La Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) y el Ministerio de educación iniciaron conversaciones el 9 de marzo del 2017 para discutir el pliego de peticiones redactado por la organización de educadores. El Gobierno y Fecode acordaron reunirse los martes y jueves de cada semana por 20 días, contados a partir del 16 de marzo.
Para el desarrollo de las conversaciones se definieron los ejes: política educativa y carrera docente, económico, salud y prestacional, y bienestar y garantías sindicales. No hay límites de tiempo específicos para cada tema. Si pasados los 20 días los diálogos no llegan a su fin, pueden extenderse a 40 días. Si después de ese tiempo tampoco concluyen, se pedirá una interventoría que define la conciliación en los temas que el Gobierno y los maestros no lleguen a un acuerdo.
Hasta el momento se ha abordado el tema de política educativa y carrera docente. El Gobierno ha reconocido la necesidad de crear grados de preescolar gratuitos, de trabajar en un Programa de Formación Complementaria para las Escuelas Normales y de incrementar la financiación para la educación pública. La Secretaría de Educación dijo que no estaba dispuesta a revisar los casos específicos de cada colegio respecto a implementación de la jornada única.
Entre las peticiones que presentan los educadores están asegurar la gratuidad de la educación pública, incrementar la financiación de la misma, garantizar las condiciones para establecer la jornada única en los colegios, modificar la prima docente, precisar los términos de los permisos sindicales e implementar el plan de “La educación en el post-acuerdo y las Escuelas como Territorio de paz”.
Fabio Herrera es el secretario de asuntos educativos, pedagógicos y científicos de Fecode e integra la mesa de negociaciones entre los educadores y el Gobierno. Herrera respondió unas preguntas acerca de las peticiones que su organización tiene para el Estado y sobre el desarrollo de las negociaciones.
Dado que es una negociación, ¿qué peticiones que están dispuestos a modificar?
Lo que nosotros procuramos con el pliego es buscarle solución o minimizar el impacto negativo de la aplicación de la política del Estado en la educación pública. Es necesario que en algunos aspectos lleguemos a acuerdos y tengamos que flexibilizar nuestra postura como habrá otros donde, no estaremos de acuerdo y dejaremos la constancia frente al tema. Un ejemplo: no estamos de acuerdo con la flexibilización laboral.
¿En qué consiste esa flexibilización laboral?
La tercerización. Hoy hay un número importante de maestros que están siendo vinculados a través de unas figuras donde no se respeta la carrera docente. No tienen los beneficios y se distorsiona el papel del maestro como tal. Un ejemplo: los agentes educativos.
Ustedes dicen que la financiación se debería incrementar al 7,5% del PIB, ¿qué problemas tiene la financiación actual?
El compromiso de 7,5 del PIB es del Gobierno Santos con la bandera de Colombia la más educada. Se pretende entrar a la órbita de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) y los países miembros que menos aportan, dan 3 y 4 veces más que lo que se aporta hoy en Colombia. De tal manera que se deben invertir los recursos que garanticen la prestación adecuada del servicio, la preparación permanente de los maestros, las condiciones de conectividad en los establecimientos educativos para que verdaderamente los estudiantes puedan alcanzar una formación integral.
¿Qué inconvenientes específicos ha traído esta falta de financiación?
Hoy las cuentas nos dicen que en los últimos 10 años la educación ha recibido menos 180 billones de pesos. Lo que significa que en los establecimientos educativos las estructuras cada día siguen deteriorándose, no hay nombramiento de servicios generales, no hay auxiliares de servicio, no hay bibliotecas, no hay laboratorios, no hay ni siquiera los administradores de los puntos vive digital, que es una de las banderas del Gobierno. Mucho menos habrá recursos con que nombrar nuevos maestros, ni mejorar las condiciones salariales y prestacionales.
Piden garantizar las condiciones para la jornada única y ustedes afirman que se está “imponiendo” en los colegios, ¿qué condiciones no se tienen todavía?
Nosotros estamos de acuerdo con la jornada única, lo que no compartimos con el gobierno es que armó una alharaca con el tema. Con “móntate en el bus de la jornada única” hizo unos compromisos con los establecimientos educativos en materia de adecuación, de infraestructura, de alimentación escolar, de transporte escolar, fusionó los establecimientos educativos que estaban dispersos y los llevó a un solo punto de concentración. Hoy hay zonas donde los estudiantes tienen que caminar horas para llegar a los establecimientos educativos porque el recurso del transporte escolar es ineficiente.
