Nicolás tiene tilde en la a, es lo primero que me dice Nicolás Acevedo cuando me ve poner en el cuaderno que llevo conmigo su nombre; de él se puede decir poco: es estudiante de economía de la universidad de los Andes, caleño, aunque ha vivido mucho tiempo en Bogotá, tiene 19 años y cabello negro rizado. Lo que lo hace diferente es una obsesión que tiene: Nicolás esta encaprichado con la ortografía.

Nicolás fue el ganador de la competencia de ortografía de El Tiempo dos años seguidos (2008 y 2009) además de ubicarse en el 1er puesto del Icfes “me encontré con mucha gente que era incluso peor que yo, gente que cargaba diccionarios de bolsillo y que anotaba todas las palabras que se mencionaran”, dijo. La palabra que más recuerda haberle causado más impacto, por lo extraña que era, fue abigeo, que significa ladrón de ganado.

Nicolás no puede evitar fruncir el seño cada vez que dos jóvenes sentados al lado nuestro pronuncian palabras entre cruzadas entre español e inglés, se supone que en la universidad es algo común pues no hace ningún intento de levantarse. Él no puede evitar creer que su gran conocimiento viene de leer mucho, menciona que el simplemente al ver una palabra ya puede sentir que esta mal escrita, “Es como un sexto sentido para eso, simplemente la miro y digo, a esta palabra le falta o tiene mal algo”, me cuenta mientras tiene en sus manos una copia del diario Publimetro que va corrigiendo en voz alta poco a poco.

Sin embargo, él no es el único con esta obsesión, recientemente en Santiago de Chile, Yerko Vadel se hizo famoso grabando el video “La mala educación en Chile” que ya tiene más de 32000 visitas en Youtube y en el que criticaba la falta de educación y ortografía en Chile, en este el joven se hizo famoso por llevar en el bolsillo cinta adhesiva negra con la que corregía los errores de ortografía que se encontraba en la calle y que confesó luego, era una costumbre que tenía desde hacía años.

Nicolás niega que este obsesionado o incluso, siquiera, que le guste la ortografía más de lo que le debería interesarle a una persona del común, sin embargo existen esos pequeños gestos que le delatan, para Rogelio Nazar, licenciado en comunicación, esta obsesión no es más que una respuesta a la falta de ortografía que surgió en nuestra sociedad después del boom de los chats y de los mensajes de textos; expone que muchos jóvenes demuestran gran apego a las reglas ortográficas y que más que una obsesión es una respuesta a lo que esta sucediendo hoy en día.

Mientras avanza el reloj y el café se va vaciando, pues esta comenzando el partido del Real Madrid contra el Barcelona y todos quieren mirarlo, Nicolás va apurando la conversación ya que él tiene parcial de Francés III y desea tener tiempo para estudiar.

Lo último que alcanza a decir es que a pesar de que en el colegio no lo juzgaban, él sabe que tener, y querer, una buena ortografía no es algo muy común, y llevarlo al extremo mucho menos, pero que es una herramienta muy importante y que realmente quiere que la gente la mejore, porque para él no hay nada que hable peor que una buena ortografía.

“Cuando escribas la nota, no se te olvide que Nicolás lleva tilde en la a” me vuelve a repetir mientras nos separamos.