La oferta cultural en la capital se hace cada vez más amplia y variada gracias a colectivos que promueven el arte y la cultura, por medio de distintas actividades en las que se intenta dejar un impacto positivo en la sociedad.
La Casa Itinerante, ubicada en el barrio Teusaquillo, es uno de esos proyectos. Se trata de un lugar en el que artistas independientes pueden exhibir y poner a la venta sus productos durante un mes, al cabo del cual se renuevan las exposiciones para dar paso a nuevas ideas. “Somos un colectivo de arte y diseño independiente que mes a mes renueva los montajes. Tenemos unas marcas residentes y otras itinerantes. En general, somos un espacio que mueve cultura y que busca fortalecer alianzas”, cuenta Ximena Collazos, quien trabaja en La Casa Itinerante de la mano de Juliana Parra.
Para ser expositor de este espacio hay convocatorias constantes que se hacen a través de Facebook, en las cuales quienes tienen un diseño propio y desean vincularse al proyecto, pueden enviar sus propuestas para que sean evaluadas. “La casa siempre ha querido apoyar el talento nacional o el diseño de autor, debe haber un concepto, un diseño y una elaboración propia del artista”, asegura Collazos.
Cada vez que se organiza un nuevo montaje, se organiza también un evento de inauguración que se ameniza con músicos que se unen al proyecto. Se ofrece comida para picar y los invitados tienen la oportunidad de conocer a los expositores.
En otro punto de la ciudad, la calle 53a con 16, existe otro lugar llamado Casa La Corte. Aquí, William Corredor y Alexandra Corredor, dos hermanos, han creado otro espacio en donde continuamente se realizan eventos que se logran mediante alianzas con otros creativos, emprendedores o artistas de la ciudad.
En este lugar, se ofrecen, por ejemplo, clases de baile, cursos de inglés, exposiciones de arte urbano, talleres de esténcil y recientemente inició un cineclub. Una de las iniciativas más populares se llama “Trueque y cambalache” y se convoca a través de Facebook para cualquiera que desee participar. “No somos una escuela de arte pero hacemos talleres; no somos una discoteca pero la gente viene a tomar cerveza y, a veces, hacemos fiestas; no somos una galería pero hacemos exposiciones; no somos un café pero a veces vedemos empanaditas y otras cosas, estamos en un punto intermedio”, asegura William Corredor.
Los hermanos Corredor quieren que los proyectos que se desarrollan en Casa La Corte vayan más allá de ese espacio y que logren un impacto en los ciudadanos de Bogotá. Es por esto que, además de los eventos que se organizan dentro de la casa, han hecho también actividades de intervención urbana. Una de éstas a pocos metros de la ubicación de la casa, en una esquina que los habitantes de la calle utilizaban continuamente como baño público. En este lugar, se hizo una jornada de aseo, se convocó a los vecinos a quienes se les explicó en qué consistía la intervención urbana, y, finalmente, en el lugar se pintó un mural y se creó una pequeña siembra de distintos vegetales. Ahora, el lugar permanece limpio y los vecinos tienen la oportunidad de cosechar los frutos de la siembra.
Propuestas como la Casa Itinerante o Casa La Corte son solo algunas de las opciones que se encuentran en Bogotá. Proyectos similares se están desarrollando en diferentes puntos de la ciudad, como el caso de Casa B, un espacio de promoción y apoyo a procesos culturales y sociales dentro del barrio Belén. Estas casas son el resultado de la unión de distintos profesionales y emprendedores que buscan crear espacios compartidos, en los cuales cada uno aporta una idea para producir otras en conjunto. Así, se crean alianzas que, a su vez, aseguran que éste tipo de iniciativas se continúe desarrollando en la ciudad.