No hay una programación de alimentación, sino un programa de un mientras tanto que es una dotación calórica de un 20% de lo que debe consumir un niño. Entonces, para estar de 6 de la mañana a 3 de la tarde se requiere que los niños reciban alimentación caliente, un transporte escolar adecuado, la conectividad en los colegios, la bonificación adicional o el mejoramiento salarial de los maestros que les permita dedicarse de tiempo completo a la actividad.
¿Qué puede o no suplir un maestro promedio con su salario actual?
El salario promedio de un maestro es inferior al trabajo promedio de un trabajador del sector administrativo estatal de menos rango. Nosotros pensamos que hay una deuda histórica con los educadores y estamos trabajando para que se dé una nivelación. En las cuentas de nosotros la desigualdad está en un 28,3% y el gobierno dice que es un 10% Hemos trabajado un programa de incremento gradual y en esta oportunidad estamos discutiendo el incremento que nos permita nivelar esa deuda al 2025. También hablan del decreto de la modificación de la prima docente… Es un decreto al que nosotros hemos llamado la prima “antipago”, porque dentro de los artículos que tiene hay uno que dice que será cancelada a aquellos que hayan laborado los 10 meses ininterrumpidos del calendario escolar. Significa que si el maestro va a la huelga, pierde la prima de vacaciones. Consideramos que eso no puede ser así, que debe promediada de acuerdo al tiempo laborado.
Respecto a la garantía a la libertad sindical que piden, ¿los sindicatos de educadores han tenido algún impedimento por parte del Estado?
En este momento sí. Tenemos un número importante de sindicatos regionales en que los compañeros no cuentan con los permisos sindicales permanentes que les permitan realizar su actividad. Hay otras instancias como los centros de investigación y las escuelas de formación sindical donde no es posible designar compañeros, porque no hay condiciones en los entes territoriales para reemplazar al docente.
En el pliego mencionan el plan de “La educación en el post-acuerdo y las Escuelas como Territorio de paz”, ¿cómo conciben ustedes el proyecto?
Consideramos que el tema de la paz no puede convertirse en un tema de las ONG o del sector privado. Pensamos que debe haber adecuación e inversión que en los establecimientos públicos que es donde van a llegar los hijos de los guerrilleros, de los combatientes, de los paramilitares, de los policías, de los soldados, del campesino asesinado. La escuela tiene que convertirse en un verdadero laboratorio de construcción de paz, porque en las condiciones que hoy se encuentra no nos garantiza absolutamente nada.
¿Qué hace falta para implementarlo?
Hace falta mirar el currículo, porque no se pueden inventar nuevas cátedras que se convierten en nuevas asignaturas cada año. Hay que formar a los maestros para la conciliación. Hay que establecer las condiciones en las escuelas para que se democraticen y eso permita que la libre expresión sea un privilegio para todos y no de uno o dos.
¿Qué van a hacer si no llegan a un acuerdo con el Gobierno luego de pasar por la interventoría?
Para nosotros, el único tribunal de arbitramiento es la calle. Si no hay una postura del gobierno a concertar con Fecode, necesariamente nos tomaremos las calles para sentar al gobierno y obligarlo a buscar salida a la problemática que tenemos en el sector educativo.
¿Vale la pena dejar a los niños unos días sin educación?
Es algo incoherente que tengamos que dejar a los niños solos para salir a defenderles los derechos, pero esa es la historia de nuestro país. Las conquistas más significativas con que hoy cuenta la nación y nuestros estudiantes, que es la educación pública, ha sido defendida en la calle por los maestros, los estudiantes y los padres de familia.
Han realizado negociaciones antes, ¿cómo creen que va a ser la dinámica por parte del gobierno y por parte de ustedes esta vez?
La experiencia que tenemos es que ha habido negociaciones muy álgidas. En este momento hay una experiencia donde hay un ambiente agradable, de respeto, donde se escucha al otro. Sin embargo, sabemos que lo que estamos tocando está cruzado por el tema económico y cuando las vacas están flacas, el pagano es el trabajador y cuando están gordas, el trabajador tampoco tiene ningún beneficio con eso. No creemos que va a ser fácil, pero hasta el momento observamos una disposición por parte del viceministro de educación y de su equipo para dialogar y buscar aproximaciones.
¿Qué esperan de los diálogos?
Esperamos reivindicar la educación pública, garantizar la gratuidad de la educación básica, media y complementaria de las normales, mejorar las condiciones de los establecimientos educativos a través de la inversión y la modernización de la estructura. Esperamos, igualmente, mejorar las condiciones salariales y prestacionales de los maestros.