Después de tres años de su planeación, el pasado 24 de agosto, en la Avenida Jiménez con Carrera Décima, en medio del caótico centro de Bogotá, se inauguró el proyecto ‘Paseo de Luz’. La presentación se hizo tras sobrepasar múltiples obstáculos, entre ellos, dificultades económicas y la pandemia, la idea que busca darle una nueva vida a este lugar vio la luz.
El proyecto fue ejecutado por la asociación La Gran Manzana, la cual cuenta con inversionistas del sector privado de los comerciantes de San Victorino y Alejandro Ramírez, quien funge como su representante legal. Con reuniones previas y con la toma en el cargo de Alejandra rodríguez como defensora del espacio público de la Alcaldía de Bogotá, se cerró el acuerdo para la apertura de este proyecto que busca mejorar el espacio público en ese sector tan marcado, desde hace varios años, por la delincuencia y el miedo.
Para nadie es un secreto que dicho lugar, con el pasar de los años, se fue deteriorando hasta convertirse en un espacio desagradable, tanto es su aspecto, seguridad y mal olor. El ‘Paseo de Luz’, según señalaron sus creadores, quiere revertir esa "mala fama" y darle un nuevo aire.
Se llama ‘Paseo de Luz’ por el cambio que tuvo, pues pasó de ser una zona marcada por la delincuencia, a un lugar donde se puede estar en paz. “Hace unos años tuvimos una visión de tener un centro internacional y de cambiarlo, y empezamos a crear un proyecto llamado 'Paseo de Luz' de la Gran Manzana. El sueño es tener un corredor lumínico (...) Este espacio fue escogido porque es urbano y era mal visto por todo el mundo, era una esquina deprimida y contaba con varias problemáticas sociales fuertes. Y ahora encontrar un punto de entretenimiento”, contó Alejandro Ramírez, representante legal de Asociación la Gran Manzana.
El lugar es muy colorido, con ambiente agradable para pasar el rato con amigos y familiares, ofrece una carta de comida variada, se puede encontrar desde pizzas, perros calientes, comida mexicana, bebidas, cocteles, entre muchas más opciones. Está decorado con luces que tienen bombillos pequeños de color amarillo que los sostienen unas cuerdas negras. Tiene un equipo de sonido y un proyector de video en todo el centro del lugar. Sus mesas y sillas son de color amarillo y negro de material reutilizable con el logo de una P en letra cursiva. El fondo de pared que tiene diseñado es lo que le da vida al lugar, pues es un grafiti colorido, con representaciones indígenas, soles y olas con referencias al mar.
La expectativa más grande de este proyecto es mejorar el aspecto de las calles de Bogotá donde hay inseguridad y es desagradable e incómodo para los ciudadanos. "Antes se creía que el espacio público era solamente poder limpiar y mejorar andenes y que todo estuviera limpio y organizado, pero donde no pasaba nada, ahora para nosotros el nuevo concepto es el mejoramiento y la rehabilitación del espacio público, donde sea una zona de encuentro y reactivación económica, y que mejor ejemplo que la primera plazoleta de comidas rápidas al aire libre”, explicó Diana Alejandra Rodríguez, directora de la defensoría del espacio público de la Alcaldía de Bogotá.
Resumen de la feria de emprendimiento junto a @ipesbogota, destacando la cultura y artesanía de nuestra población indígena llena de luz y alegría ? pic.twitter.com/Vhur0R9tQz
— Paseo De Luz (@PaseoluzBta) July 19, 2021
Sentir un ambiente diferente, sin peligro, sin temor al andar por el centro de la ciudad por miedo a ser robado, es lo que pretende la llegada de este proyecto, puesto que con su nueva plazoleta de comida al aire libre e idea de integración con la sociedad el lugar dejará de ser una amenaza para quien lo visite. “Esto de alguna forma hace que el ser humano recupere vida, no solamente cambiar un inmobiliario en un recorrido sino también encontrar un cambio de mente, donde las personas sientan un aliento”, comentó Alejandro Ramírez.
La estrategia económica es poner el lugar agradable para que las personas se acerquen y así los puestos de comida puedan vender más. Además de contar con un plan de nigth markert, en el cual hay un comercio las 24 horas. “Esto hace una ciudad internacional, que tengamos una Bogotá para muchos años más, con más turismo y una reapertura de nuestro comercio en la zona de la Candelaria, los Mártires y Santa Fe”, añadió Ramírez.
Si la asociación de La Mariposa llega a tener el impacto que se espera en estos espacios de pasado oscuro a un presente iluminado se transformaría el concepto que los ciudadanos le tienen al centro de Bogotá. Es por eso es que el proyecto pretende cambiar esa idea, porque cada rincón de la ciudad debe ser agradable y tener la posibilidad de ser visitado.
“El sueño es tener un corredor lumínico de dos kilómetros, es un polígono”, precisó Ramírez al hacer énfasis en el proyecto y la nueva cara que se le quiere dar al sector.