En esta entrevista, Vanessa nos da a conocer sus inicios, sus anhelos como escritora; más su perspectiva de la moda y el feminismo en el panorama colombiano.
Cuando nombran Vanessa Rosales siempre se recalca tu amplia trayectoria académica, ¿qué le falta por alcanzar?
Muchas cosas, me hace falta posicionarse más como escritora, escribir literatura, madurar como escritora, es decir, yo estoy escribiendo desde los 8 años, pero en temas de publicación, sólo tengo un libro que, no siento, me representa tanto como me puede representar este segundo libro (Mujer incómoda) que se ha demorado un tiempo, ha sido un proceso espeso. Me hace falta, sobre todo, florecer más como una escritora consagrada porque he producido periodística y digitalmente que es algo extraño, puesto que, las redes son difusas e ingratas en la manera en que eliminan y reemplazan
¿En qué momento de su vida decidió encaminar su formación académica hacia este ámbito feminista que se ha convertido en su huella personal?
Yo siempre supe que quería escribir. A mí me interesaba profundamente la estética desde que era muy niña, pero también lo histórico, lo social, lo cultural, lo político y la filosofía me apasionó desde muy chica. Pero todo se fue ensamblando de a poco, es cuando llego al periodismo que se me presentan unas inquietudes ensayísticas y más teóricas.
Cuando empiezo a ejercer más periodísticamente y cuando empiezo a tener unos intereses en la moda en su dimensión histórica, me doy cuenta de que es una manera de leer la historia de las mujeres y de leer los ideales de lo femenino que siempre me ha apasionado, como ver a las Flappers en los 20s y la estética de las amas de casa de los años 50. Todo fue cayendo en su lugar, pero fue la lectura y la escritura lo que me permitió darle forma y palabra a los temas que yo intuía
¿Qué mujeres han sido y son referentes para su trabajo?
Judith Thurman, Holly Brubach, Kennedy Fraser, Anne Hollander. Hollander es una de las mujeres que todavía me inspira mucho, y de hecho pienso, mucho en su estilo ensayístico, ya que también me considero ensayista en formación, estoy construyendo ese género que requiere mucha tenacidad y práctica.
En escritura, Katy Horan me influenció mucho en su momento, pero esas son algunas de las críticas que me mostraron lo que yo quería hacer, sobre todo Thurman, Brubach, Fraser que las tres fueron críticas de estilo en el The New Yorker, que median la moda y la feminidad a través de la crítica cultural. Otra mujer ahora, Rhonda Garelick, en estos momentos, me inspira mucho debido a su forma de analizar fenómenos contemporáneos de la estética cuando los mira políticamente.
¿Desde la moda como se puede entender el feminismo?
Hay varios aspectos en el que la moda y el feminismo se conectan. Por un lado, está que la moda se construyó como un tema y un pasatiempo femenino, y eso ya de por sí genera un material interesante desde la perspectiva feminista. Luego está como la ropa ha marcado la historia y las circunstancias de las mujeres.
Pero en esta cuarta ola del feminismo también ha habido una estetización de la protesta y de la expresión feminista. Asimismo, el hecho de haber sido adoctrinada a escoger, si puedo soy una mujer intelectualmente cultivada, no puedo ser una mujer estéticamente cultivada, ese es un desafío que marca la conexión moda y feminismo. La relación entre la moda y el feminismo nos permite entender cómo se ha construido lo femenino históricamente
¿Su perspectiva de la moda ha cambiado desde que el término “Slow fashion” resuena más en esta generación y la segunda industria más contaminante es el de la moda?
La gran ambivalencia de la “moda rápida”, ha hecho posible formar una democratización estilística de la moda. Por un lado, la moda rápida al permitirle a muchas personas más acceder al estilo del momento, democratiza la moda de alguna manera, pero el costo de eso es alarmante, no solo por el derroche material, lo que eso supone en términos ecológicos, sino por las estructuras neoliberales problemáticas que se traducen en términos de: explotación laboral, explotación colonialista y la concentración del poder en pocas manos masculinas
¿Para usted que finalidad tiene el feminismo?
Como dice Bell Hooks: “las políticas del feminismo son políticas intrínsecamente amorosas que buscan deshacer la opresión”.
Por supuesto el feminismo nombra un problema histórico, una simetría estructural entre hombre y mujeres, pero conforme hemos ido avanzando, y teniendo en cuenta que el género es una de las categorías más problematizadas en este momento, debemos entender que esa búsqueda de libertad e igualdad, que es la premisa fundamental del feminismo amplia el espectro e implican muchos más sujetos. En ultimas, el feminismo, para mi busca un mundo libre de cualquier clase opresión.
