Los egresados de las universidades han experimentado una situación laboral mucho más dura en tiempos de pandemia. De hecho, según el DANE, 538.000 personas con educación universitaria o posgrado se encuentran al día de hoy desocupados. Con la implementación de una de las cuarentenas más largas a nivel mundial, muchas empresas tuvieron que cerrar. Esto representa menos oportunidades de inserción para los egresados, pues una gran parte de estas empresas pequeñas no eran tan rigurosas con la experiencia laboral de sus empleados. Así lo percibe Cristian Gutiérrez, licenciado en ciencias sociales de la Universidad Pedagógica.
Desde el 2016, Cristian se graduó de su pregrado. Es consciente que las Humanidades la tienen más difícil que otras carreras. Por ello hoy se encuentra adelantando su maestría para complementar su hoja de vida y posicionarse mejor en la bolsa de empleo. Probogotá, una fundación sin ánimo de lucro, se encarga de realizar análisis de las problemáticas que afectan la región metropolitana. Uno de sus ejes más importantes ha sido el futuro del empleo. Jorge Rincón es uno de los integrantes de la fundación. Afirma que para conocer a profundidad lo que necesitan los jóvenes para emplearse han trabajado en cuatro mesas temáticas.
La primera es la etapa de selección donde se centran en analizar: ¿Cómo están reclutando los empleadores de distintos sectores? Otra etapa es la mesa tecnológica, esta se encarga de analizar que habilidades o conocimientos se han vuelto más indispensables en plena era digital. También analizan lo que está sucediendo en el colegio. ¿Qué competencias necesitan los jóvenes? ¿Cómo pueden ser potencializadas? Por último, se encuentra la mesa regulatoria, donde analizan qué necesitan los jóvenes para insertarse.
Un problema antiguo acentuado por la pandemia
Desde antes que iniciara la pandemia, los profesionales recién graduados se encontraban con un sinfín de dificultades cuando se enfrentaban a la bolsa de empleo. Muchas de estas veces, se impone la ley del mal menor. Los jóvenes desesperanzados por el desempleo de sus compañeros, sienten que “es mejor aceptar un trabajo mal pago que quedarse sin trabajo “Así lo asegura Giovanni Rodríguez tras ver la situación de sus compañeros de carrera.
Giovanni se graduó en 2015 de Ciencias Políticas en la Universidad Nacional, posteriormente termino su maestría en la misma universidad. Y tras ver lo difícil que era acceder al mercado laboral y que los sueldos no se ajustaban al escalafón correspondiente a su formación, optó por estudiar un pregrado de estadística para ser más competitivo laboralmente. Para él, existe un fallo desde la formación universitaria de los politólogos. “En la Universidad te forman para que te vuelvas un buen investigador, te enseñan mucha teoría, pero no te forman para emplearte”, afirma. De hecho, para muchos politólogos no es fácil ubicarse laboralmente. Los sectores privados desconocen que hacen los politólogos añade.
Cristian y Giovanni coinciden en que las universidades deberían tener una materia que forme a los estudiantes para el campo laboral de su profesión. En donde les expliquen a los alumnos las probabilidades que tienen de conseguir empleo desde su carrera, les expliquen los contratos que van a recibir y los perfiles que buscan las empresas. Es importante que les enseñen esto cuanto antes para evitar que se choquen con la realidad una vez reciban su título afirman.
Según DANE el 37% de las personas desocupadas han afirmado que han perdido su única fuente de ingreso con la pandemia.
No ha sido un problema que afecte únicamente a Colombia sino a muchos otros países de Latinoamérica y el Caribe. Así lo afirma la Organización Internacional del trabajo (OIT) que califico la situación como “un aumento sin precedentes”.
