Colectivo Puro Veneno lanza campaña para fotografiar y replicar murales que exigen memoria y justicia en Colombia

Miércoles, 02 Abril 2025 11:10
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La iniciativa surgió tras la sistemática eliminación de distintos grafitis por parte de grupos de extrema derecha que los consideran “propaganda del gobierno de Gustavo Petro”. 

Mural "Las Cuchas tienen razón" - Calle 45 de Bogotá||| Mural "Las Cuchas tienen razón" - Calle 45 de Bogotá||| |||
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El colectivo artístico Puro Veneno adelanta una campaña para que las personas en Bogotá y otras ciudades les tomen fotos a los denominados murales “Las cuchas tienen razón” -que buscan visibilizar la resistencia de las madres de víctimas de desaparición forzada en Colombia- con el objetivo de poder ubicarlos y repintarlos tras la sistemática “borrada” de los mismos.  

Parte de estos grafitis han sido eliminados por un grupo liderado por Josías Fiesco, un joven militante del Centro Democrático, que se considera de extrema derecha. Fiesco afirma que estos grafitis, lejos de exigir memoria y justicia, son propaganda política del actual Gobierno de Gustavo Petro. 

Los murales ‘Las cuchas tienen razón’ buscan visibilizar la lucha de las mujeres buscadoras de Medellín. Ellas han trabajado por años para hallar los cuerpos de sus familiares en La Escombrera, un sitio señalado como posible fosa común tras la Operación Orión de 2002 ejecutada bajo el gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010), cuyo objetivo era retomar el control de la comuna 13 de San Javier, situada al occidente de Medellín.

¿En qué consistió la operación Orión?  

El operativo tenía como objetivo eliminar la presencia de los grupos de Milicias Urbanas de las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo (FARC-EP), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y los Comandos Armados del Pueblo (CAP). Se llevó a cabo bajo la declaración de Estado de Excepción. 

Dicha operación se ejecutó entre el 15 y el 16 de octubre de 2002 y dejó como resultado 80 civiles heridos, 17 homicidios cometidos por la fuerza pública, 71 personas asesinadas por los paramilitares, 12 personas torturadas, 370 detenciones arbitrarias, 6 desapariciones forzadas registradas durante la operación y más de 100 en los días y meses posteriores. 

Según la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), Antioquia es el departamento con más desaparecidos en el país, con 25.728 casos reportados, de los cuales 206 se registraron en 2002. Además, hay 502 registros de personas dadas por desaparecidas en la Comuna 13. 

Según el Centro Nacional de Memoria Histórica, Medellín es el municipio de Colombia con más desaparecidos, con 2,975 casos. Para 2002, se registró un total 240 desaparecidos en Medellín. 

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La Escombrera, donde se hallaron las víctimas

La escombrera es un lugar donde, como su nombre se indica, se arrojaban escombros. Desde la operación Orión, también ha sido señalado como el lugar donde arrojaban los cuerpos de las víctimas de ejecuciones extrajudiciales y desapariciones por parte de distintos grupos armados. 

Según la definición de la JEP: la Escombrera corresponde al trabajo realizado en una escena del crimen. Al menos dos de las personas fueron enterradas en el mismo lugar donde fueron asesinadas, lo que confirma que La Escombrera no solo fue un sitio destinado a la desaparición, sino también un lugar de ejecución. En al menos uno de los casos, existe evidencia suficiente para afirmar que la víctima fue reducida a un estado de total indefensión y sometida a malos tratos, sin descartar la comisión de torturas. 

En enero de este año se hallaron dos cuerpos en La Escombrera, identificados como una joven de 20 años, coordinadora de un grupo juvenil deportivo, y un vendedor ambulante en condición de discapacidad, de 28 años, quienes fueron asesinados, enterrados y ocultados en La Escombrera. Además, se hallaron otros dos cuerpos a la espera de identificación, cuyo proceso tenía un avance del 85 % para el 23 de enero.  

Al respecto, la JEP aclaró que Todas las víctimas presentan signos de violencia peri mortem, es decir, como causa de muerte, y lesiones compatibles con proyectiles de arma de fuego, específicamente tiros de gracia.” 