¿Cómo una mujer puede sentirse feminista?
Recuerdo que en una conferencia en México dije algo que le gustó mucho a una pareja de amigos allí presentes, Antonio y Linda, al decir: “Si usted cree en la igualdad política, cultural, social y económica entre los sexos, lamento decirle que es feminista.” Cualquier persona quien piense así, es feminista, quien no se proclame feminista es porque no lo entiende o porque no quiere alterar su comportamiento.
Haciendo énfasis en su episodio “Maternidad feminista” ¿Cómo le explicaría a una niña que es el feminismo?
Yo he hecho el ejercicio con niñas, he dado charlas sobre feminismo, y básicamente a una niña le trato de explicar que históricamente hubo muchos momentos en la historia donde las mujeres no podíamos hacer muchas cosas. Todavía me sorprende todo lo que no podíamos hacer: no podíamos votar, no podíamos ser artistas, no podíamos tener un hijo o tener sexo si no estábamos casadas, no podíamos tener un crédito, no podíamos escribir, entre otras.
Todas esas prohibiciones son la esencia de la liberación femenina y para mi explicarle eso a una niña es importante, explicarles que ser mujer no debe ser una condición limitante y que no hay que ser tampoco un tipo de mujer específica, lo ideal es ser libre individualmente y, sobre todo, creer en que el feminismo es la búsqueda de la igualdad.
Estuvo involucrada en un conflicto en redes con un grupo de feministas a causa de tu episodio “Feminismo radical” ¿Cree en el concepto: feminista buena y feminista mala?
Yo creo que el episodio de feminismo radical fue un error por mi parte porque no me percaté con suficiente anterioridad de algunas posturas con las que no coincidía. Pienso que hay feministas dogmáticas, sí tengo una distancia con el dogma, dado que el dogma busca defender a toda costa una postura y no permite la maleabilidad del argumento, de escuchar o de debatir.
Todas somos malas feministas de alguna manera, porque somos humanas, pero sí creo que hay un feminismo dogmático que incurre en violencias patriarcales.
¿Cuál es su posición frente a las personas que piensan que la mujer ya esta en equidad con el hombre por el hecho de que las mujeres ya tienen derecho a votar, a trabajar, y a abortar en las tres circunstancias permitidas por el gobierno?
Ese es un recurso muy recurrente en los conservadurismos que se oponen al feminismo, ya hay una ganancia de derechos indiscutible. Ciertamente vivimos en un mundo donde inéditamente en la historia de la humanidad, las mujeres tienen muchas más posibilidades que nunca.
Aun así, vivimos en unas estructuras soterradamente misóginas y racistas, de siglos de racismo, y si bien hay avances en términos de derechos, agenda ciudadana y aspectos legales, de todas maneras, nos rodean y nos envuelven unas estructuras que nos preceden, eso hace que las mujeres se perciban de forma equivoca en ciertos ámbitos
¿Cuál es su postura frente a la frecuente redes de noticias de feminicidios, violencia intrafamiliar, acoso sexual, entre otros?
Las noticias y las estadísticas nos recuerdan dolorosa e hirientemente que esa misoginia persiste, materializada en las fibras de nuestra cotidianidad. En ese sentido, me considero una feminista estructural, yo analizo las estructuras, no siempre es lo evidente, sino también todo lo que está detrás del feminicidio, es decir, no solo es el patrón recurrente, muchas veces por patrón o por estadísticas, son conocidos de estas mujeres, son ex parejas, por ejemplo.
Lo que trato de indagar es qué tipo de códigos estructurales hay en esos patrones que nos rodean mediáticamente. Mi postura allí es que la lucha debe que seguir dándose, toca seguir incomodando al mundo con el feminismo y con el señalamiento de la misoginia estructural porque lo estamos viendo todos los días.
¿Cuál es el mensaje que esperas trasmitir en sus redes sociales?
Busco invitar a un espacio de reflexión, humanizar a la mujer, que se cuestionen cómo han aprendido a leer lo femenino y la masculinidad feminista, algo en lo que creo firmemente.
Mi gran propósito es humanizar a las mujeres y, a su vez, lo femenino; lo doloroso de la misoginia es la deshumanización de lo femenino, que es lo que finalmente conduce a que un hombre crea que puede matar a su ex pareja, la deshumaniza completamente. Muchas veces, me acusan de victimizarme por acusar violencia misógina, que es otro tipo de deshumanización, entonces en el momento en que dice una mujer que la están lastimando, la victimizan. Es un mensaje en busca de la libertad de las mujeres.