“Todos los días das un pésame”, cuenta un profesor de educación especial en Madrid

Viernes, 10 Abril 2020 16:34
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Entrevista a profundidad frente a la pandemia del COVID-19 a Gonzalo Cano, profesor de niños autistas en España, que se dedica a la educación especial y es profesor de personas con autismo en Madrid en una coyuntura única en la historia contemporánea. Las cifras al momento de escribir, son de 15.970 muertes y más de 157 mil diagnosticados solo en España y toda la crisis que tales números implican en el sector salud, el confinamiento, y la muerte a la vuelta de la esquina.

Autorretrato de Gonzalo Cano||| Autorretrato de Gonzalo Cano||| |||
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 Hoy, Gonzalo Cano, a sus 38 años y junto con un grupo de voluntarios, están sacando a ciertos usuarios (adultos mayores), y sus alumnos (hasta 18 años) para que puedan salir y tener cierto respiro. Cano lleva 18 años en esto, toda una vida. “Desde que tengo mención ayudando a mi padre con mi abuelo, y ayudando socialmente desde antes de saberlo” dice mientras se rasca la barba. Tiene cuatro hijos (de 12, 9, 5 y 3 años) y está casado.

 ¿Qué alternativas has escuchado o visto para solucionar el desborde en hospitales? ¿Qué opinas de ellas?

Partimos de la base de que aquí se hizo algo imperdonable en la medida que un fin de semana antes de recibir la noticia que el lunes de la semana del miércoles en que se cerraban todos los colegios, hubo manifestaciones feministas. Eso casi para el cien por cien de la población de España ha sido un fallo garrafal, un fallo fuertísimo del Estado. Las medidas, bueno… Las medidas aquí se están haciendo medianamente bien con el tema del hospital Ifema, habilitar espacios para que se utilicen hospitales de campaña y tal. Es verdad que nosotros tenemos espacios suficientes como para no tener que construir nada. Es cambiar el funcionamiento del espacio y darle cabida para los que están padeciendo este drama.

 ¿Podrías contarles a los lectores un poco sobre el proceso de confinamiento, especialmente el colegio donde enseñas?

Muy complicado. Llevamos más de veinte tantos días, y quedan otros doce. Los padres no habían estado en su vida tanto tiempo con sus hijos por las características del autismo. Siempre planifican. Lo apunto a un campamento, lo apunto a ocio, a escuela de verano, lo que sea. Estamos haciendo un seguimiento vía online, pero es imposible. Un ochenta o noventa por ciento de las clases no pueden seguir online. Pasamos material, esperamos demandas de las familias en la medida de los problemas a los que se enfrentan. La verdad que los chavales están respondiendo bastante mejor de lo que esperábamos, hacemos apoyos visuales, vídeos, gracias a las nuevas tecnologías. 

Gonzalo explica que el autismo tiene mucha rutina. Por ejemplo todos los domingos desde hace 10 años un alumno suyo iba a una churrería. Tuvieron que ir a la churrería, mandarle un vídeo que la churrería estaba cerrada, llevarle, que viera que estaba cerrada, para calmarlo. “Te pongo un ejemplo, como te pongo mil”. Los chavales, como los llama, son de memoria visual. Así que los apoyos visuales, y todo el programa que utilizan, es en pictogramas porque muchos no tienen lenguaje verbal, ni un entendimiento, fluido.

¿Qué te cruza por la mente cuando piensas en tus estudiantes?

Pues que se están portando demasiado bien, para las circunstancias. Y pues que se les quiere mucho y es lo que hacemos normalmente. Mandarles vídeos diciéndoles que les echamos de menos, que todos estamos en casa, que se porten bien con sus padres. Y a los padres, pues darle mucho apoyo. También hay un seguimiento de psicólogos para ese apoyo emocional y ese cambio tan… es que no habíamos vivido esto nunca.  Y que las muertes están… o sea… ayer mismo tuve que dar tres pésames. O sea que… que no es… que es una cuestión de vida o muerte… no estamos hablando de nada de capricho. 

Cuenta que su padre ni en la posguerra dejó de ir al colegio, que en España no se había cortado nunca.  Tal vez por una manifestación de los profesores o estudiantes, pero que era de alguna manera “justificado”.

¿Tendremos que aprender a vivir con el virus?

 Personalmente, creo que tanto Inglaterra como Estados Unidos han optado por esa opción. De decir lo mejor va a ser que lo pasemos todos. No lo han dicho explícitamente, pero tal y conformemente cómo están actuando, lo mejor es que pasemos todos e inmunizarnos caiga quien caiga.

Como padre, ¿cómo le explicas a tus hijos toda esta situación, niños expuestos a tan altas cifras de mortalidad a la vuelta de la esquina?

Bueno, esa variable de mortalidad intentamos hacerla de forma sutil y que tampoco la “mamen”. Pero es verdad que hay un abanico de posibilidades para explicar esto. Que todo el mundo se está volcando en cuentos, en videos, en todo este tipo de cosas que se lo facilita mucho a los niños. Lo que viene siendo la explicación, bien. Lo que viene siendo el tema dramático-dramático, pues bueno sí nos toca muy de cerca. Padres de amigos, a tíos lejanos, a tíos de amigos, a conocidos, no les ha tocado un abuelo y tal, pero a muchas familias sí y tendrán que explicar y lidiar con eso duramente. Los cuentos, había el monstruo de los colores, que lo han adaptado para el COVID-19, y si te metes al internet, te salen doscientos.

