La historia del fútbol profesional femenino en Colombia es muy joven. A mediados de 2016, la División Mayor de Fútbol Colombiano (Dimayor), organismo rector de esta disciplina deportiva, accedió a las múltiples solicitudes de las jugadoras de la Selección Colombia que venían clasificando a dos copas del mundo de manera consecutiva, de tener una liga organizada en el país.
Fue así como a finales del mismo año se llevó a cabo el lanzamiento oficial del campeonato en Cartagena, que según lo programado, tendría una periodicidad anual a partir de febrero del año 2017, hasta mayo. Con el fin de hacer más competitivo el torneo, la Dimayor exigió a todos los clubes del campeonato masculino constituir un equipo femenino. Sin embargo, no todos hicieron caso, argumentando problemas administrativos con el manejo de ‘dos economías’, como pasó con el Deportivo Cali, Millonarios, el Deportivo Independiente Medellín y Atlético Nacional. Nacional creó su club femenino en la segunda edición del torneo.
En Latinoamérica todavía no arranca la acogida general del fútbol femenino. Brasil, México y Colombia son los únicos países donde a la fecha existen certámenes profesionales. Pese a ello, en la nación colombiana la liga femenina no cuenta con un respaldo económico consolidado. De conformidad con los cálculos de la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro), un jugador en promedio recibe entre $4 millones de pesos, como mínimo, para efectos de su salario, mientras que las jugadoras mejor pagadas escasamente llegan a los $3 millones de pesos, otras al millón y la mayoría apenas recibe el salario mínimo legal, o incluso menos.
Es usual que tanto las jugadoras como los equipos tengan dificultades con su situación financiera. Por ejemplo, en 2017, muchas de las jugadoras del equipo Patriotas Boyacá estaban con dos y tres meses de sueldo atrasados.
Las mujeres en Colombia son unas luchadoras que buscan mostrar todo su potencial en un país y un mundo machista. Obviamente, por patrocinio y publicidad es mejor que una camisa nueva del combinado nacional la presente James en vez de Yoreli Rincón, volante del Atlético Huila y de la Selección. Pero muchas de ellas han calificado como injusto que en las presentaciones no se les tenga en cuenta. La única que estuvo fue Paulina Vega Dieppa, modelo, presentadora y ex Miss Universo, adversa al mundo futbolístico. Por esta razón, muchas jugadoras explotaron de rabia por ser excluidas, como Vanessa Córdoba, arquera de La Equidad e hija del ex arquero de la selección Colombia y hoy comentarista de fútbol, Óscar Córdoba. “Hasta el momento no he visto a ninguna jugadora de la selección Colombia mostrando la nueva camiseta de Adidas, ¿ustedes sí?”, manifestó Córdoba.
Tatiana Ariza, jugadora de la selección Colombia durante los últimos diez años, también se ha pronunciado sobre el poco auxilio que tiene el gremio. “El fútbol femenino es un proceso que viene tomando ritmo. Falta aún mucho terreno. Las que estamos jugando fuera del país nos damos cuenta que falta mucho apoyo. Se necesita más inversión en la preparación, ya que eso es vital. Por ejemplo, aunque vamos por buen camino, una necesidad es más inclusión de las fechas FIFA”, exclamó la jugadora en el Gol Caracol, quien actúa en el fútbol universitario de Los Estados Unidos.
Ariza también dijo que con más aportes de los entes rectores y más partidos amistosos se puede mejorar e incentivar el fútbol femenino en el país ‘cafetero’. El seleccionado nacional, dirigido por Nelson Abadía, solo disputó siete amistosos antes de la Copa América femenina celebrada en Chile en el año 2018. Esta cifra se consideró muy baja para las jugadoras, de cara a una competencia de tan alta envergadura.
No obstante, hay diversas perspectivas. Gabriela Tovar, arquera del Deportivo Pasto, expresó en entrevista con Plaza Capital que sí se ve el apoyo hacia el fútbol femenino, pero de parte de la gente. “El fútbol femenino es algo muy nuevo en Colombia, aunque se ha visto un gran apoyo. Un claro ejemplo fue el récord histórico de asistencia en un partido femenino (33.000 personas) en la final entre Santa Fe y Atlético Huila. A futuro lo veo muy fuerte y hay muchas opiniones; que es muy lento por las interrupciones, pero todo es fútbol y son de muy buena calidad. Es cuestión de tiempo y este deporte es el deporte rey en Colombia”, aseguró la arquera del club pastuso.
Es útil destacar lo que sucede en un país emblemático a nivel mundial del fútbol como lo es Argentina, que no dista mucho del caso colombiano. La Primera División Femenina, aunque es reconocida y avalada por la FIFA, es tenida en cuenta como aficionada y, de hecho, las jugadoras son amateurs. Esto quiere decir que ellas tienen que trabajar en otras profesiones para vivir, pues no reciben ningún tipo de remuneración para representar a su país con la camiseta. Laurina Oliveros, arquera de la selección argentina, por ejemplo, también trabaja en el sector de Recursos Humanos de Universidad Abierta Interamericana.
En 2017, la selección femenina albiceleste viajó a Montevideo para disputar un amistoso. Se levantaron a las 4 de la mañana, viajaron por tierra y durmieron en los asientos. Luego, disputaron el compromiso para después volver al ómnibus. El post encuentro se hizo en el transporte; todo un día sin dormir en una cama. Ellas veían como a esa misma hora, los hombres argentinos viajaban por avión a Uruguay para enfrentar a ´La Celeste´.
Por otro lado, la Copa América no fue la mejor para la Selección Colombia femenina, celebrada desde el 4 al 22 de abril. El combinado nacional quedó primera en su grupo como invictas, pero en el cuadrangular final ocupó el último lugar, sin obtener ningún premio importante. Por ello, el periodista deportivo Gabriel Meluk emitió unas contundentes palabras en Twitter contra la Selección, calificando de ‘fracaso’ el desempeño de las jugadoras, lo que desencadenó en una pelea en las redes sociales con Melissa Ortiz, jugadora de la Selección. Ella, que no pudo estar por la falta de apoyo en sus viáticos, defendió a sus compañeras.
A petición de la Dimayor, Millonarios FC, Deportivo Independiente Medellín, Deportivo Cali y otros más, presentaron en el mes de mayo sus propuestas de equipo femenino, que a partir de 2019 disputarán la Liga. Por esta razón, esta categoría femenina tendrá más apoyo de otras hinchadas y paulatinamente se espera que se termine la segregación. Este es un proceso que toma tiempo. Lentamente ganará prestigio.