“Transicionar fue un camino largo, ya había empezado a explorar el aspecto femenino de mi ser desde un lugar nominal. Era una puerta inmensa que no sabía que estaba abriendo a medida que mis uñas y mi pelo crecían. Fue una etapa de mucha crisis: Estábamos en plena pandemia del COVID-19 y el tiempo pasaba de una manera muy extraña. Yo, cambié de esta manera tan radical que cuando miré para atrás ya no sabía cómo o a dónde devolverme. Todo estaba revuelto en una maraña impresionante. Tenía miedo de equivocarme”, relata la actriz Santana Rosa Gómez acerca de su proceso de descubrimiento de identidad.
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Ella se ve a sí misma como una pintura renacentista, como un ángel, una santa y una rosa con todas sus espinas.
Con sus ojos tan grandes y claros como las aguas del mar Caribe expresa hasta lo que no dice y mantiene la mirada tan fija como un búho. Vive de jugar a ser otros, pues es actriz y así como ha cambiado y se ha transformado frente a la cámara, también lo ha hecho en medio de su búsqueda de identidad cuando pasó a ser Santana Rosa, un nombre que ella misma ideó para hacerle justicia a aquellas evocaciones con las que se siente representada y busca volverse inolvidable.
“Mi cuerpo, mi personalidad, mi día a día, la manera como me visto, como me comunico”. Por: Stephany Díaz
Para ella, esta constante transformación es lo que le ha permitido romper barreras y arriesgarse a ser valiente, expresando quién es: “Mi cuerpo, mi personalidad, mi día a día, la manera como me visto, como me comunico”, afirma mientras entrelaza las manos y las pone debajo de su mentón, como si estuviera reflexionando.
En su vida no hay rutinas, pues así cómo puede vivir largos días en el campo, junto con sus abuelos, puede pasar los días fumando los cigarrillos Rothmans, que siempre carga en su bolso, mientras escribe en su diario, ser community manager de una agencia y hasta trabajar de manera temporal en un call center.
Sin embargo, actuar es lo que siempre se mantiene constante en su vida: “Nací con el don y luego lo aprendí sobre la marcha”, comenta al expresar que si bien es una persona que ha tenido grandes cambios en su vida, también le gusta mantenerse en su zona de confort.
En medio de esa lucha constante, Santana Rosa se arriesgó a convertirse en cineasta con dos proyectos que tienen su puño y letra, no solo porque los ayudó a producir, sino porque cuentan una parte de su historia.
In Transit e In Voluptas son dos piezas audiovisuales que hacen parte de una trilogía que Santana produjo en conjunto con su mejor amigo, Katto Devia. Los cortos abordan las distintas fases de la búsqueda de la identidad de varias personas.
“Los cortometrajes surgen de esta necesidad de visibilizar identidades diversas, pero también desde un sentimiento egoísta de cumplir fantasías como la de tener una luz encima y los labios pintados de rojo”, afirma al hablar de In Voluptas, su segundo cortometraje nominado en la categoría colecciones de la edición 22.° del BOGOSHORTS FILM FESTIVAL, que se celebrará del 3 al 10 de diciembre en la Cinemateca de Bogotá.
Poster de nominación de In Voluptas al BOGOSHORTS. Cortesía de: Santana Rosa Gómez
Santana tiene claro que el proceso para llegar hasta donde está no ha sido fácil: “Yo creía que ya había recorrido mucho, pero todavía faltaba. Ha sido un proceso de ir y venir, de mucha felicidad por momentos, muchas crisis por otros y de preguntarme por qué decidí esto. Hay etapas donde me siento supremamente orgullosa de mi vida y de todo lo que he hecho, pero esto es una montaña rusa enorme que no creo que acabe”, afirma, con una sonrisa que no le llega a los ojos, al ver en retrospectiva los últimos años de su vida.
Esta es Santana Rosa, una mujer reconciliada con la soledad, que tiene una vida llena de dualidades: altos y bajos, constantes y transformaciones, placeres y disgustos, pero sobre todo la combinación perfecta entre luz y sombra, ya que entendió que los opuestos se complementan.
Santana y su constante dualidad entre la luz y la sombra. Por: Stephany Díaz
¿Qué ha aprendido de usted misma desde tu transición?
A ser más fuerte, más valiente, que puedo vivir sin la aprobación de la gente y que puedo hacerme feliz.
¿Cómo ha cambiado su percepción del mundo desde entonces?
