Las vías contribuyen al 90 por ciento de la deforestación en el Amazonas

Miércoles, 25 Septiembre 2024 15:16
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Expertos advierten que la construcción de carreteras abre paso a grupos armados ilegales, responsables del cultivo de coca, minería ilegal, tala de árboles y pesca en áreas protegidas.

 

Hectáreas deforestadas en Chiriquiquete|Deforestación kilómetros cercanos a vías en la Amazonía.|Aproximación de deforestación en Amazonas durante los próximos cinco años|Actividades ilegales en el Amazonas.||| Hectáreas deforestadas en Chiriquiquete|Deforestación kilómetros cercanos a vías en la Amazonía.|Aproximación de deforestación en Amazonas durante los próximos cinco años|Actividades ilegales en el Amazonas.||| GETTY vía BBC News|Stephany Díaz|Stephany Díaz|Cifras El País|||
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El 90 % la deforestación en el territorio de la Amazonía colombiana ocurre en los cinco kilómetros más cercanos a las carreteras, según el último informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), cuando, actualmente, el Gobierno está implementando proyectos apalancados en el modelo Lineamientos Infraestructura Verde Vial (LIIV) en este territorio y cuyo plan piloto, el corredor El Calamar en el departamento del Guaviare, se viene ejecutando desde 2022.

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¿En qué consiste el Plan piloto del corredor?

El proyecto LIIV busca rehabilitar una vía que conecta San José, capital del departamento del Guaviare, con los municipios de El Retorno y Calamar debido a su deteriorado estado, siguiendo lineamientos con una perspectiva medioambiental. 

El tramo de la carretera que conecta los municipios de Calamar y Miraflores fue una trocha construida por las extintas FARC. A pesar de ser utilizada como herramienta para llegar a los cultivos de coca, el grupo armado mantuvo la conservación de esta área. Con el acuerdo de paz, la pavimentación de la vía se convirtió en una promesa de campaña del exgobernador Nevio Echeverry y los exalcaldes Pedro Pablo Novoa y Jhonivar Cumbe, quienes afirman que mejoraría la conectividad de los 5,000 habitantes de Miraflores, de acuerdo con el informe del Ministerio de Ambiente, Afectaciones a las grandes áreas de conservación corredor de 2022.

¿El Corredor El Calamar tiene un impacto ambiental en la Amazonía?

La WWF, una de las entidades vinculadas al proyecto LIIV, advierte que esta obra tiene cercanía con el territorio de la Serranía de Chiribiquete, un área protegida, que, según cifras reveladas por El Espectador, entre enero de 2016 hasta mayo de 2024 presentó 1.472 hectáreas de bosque deforestado, es decir, un área equivalente a casi 1.783 canchas de fútbol.

En 2020, la ONG The Forest Declaration ya había alertado que “la construcción o mejora de unos 12.000 kilómetros de vías en la selva amazónica de Bolivia, Brasil, Colombia, Perú y Ecuador durante los próximos cinco años podría causar la deforestación de 2,4 millones de hectáreas en las dos décadas posteriores”, un área similar a los territorios de Bahamas y Jamaica.

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Sin embargo, “al hacer el proyecto piloto en el Guaviare, considerado uno de los departamentos más deforestados del país, los índices bajaron”, afirmó Gerardo Pinto, ingeniero ambiental vinculado al corredor. 

“Además, la construcción del corredor no tuvo que compensar daños, ya que al usar los LIIV se hace una obra responsable. En este caso se mitigó el daño provocado por una vía preexistente, reforestando un bosque aledaño en un intento por preservar las especies de fauna silvestre que transitan cerca de la carretera”, aclaró, por su parte, Javier Millán, ingeniero civil y consultor para la WWF en el marco de este proyecto.

¿Las vías son los únicos focos de deforestación?

“La mayoría de la deforestación que se da en los territorios del Amazonas y el Guaviare es por actores ilegales. Una de las desventajas de implementar este tipo de proyectos es que, de alguna manera, se les abre paso a estos grupos, explica Mariana Unda, experta en conservación y uso de biodiversidad de la Secretaría de Ambiente de Bogotá.

La situación luce compleja cuando en este territorio, los grupos ilegales como guerrillas, paramilitares y narcotraficantes se asocian con grupos criminales de países fronterizos como Brasil y Perú.  Estos actores están involucrados en el cultivo de coca, tala de árboles, dragado en busca de oro y  pesca en áreas protegidas. A medida que aumenta la criminalidad, se dispara el daño ambiental y la violencia contra la población local, según Crisis Group.

Los LIIV permitirían la conectividad de este territorio con el resto del país. Para evitar que se conviertan en una oportunidad para las actividades delictivas de grupos ilegales, se podrían utilizar otro tipo de transportes como el aéreo, que, aunque tiene otras consecuencias en contaminación, impide la degradación del bosque. En este caso, lo ideal sería detener el avance de la infraestructura en el Amazonas, afirma Unda, la experta en conservación.