Según el comunicado 006 de 2025 de la JEP, “En La Escombrera, fueron asesinados y desaparecidos habitantes de la Comuna 13. Esta verdad judicial está respaldada de manera inequívoca por la evidencia documentada por la JEP y los detalles del proceso forense. Cualquier intento de ponerla en duda o sugerir lo contrario es, además de infundado, una ofensa para las víctimas y, ante todo, socialmente inmoral”. 

Cabe resaltar que según la UBPD, Antioquia es el departamento con más reporte de desaparecidos, con unas 25.728 personas, de las cuales 4.155 corresponden a Medellín, y de esas, 206 a 2002 –cuando ocurrió la operación Orión–, aumentando el doble de casos respecto al año anterior, 2001. 

El debate que han generado los murales 

Desde enero de este año, Josías Fiesco, activista y militante del Centro Democrático, adelantó una cruzada para eliminar estos murales, principalmente en Bogotá, argumentando que lo que hay detrás de los mismos obedece a un tinte político. 

“Grafiti que ensucie a Bogotá, grafiti que vamos a limpiar. (...) Ese muro contenía unos mensajes insultantes, unas calaveras que afectan psicológicamente a las familias que leen ese mensaje. No tenemos por qué aguantarnos a quienes, si han hecho daño para que expongan en los muros públicos sus mensajes de maldad”, mencionó en un video publicado en su cuenta de X.  

Fiesco lideró la eliminación de un mural en Bogotá con la frase "Las cuchas tienen razón”, ubicado en la calle 45 con carrera Séptima. El mural fue creado por colectivos artísticos en homenaje a las madres de víctimas del conflicto armado en Medellín, especialmente de la Comuna 13, que buscan a sus hijos desaparecidos tras la Operación Orión en 2002. 

El activista justificó su acción, alegando que el mural tenía un mensaje político más que un tributo a las víctimas. En un video en su perfil de Instagram, afirmó: "Las cuchas son las que crían a los que dibujan calaveras en las paredes o atraviesan cables en el portal Américas. Colombia tiene madres que, con esfuerzo, sacan a sus hijos adelante para que sean deportistas". 

Los actos realizados por Fiesco generaron una fuerte reacción por parte de colectivos artísticos y ciudadanos, quienes consideraron el acto como un intento de silenciar la memoria histórica. 

Ante esto, el colectivo Puro Veneno ha tomado la iniciativa de multiplicar y replicar el mensaje en diferentes lugares, reforzando la lucha por la memoria y la justicia. "Borraron uno y a este paso serán centenares los murales de LAS CUCHAS TIENEN LA RAZÓN", afirmaron en un post en su cuenta de Instagram. 

Según Sergio Contreras, periodista relacionado con los colectivos que pintan los murales, habló para Plaza Capital y aseguró que el objetivo de estos es “visibilizar la lucha de las mujeres buscadoras de Medellín. Mujeres estas que después de un trabajo sostenido por año logran encontrar los cuerpos de sus parientes en el tiradero de escombros en Medellín ("La Escombrera"). Es un espaldarazo a la lucha por justicia que viene desde la incursión salvaje de la Comuna 13 en la Operación Orión del 16 y 17 de octubre del 2020, bajo el gobierno del señor Uribe y su MinDefensa Marta Lucia Ramírez”. 

visibilizar la lucha de las mujeres buscadoras de Medellín. Mujeres estas que después de un trabajo sostenido por año logran encontrar los cuerpos de sus parientes en el tiradero de escombros en Medellín ("La Escombrera"). Es un espaldarazo a la lucha por justicia que viene desde la incursión salvaje de la Comuna 13 en la Operación Orión del 16 y 17 de octubre del 2020, bajo el gobierno del señor Uribe y su MinDefensa Marta Lucia Ramírez

En respuesta, estos grupos, como puro veneno, han restaurado los murales, reafirmando su compromiso con la memoria y la justicia. Este incidente reavivó el debate sobre la representación de la memoria del conflicto armado en el espacio público y evidenció las tensiones entre diferentes sectores de la sociedad colombiana respecto a cómo abordar y reconocer el pasado violento del país. 

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Este debate ha propiciado la pintada de murales fuera de Colombia. En países como República Dominicana, Alemania y España se han realizado estos grafitis para conmemorar a las víctimas de la violencia en Colombia, en concreto en Medellín, que a inicios de los años 90 fue la ciudad más violenta del mundo, dejando 6.809 personas muertas en 1991, el año más violento en esa ciudad, según el Museo Casa de la Memoria.