Es completamente diferente, tanto desde mi cuerpo, los sentidos y sobre todo la socialización. Es muy loco cómo caminaba por la vida y era tratada de una manera y ahora no. Renunciar al privilegio de ser hombre, porque igual tengo muchos otros, se siente raro. Caigo en cuenta de que no estoy segura en ningún lado y es fuerte, pero a la vez tan retorcido que da placer, porque ya no soy hombre. Si solo se tratara de mí, sería una transformación infinitamente maravillosa, pero como la sociedad es un asco, entonces no lo es del todo.
En una entrevista dijo que sus abuelos estaban teniendo dificultades para aceptar tu transición. ¿Cómo hacerle entender a personas con las que tenemos una brecha generacional que existen otras maneras de vivir?
Creo que los medios tienen una responsabilidad enorme con respecto a eso, al ser una de las maneras en las que la gente mayor aprende. Para mí ha sido muy difícil, porque entiendo lo de la generación, pero no significa que no duela. Específicamente mis abuelos hablan desde el amor, pero eso no es suficiente para mí. Sí, ámame, pero necesito que me digas ella. También es muy relativo y muy personal, hay gente que tiene paciencia para educar y hay otros que toman la decisión de irse para nunca volver.
Poema escrito por Santana Rosa luego de una ceremonia reveladora. Tomado de: @La.santana.rosa
En su cuenta de Instagram publicó un poema en el que se refiere a usted misma como una pantera y mamá osa. ¿Qué significan esos animales para usted?
Para mí son animales de mucha fuerza. Yo escribí ese poema después de una ceremonia con hongos alucinógenos. Había una persona llorando al lado mío y en mi mente lo abracé. Eso para mí fue un mensaje sobre un llamado maternal, acerca de que tengo en mí una capacidad de cuidar. También escuché la voz de mis ancestras diciendo “somos leonas”, desde un lugar de infinita ternura que se refería a que tenía que ser fuerte y levantarme.
También mencionó que era una criatura alada de fuego. ¿Qué simboliza este elemento?
En la ceremonia también vi una figura femenina muy poderosa, parecida a un dragón. En el momento no lo sabía pero tenía mucho sentido. Cuando saqué mi cédula nueva también le saqué una carta astral a ese día y me salió el sol en Leo, un signo de fuego. En una lectura de tarot tiempo antes me dijeron que tenía que dejar de vivir en la noche, es decir en la melancolía. Esto coincidió con el momento en el que empecé mi terapia psiquiátrica, a tomar medicamentos y a dejar el alcohol. Cuando me salió la carta en fuego, todos los planetas salieron arriba, siendo que en mi nacimiento todos estaban abajo, en la noche. Entonces empecé a vivir de día.
Mencionó que le gustaría que hubiera más personajes en las producciones como usted, que fueran cambiantes. ¿Qué piensa actualmente al respecto?
Pues, eso sigue siendo así. Me parece que los personajes son bastante bidimensionales, por lo menos en nuestra cultura, no porque no haya escritores que no los escriban, sino porque no creo que la industria confíe mucho en ese tipo de producto. Hay una subestimación del público. Se piensa que necesitan ver cosas que son más básicas, pero no, lo que necesitan es ver cosas más profundas y aprender de ello.
¿Cómo se ve reflejada esta necesidad de expresarte en su trabajo?
Yo no siento que hasta ahora con mi trabajo en televisión haya podido experimentar mucho, porque la mayoría de mis personajes estaban muy lejos de lo que yo soy y es muy difícil realmente conectar con algo así. También considero que la actuación no es tanto una expresión artística en la cual hables sobre ti, comunicas lo que alguien más quiere decir. Para expresar está escribir, la música, el arte plástico y el teatro.
Ha interpretado personajes que hacen cosas muy distintas a usted, como un hacker ¿Cómo es meterse en la piel de ese otro para representarlo?
Hay una parte investigativa, pero también es jugar, dejar que las emociones te atraviesen. Yo me siento en un escritorio a mover mis dedos sobre el teclado y estoy jugando a que este movimiento realmente hace unos códigos. Lo mismo pasa con las relaciones, todo es lo mismo. Juego a que me enamoré de ti. Pero también busco en mí algo con lo que me pueda identificar con esa piel, sea algo que ya viví o no.
¿Cómo fue la experiencia en la serie de televisión Ventino, con el primer personaje de mujer que interpretó?
Yo venía de recién haber empezado este proceso y me llegó el casting. Llegué creyendo que era muy claro que era una chica trans, pero solo era claro para mí. Fue difícil porque estaba cumpliendo el sueño de que me maquillaran y a la vez estaba en una constante incomodidad de que me llamaran por el pronombre incorrecto porque pensaban que era un chico.
