarios. Tenemos también como retos involucrar más a los movimientos locales y nacionales de mujeres y volver este modelo fácil para replicar en otras ciudades.
¿Qué significa para Bogotá que el pasado 29 de marzo el Sistema Distrital de Cuidado se haya vuelto una política permanente?
Es fantástico que las mujeres podamos saber que esto se va a continuar y que vamos a poder seguir teniendo acceso a estos servicios. Es maravilloso saber que todo este esfuerzo y este aprendizaje se va a seguir consolidando en el futuro.