Miguel Urrutia es un cineasta colombiano que desde hace cuatro años lidera un movimiento llamado Cine Recursivo, idea a la que llegó a raíz de la necesidad de hacer cine a un costo que fuera alcanzable para un realizador independiente como él.
Cuando Urrutia intentaba hacer su primera película creó el primero de sus inventos, un dolly, aparato que permite grabar movimientos fluidos en un eje horizontal. La máquina cumplía las mismas funciones que una de 200 mil dólares, pero estaba hecha con llantas de patineta y tenía un nuevo diseño que permitió grabar el proyecto más eficientemente, por lo que se necesitó menos tiempo en la etapa de grabación. “En algún momento yo llegué a pensar que me había inventado una forma económica de hacer películas, incluso en un principio traté de guardarlo como un secreto, pero con el tiempo me di cuenta que estaba equivocado porque yo no me había inventado una forma económica de hacer películas, yo me había inventado una nueva forma de hacer las películas”, comenta Urrutia.
Al cineasta colombiano, la necesidad y las limitaciones lo llevaron a tener que innovar e inventar. Gracias a esto ha logrado crear, hasta el momento, 55 productos distintos que cumplen las mismas funciones que los utilizados en el cine comercial, pero que son hechos a un costo mucho menor.
El propósito de Cine Recursivo es que los inventos y las ideas que se han logrado desarrollar se conozcan y se aprendan, de manera eficiente, por el mayor número de personas posible. Es por esto que Urrutia dicta talleres y seminarios, algunos gratuitos y otros que se deben pagar, en los que explica cómo diseñar los productos, cómo fabricarlos y cómo utilizarlos. “El propósito de Cine Recursivo es formar formadores”, asegura Urrutia.
Alexander Giraldo, director caleño, ha tenido la oportunidad de grabar una película, titulada Tiempo Perdido, de la mano del proyecto Cine Recursivo. “La oportunidad de trabajar con elementos recursivos, que son más cercanos y que están disponibles todo el tiempo, permite que uno explore más y que experimente más. Yo me he sentido muy cómodo con esta forma de producción y sobre todo me he sentido muy conectado con ella”, comenta Giraldo.
Una de las herramientas recursivas que se utilizó en la filmación de Tiempo Perdido fue “El Cristo”, un modelo que reemplaza un estabilizador de cámara, steadicam, y que está construido con un manubrio recto para bicicleta y dos llantas medianas de patín en línea.
Para Urrutia es un orgullo saber que sus inventos están posibilitando que otros productores independientes hagan sus películas y espera que la red de formadores que intenta conformar con Cine Recursivo continúe expandiéndose. Por ahora, anticipa que próximamente estarán disponibles en internet tutoriales completos sobre los equipos, los cuales estarán diseñados para ofrecer una formación a distancia.