¿Cómo considera que está actualmente la industria del entretenimiento en términos de representatividad?
No hay un interés en contar historias diferentes, siempre se habla de que sufrimos un montón, la familia nos echa, etc. Claro, no es como que eso no pase, pero también pasan otras cosas. Sería muy interesante que el público viera otras historias, por un lado para nosotras poder vernos representadas, pero por otro para que la gente sea consciente de nuestra existencia.
¿Cree que la representatividad en las pantallas puede cambiar en espacios no tan comerciales, por ejemplo en el cine independiente?
Totalmente. Estas producciones realmente no están tratando de vender, ojalá fuera así y ganaran mucha plata, pero no es su principal objetivo. Se arriesgan a contar historias porque no están pensando únicamente en a quienes les va a gustar o no.
¿Cuál es la principal diferencia entre las producciones comerciales e independientes?
Aquí se puede plasmar mucho más, sí, la producción grande es más cómoda, pero lo que puedes plasmar como artista es limitado. En las producciones pequeñas todo está en nuestras manos, sigue siendo nuestro para expresar lo que queremos.
Poster oficial cortometraje In Voluptas. Tomado de: @kattodevia.art
¿Qué mensaje quieren dar con In Transit e In Voluptas?
“Que no estamos solos”, ese es el gran eslogan de este proyecto. Esto va sobre la familia que eliges, sobre cómo nuestras comunidades nos hacen llegar a otras personas con las que entablamos lazos muy fuertes, porque no es lo mismo estar navegando sola, que con alguien. En mi caso tengo dos familias: por un lado nuestro grupo de amigos Katto (Devia), Gerito (Geronimo Oviedo), Oscar (Rojas), Sofía (Gómez) y Elena (de Lario), y por el otro las personas que conocí en el Ballroom.
In Voluptas explora el tema de la soledad. Para Santana ¿Cómo se ve la soledad?
La soledad ahorita, en este momento de mi vida, es una aliada. Eso ha cambiado mucho con los años, pero para mí ahorita es muy importante, mi soledad es muy valiosa y me parece que es un tesoro. La otra cara de esa moneda, siento que es un vacío, una ausencia y no es tan fácil de transitar, pero es algo que en mi caso está en mi cabeza, porque realmente las personas que tengo en la vida son ángeles y yo creo que entender eso también ha permitido que pueda reconciliarme con la soledad.
Fragmento de una de las escenas finales de In Voluptas. Cortesía de: Santana Rosa Gómez
¿Se considera feminista?¿Qué opina del feminismo?
Sí. Ojalá no hubiera corrientes que se dividan porque me parece innecesario que eso pase en cualquier ideología. Creo que es algo que se sigue teniendo que trabajar, me parece que se ha desvirtuado también. Va mucho más allá de quedarnos o no en casa sino que toca a todos los seres humanos. Está lleno de la fuerza y la ternura que hay en lo femenino o en la mujer. Creo que hay cosas que se podrían seguir configurando hacia la unidad, porque no entiendo la división de los seres humanos, ni en fronteras, ni en etiquetas.
¿Quiénes han sido sus referentes?
Antes mi mamá. Cuando era pequeña éramos muy unidas y aprendí muchas cosas de ella, incluso las no tan buenas, que estoy tratando de terapia. Ya más grande, yo siento que Lady Gaga, porque es una persona que ha hecho lo que se le ha dado la gana y eso es lo que quiero hacer, así a veces se me olvide y vuelva a tratar de complacer, de ser aceptada y de pertenecer.
¿Qué sueño le falta por cumplir?
Hacer música, aunque el año pasado hice una obra donde canté. Mi prima Sofía me entrenó y me di cuenta de todo lo que puedo hacer. La música siempre ha sido una parte de mi vida, la familia por parte de papá son músicos, pero entonces le cogí miedo en mi infancia porque sentía que nunca iba a cantar tan bien como ellos. Quisiera hacer un disco, cantar en películas. También quiero escribir un libro y casarme, tener una boda muy grande.
¿Cómo se ve en 20 años?
Espero estar tranquila con mi cuerpo, en otro momento en donde la apariencia no importe. Espero que sean 20 años de muchísimo éxito para poder estar dirigiendo y dando charlas. Quiero ser madre, no sé si mamá, pero me gustaría ser esa figura para algunas personas. Por ejemplo, las madres en el ballroom que adoptaban a chicos gais o personas que no tenían casa durante los 70 y 80. Me gustaría convertirme en algo así para una comunidad.
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