La historia de Ricardo Aguirre se remonta a cuando conoció por primera vez al maestro Miguel Fajardo, restaurador de libros, a la edad de 19 años, siendo un vendedor en el mercado de pulgas. A partir de entonces, se dejó maravillar por el arte de la restauración y llegó a tener un trabajo en el Archivo de la Nación restaurando libros. Aguirre tuvo este trabajo alterno, mientras buscaba la forma de adquirir un negocio en el centro de la ciudad para empezar a crear libretas en blanco que se llenaran con las historias únicas de sus clientes.

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Hoy en día lleva 25 años en la casa del barrio la Macarena, justo al lado de la Universidad de los Andes. Ricardo a quien le gustan todos los pasos de la encuadernación por igual, no se limita a lo convencional, pues explora entre varios materiales: alfarería, telas y talabartería. Los cuales  busca en los viajes que realiza para impartir talleres de encuadernación o con su familia. Además, trata de innovar todo el tiempo, pues dentro de las colecciones que presenta incluye a artistas independientes con los que realiza colaboraciones.