Desde el barrio Santafe se hace un llamado a las entidades competentes para que ofrezcan una solución oportuna antes de que la cotidianidad retorne a la zona cuando se termine la cuarentena, decretada para prevenir la propagación del covid-19, y la situación se intensifique. Álvaro Castro residente del sector lleva años quejándose por el sonido desmedido que le ha ocasionado problemas a la hora de dormir. “Sufro de insomnio que sumado a la intensa jornada laboral me ha desarrollado ansiedad y estrés”, manifiesta. Y es que si bien la vida de ahora no es la misma que la de hace un mes, ya que la mayoría de vendedores ambulantes de la zona no pueden transitar. La aplicación del teletrabajo ha hecho que la mayoría de residentes permanezcan más tiempo en sus casas en medio del cruce de ruidos producidos por el transporte público y quienes rodean la zona.
De acuerdo al Mapa Estratégico de Ruido (MER) realizado por la Subdirección de Calidad del Aire, Auditiva y Visual de la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA), en este corredor peatonal algunos puntos que sobrepasan los 55 decibelios (dB) sugeridos por la Organización Mundial de la Salud (OMS); el monitoreo de ruido ambiental indica que los niveles de ruidos en el sector están 10dB por encima del límite máximo permitido. Así mismo, la SDA señala que los principales factores que influyen en la contaminación auditiva en este tramo de la carrera Séptima son la promoción de ventas con altoparlantes o amplificadores, trabajadores informales, y la intensa actividad comercial que genera ruidos que afectan la tranquilidad de las personas o su entorno.
Esta situación perjudica, en tiempos cotidianos, a residentes, turistas, estudiantes, comerciantes y trabajadores en la zona. Lo más preocupante es que el ruido no solo altera la calma, sino que afecta la salud a largo plazo. Es por esto, que se pide que ahora que la situación del coronavirus alivia la situación, se establezcan medidas para ser aplicadas una vez retorne la ciudad a la cotidianidad.
Reducción de los niveles de ruido ambiental por aislamiento obligatorio
Los datos arrojados por la Red de Monitoreo de Ruido Ambiental de Bogotá (RMRAB) muestran una disminución de 5 y 10 decibeles en horarios diurnos, mientras que en el período nocturno la reducción está entre los 10 y 15 (dB) lo que evidencia un mejoramiento del paisaje sonoro de la ciudad; uno de los factores positivos del confinamiento, informó la Secretaría. Sonia Bolívar, lleva 20 años dedicada a la venta informal en la carrera Séptima con calle 22 y cuenta que “se le dificulta escuchar”. “El médico me dijo que he perdido la capacidad auditiva”, afirma.
Por su parte, el otorrinolaringólogo Carmelo Morales señala que una de las causas principales de la sordera, o hipoacusia de intensidad variable, es el ruido ambiental. “El 75 % de los habitantes de ciudades industrializadas padecen algún grado de sordera o pérdida auditiva causada por la exposición a sonidos de alta intensidad”, explica Morales. Para Gilma Alfonsa, habitante del sector, los pitos, la música y gritos en la zona le producen fuertes dolores de cabeza, por lo que para aislarse del ruido utiliza audífonos y escucha música a todo volumen lo que sería contraproducente ya que es un comportamiento de riesgo que también podría deteriorar la capacidad de audición de manera permanente, de acuerdo a la OMS.
Por eso, en una sola voz, las personas que residen en el corredor peatonal central de la Séptima le piden a las autoridades endurecer las medidas, poner multas, y sobre todo promover campañas educativas para el control y manejo de los niveles de ruido en un lugar relevante para la ciudad tanto comercial como turísticamente.