 ¿Los médicos son los únicos, los más importantes héroes, o solo son los que han tenido mayor pantalla?

Lo que hay que tener es mucho civismo, y aquí en España falta bastante. Los médicos en sí son unos héroes cien por cien, claro, no les queda de otra, también es vocacional. Los médicos, claro que son unos “cracks”, aquí están cayendo como chinches y además más material, más material… Que no sé si os habéis enterado, pidieron pruebas de COVID-19 y eran falsas, las tuvieron que devolver, es que o sea, es que también cosas “made in Spain”. 

Cuando sale, va con mascarilla, tapado, hace un protocolo de limpieza de zapatos, se encarga de su ropa, pues “ya no es cuestión de que te lo peguen, sino que tú lo puedes tener, no tener muchos síntomas, irlo pegando por ahí”. Tiene una mascarilla, la lava, con amoníaco, la rebaja con agua, “boom” y al día siguiente “tacatá” a ponérsela.

Como testigo de los efectos de tomar medidas tardías ¿Qué le dirías a Bolsonaro o a López Obrador como líderes que optan por una “inmunidad colectiva”?

Nada, yo no soy quien para decirle qué hacer a un dirigente. Ellos tienen un montón de variables que mezclan la economía con la sociedad con tema de esto. “Tendrán un cacao” también, que es una situación difícil. Nosotros lo tomamos a “cachondeo”, que bueno que es una cosa china. Si hubiéramos tomado medidas desde enero, a lo mejor no estamos como estamos, llorando todos los días. Porque si no es por uno, es por otro, al final toca llorar todos los días porque está falleciendo gente a “cascaporrillo”. 

Analiza que una pandemia como la de hoy, sucede cada 100 años. “Es un purga, sabes, yo lo veo así. ¿Casualidad? Hombre, causalidad-causalidad no lo creo”.  Reconoce que puede parecer conspiranoico, pero le sigue resultando curioso.

¿Consideras mejor obtener una “inmunidad colectiva” como los presidentes de Brasil o México, o una cuarentena en casa?

Hombre, lo que no se puede es hacer inmunidad colectiva sin prevención. Tú puedes hacer cierta inmunidad colectiva, con ciertos controles si te pones desde enero a hacer un estudio de tratamiento que tal, y tomando medidas muy controladas. Hoy una cosa de estas colectiva es una locura para los héroes de esta batalla que son enfermeros y médicos. O sea ya está todo colapsado. Tú haces eso ¿y qué hacen? Estilo zombi, todo por la calle y cuerpos en la calle.

Como padre, ¿qué te hace pensar el reciente caso de Julie, la joven de 16 años, víctima del COVID-19?

Llevo días sin ver televisión, gracias a Dios. Desde que falleció Manu Di Vango, que era un artista que me gustaba mucho, y un par de cosas más. Me entero de lo que viene siendo personal, de las familias con las que trabajo, de mis familiares y de eso pues es que “estamos todos en el ajo”, yo soy inmunodeficiente, yo no tengo bazo. He decidido no intoxicarme mucho de información, unos días, volveré. Nada cambia mucho. Después del 11M, se me rompió la tele, me tiré tres años sin ver televisión, y cuando volví a tener tv no cambiaba nada, todo seguía igual, la guerra de Irak, todo igual. Más que información, es propaganda.

¿Cómo te ha afectado toda la situación en los aspectos económicos, psicológicos y sociales?

Pues, yo intento vivir mucho el presente. Yo he sido así siempre, no me queda de otra. Ayudar a mi círculo, ayudar a quien pueda ayudar, no transmitirle mucho miedo. Mi madre está operada del corazón, mi padre tiene setenta muchos, todos estamos con el temor, y todos los días das un pésame, acompañas en sentimiento a amigos, a tal. Estás con un temor, que a nivel de familia y alumnos, intentas posicionarte en otro, sabes, decir vamos a hacer la vida agradable.

¿Dirías que estamos en una distopía donde ante una pandemia la humanidad se ha vuelto aún más dependiente de la tecnología?

A mí me da vergüenza. Porque rompí el teléfono el último día que salí a entrenar, y he heredado un iPhone antiguo, y me dice las horas que estoy frente al teléfono. Es verdad que algunas son de trabajo, pero… y me da vergüenza. Y sí, hombre, sí. En cuatro, cinco generaciones, creo que van a salir ya rectangulares las cabezas. Es un abuso. Es un abuso lo que hacemos con las nuevas tecnologías, efectivamente. Y creo que es un momento muy para escucharse a uno mismo. O sea mirarte, para tal… Tendríamos que estar más con la familia, menos atentos a la pantalla, más reflexivos. Hay variables muy buenas, yo con mis alumnos, sin las nuevas tecnologías no podríamos hacer lo que hacemos.

La frase “ayer mismo dí tres pésames”, se vuelve el testimonio de una persona de a pie, en representación de millones de españoles que les tocó esta situación. Gonzalo recalca el papel tan importante que los médicos están jugando, la gran ayuda de lo que le gusta llamar “nuevas tecnologías”, lo excepcional de lo que está pasando, el peligro, pero ante todo la conciencia de que es manejable, de que en medio de esto se pueden sacar lecciones como la de autoreconocimiento, las decisiones que se deberían tomar en una futura ocasión,  de valorar a los medios y de vivir el hoy. El mensaje de este madrileño de la calma, así sean tres meses de cuarentena, es el mensaje que se debe mantener.