Juan Quiroschka: “el arte nos recuerda que somos humanos”

Jueves, 12 Mayo 2022 07:24
Escrito por

Este artista empírico de 55 años expone sus obras por la Carrera Séptima con calle 21 en Bogotá conversa con Plaza Capital sobre su trayectoria artística y sus motivaciones para crear grandes piezas de arte. 

Quiroschka trabajando en una obra en pleno día.||| Quiroschka trabajando en una obra en pleno día.||| Foto tomada por: María Paula Bautista|||
1499

Juan Quiroschka nació en Bucaramanga y a corta edad se interesó por las artes, la música y la literatura. Su primera obra la pintó en 1985 a la edad de 17 años. En ese entonces, Quiroschka no contaba con los materiales necesarios y de forma creativa optó por desarmar los esferos kilométricos y usar la tinta mezclada con aceite y carbón para plasmar en el papel lo que ocurría dentro de su imaginario.

A sus 23 años se mudó a la fría Bogotá, como muchos, en busca de oportunidades laborales. En el año 1992 expuso sus pocas obras en la calle y a partir de ahí, sus horizontes como artista independiente crecieron al desarrollar técnicas para pintar con acuarela, carboncillo, acrílico, técnica mixta, técnica con plumilla y escultura. 

 

 

                                                                                                                                                

In love. Acrílico sobre lienzo. 70X 100 centímetros

 tomada de su Instagram: @quiroschka

Con el paso del tiempo conformó su obra más grande, El Mundo Quiroschkiano. Esta se compone de una serie de cuadros que reflejan expresiones y sentimientos propios sobre temas como el sexo, el amor, lo erótico, la violencia, la alegría, la guerra, la persistencia del recuerdo, la espera, el poder, entre otros.

La calle no es el único lugar donde las personas han podido ver su arte. Ha hecho donaciones a casas de cultura en otros países latinoamericanos como Ecuador y Chile. Al mismo tiempo participó en la exposición colectiva de artistas en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FilBo) en 2011 y 2012.

Sus obras han hecho parte de espacios como el Teatro Jorge Eliecer Gaitán, Auditorio León de Greiff en la Universidad Nacional de Bogotá, la Biblioteca Pública Alberto Gutiérrez Botero de Bogotá y recientemente en Barcú, un espacio para exponer piezas artísticas y musicales.

Plaza Capital, en esta entrevista, captura de forma concisa la pasión que este artista busca plasmar en cada una de sus obras.

 

 

Dolor en el corazón. 2021.

Tomada de su Instagram: @quiroschka

¿Cómo definiría usted el arte?

Una forma de creer y crear. En mi caso, es la expresión de mis sentimientos, de todos, desde los más profundos hasta los más ridículos.

¿A qué se refiere con creer?

Crear es fácil, cualquiera puede coger un lápiz, un pincel, carboncillo, y empezar a plasmar en el papel lo que le salga del alma. Lo difícil, es creer que eso que estás transmitiendo valga la pena contarlo. Siempre busco que mis pinturas tengan un propósito. Debo creer en mi arte, y en la historia que cuento a través de este.

¿Cómo llegó a desarrollar la habilidad de crear?

¡Uf! Me gustaría decir que nací con ese talento innato, Pero, la verdad, no me considero tan bueno. Desde muy pequeño, el arte fue un gusto que, junto a la música y la literatura, solo llegué a desarrollar con la práctica hasta mi adolescencia. Así este muy quemado, tengo que darle la razón a aquellas personas que dicen que la práctica hace al maestro.

¿Heredó ese gusto por alguien de su familia?

No tengo la fortuna de decir que alguien me lo haya heredado. Pero tengo el privilegio de decir que mi hija practica otra rama del arte que también amo profundamente, la música. Actualmente, ella es violinista profesional. Es una pasión que ambos compartimos y que nos une. El arte nos recuerda que somos humanos.

¿Cuándo se dio cuenta que era artista?

En mi juventud llegué a pasar mucho tiempo en el coro de la escuela, en la biblioteca junto a muchos libros, y pinté lo que salía del corazón. A mis 17 años, decidí que el arte sería mi camino de vida. Ahí lo supe, soy artista. Los momentos más felices de mi vida han sido gracias al arte.

¿Qué es lo más difícil de su oficio?

Ganar dinero por mis obras. Aunque sé que como trabajador informal no voy a llegar a ganar más de un salario mínimo. A veces tengo la esperanza de que no solo los turistas, sino la gente de a pie, la gente bogotana, más bien la gente colombiana valore más lo que hacemos los artistas locales.

¿En Bogotá se valora el arte?

A la gente que va a la Séptima le gusta ir a ver. No sé si ver y valorar es lo mismo. Para mí el hecho de valorar se necesita un conocimiento académico sobre historia del arte. Si valorar es la remuneración económica, la gente no valora el arte. Las personas prefieren gastar gran cantidad de dinero en otras cosas que en el arte. En ese sentido, el arte no se valora.

¿Qué le ha dado el arte y usted qué le ha dado?

El arte me ha dado la felicidad de vivir. Y al arte le he dado mi vida.