Jorge Sánchez es un habitante que vive en la vereda rural de El Volcán, a más de diez kilómetros del pueblo de La Calera. Desde las juntas comunales, Sánchez ha visto cómo la falta de cobertura móvil impide a niños y adolescentes desarrollar sus tareas del colegio. Esto hace que deban recurrir a planes prepago que generan sobrecostos mayores a los de un plan de datos, incluso con mala comunicación. “A algunos ni siquiera les llega buena señal en la misma casa y tienen que subir una montaña para cogerla mejor”, añade Sánchez. A pesar de que existen programas para beneficiarios de estratos uno y dos, estos sólo aplican para la parte urbana de la Calera y dejan excluidas a la zona rural que representa más del 50% de la población, entre ellos, campesinos.
En Colombia, la falta de acceso a cobertura telefónica e Internet desde dispositivos móviles es una brecha social más que se ha visibilizado por la pandemia. Ahora, más que nunca, la tecnología y conexión supone una necesidad para actividades fundamentales como estudiar, tener acceso a un servicio médico y trabajar. Sin embargo, muchos los caseríos en Cundinamarca, hasta el primer trimestre del 2020, se integran a las redes más antiguas de conectividad: 2G y 3G de acuerdo con una base de datos del MinTic. Esto es una muestra crítica de la situación del país, que es aún más grave al ser lugares cercanos a la capital.
¿Por qué hablar sólo de telefonía móvil? Resulta que este es el país en donde hay más líneas telefónicas que colombianos según cuenta Víctor Solano, creador del blog ¿Comunicación? Para Solano, los celulares son dispositivos más accesibles dentro de una familia pues “obtener puntos fijos de conexión como una computadora se dificulta, son más costosos”, dice. Actualmente, la normalidad en un hogar es que estos dispositivos móviles tengan conexión 4G, que se refiere a su tecnología de red de conexión a Internet. Entre más pequeña sea la capacidad de conexión hay menor velocidad, calidad y se prioriza la llamada telefónica antes que los datos.
Sin embargo, alcanzar la red 4G se ha vuelto toda una odisea para algunos habitantes de sectores rurales en Cundinamarca, sobre todo, cuando son familias numerosas que deben sostener su hogar durante la pandemia, como el caso del guía turístico Héctor Sánchez. “Cuando somos cinco o seis en la familia para podernos ganar la vida pues estamos mal”, sostiene. Desde el resguardo Sector Alto de La Cruz, en Choachí, los esfuerzos por implementar fibra óptica para mayor productividad han sido en vano y no han podido avanzar de la red 3G. Incluso han pagado planes de internet de hasta 170 mil pesos para la vereda, que no proveen la capacidad de red que necesitan.
Respecto a esta problemática, el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, MinTIC, publicó una base de datos este año que muestra la conectividad del país desde el 2017. En este documento se registran los tipos de tecnología que tiene cada lugar (2G, 3G, HSPA+, HSPA+DC y 4G) y quién es la empresa proveedora de dicho servicio. Se tuvieron en cuenta los 33 departamentos de Colombia, generando, en total, 162.405 registros sobre el estado de los diferentes municipios y centros poblados (veredas, corregimientos y otras pequeñas zonas urbanas). En el caso particular de Bogotá D.C y el departamento de Cundinamarca, hay 5 y 404 centros poblados registrados, respectivamente.
Betania y Nazareth, centros poblados de Bogotá, ubicados en la localidad de Sumapaz, hasta el primer trimestre del 2020 se integraron a la red de conectividad 2G, mientras que San Juan y La Unión, ya se integraron a la red 2G y 3G. Aún así, el único proveedor de servicio en la zona es Claro e, incluso, en San Juan, aún no se registran torres que provean algún servicio de conexión móvil. Esta falta de conectividad es un reto para las entidades gubernamentales, pues el país tiene una gran brecha tecnológica que concentra la cobertura móvil en los lugares que tienen una mayor densidad poblacional y desarrollo industrial.
Los municipios más rezagados por empresa telefónica
Las siguientes gráficas muestran los municipios en peor situación de cobertura móvil por empresa telefónica basados en los datos del MinTIC. En general, las periferias de Cundinamarca son las más afectadas por este rezago tecnológico. Es decir, los municipios más alejados de la capital, y que conforman los extremos del departamento, son los lugares con peor conectividad y cobertura móvil.
A continuación, se presenta la concentración de centros poblados y caseríos en municipios donde no hay ningún tipo cobertura de parte del proveedor Claro. Es decir, no ofrecen ningún servicio: ni 2G, ni 3G ni 4G. Yacopí es el municipio con más caseríos sin ninguna cobertura de telefonía móvil, con once en total. Le sigue Facatativá, con ocho caseríos, y Girardot, con siete de estas zonas rurales. En definitiva, los lugares más afectados son los que conforman la región perimetral. En el caso de ETB, también se pueden visualizar los municipios que tienen centros poblados sin ningún tipo de servicio. No hay resultados contundentes sobre la concentración en zonas periféricas, aunque son pocos los municipios cercanos a la capital que no cuentan con este servicio y hay una concentración en un área intermedia que tampoco es cercana a la capital.
Para Tigo, se pueden visualizar aquellos municipios que cuentan únicamente con redes 2G y no con 3G ni 4G. Fúquene y Puerto Salgar son dos de estos lugares ubicados en la periferia, que tienen un centro poblado únicamente con servicio 2G dado por la compañía Tigo; mientras que Anapoima y Silvania, ubicados en una zona más hacia el interior del departamento y alejados de la capital, también presentan esta situación. Ahora bien, al igual que Tigo, de Movistar se pueden ver los municipios que tienen solamente redes 2G. El municipio más afectado es Guaduas que cuenta con dos caseríos con únicamente 2G. Este municipio también está ubicado en uno de los extremos de Cundinamarca. Otros como Paratebueno y Ricaurte también están en esta zona, demostrando que no hay mayor afectación en aquellos cercanos a Bogotá.
Por último, Avantel, una de las empresas más recientes de telefonía móvil, cuyo propósito en un principio no fue brindar cobertura en todo el territorio nacional sino ofrecer soluciones de comunicación para empresas de zonas urbanas. En este mapa se detalla que, en la zona periférica de Cundinamarca, cerca del 50% de los municipios no están cubiertos totalmente en sus caseríos.
El MinTIC responde
Según el profesor de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia e ingeniero en telecomunicaciones, Gonzalo Medina, dentro de los planes del gobierno está que las empresas del sector lleven la conexión hasta las zonas más abandonadas. Esto se promueve al condicionar las subastas de las frecuencias para el despliegue de estas tecnologías. Así, el MinTIC obliga a las empresas privadas a que cubran zonas que están abandonadas y que no son rentables.
Como respuesta a estas dinámicas, el MinTIC contestó que todas las cabeceras municipales tienen conexión móvil pero no respondieron el porqué de la baja cobertura en caseríos y centros poblados. Ellos afirman que “a la fecha todas las cabeceras municipales cuentan con cobertura en las tres generaciones de tecnología móvil, es decir, en 2G, 3G y 4G” pero con una distancia de casi 10 años entre la actualización de una tecnología a otra. En la actualidad, la cobertura móvil rural del país es de tan sólo el 9.7%, según el Ministerio. Frente a esto, han planteado distintas estrategias como el Plan de Transición a Nuevas Tecnologías para la modernización de las redes 2G y 3G a tecnologías 4G y 5G, junto con subastas de espectro para el uso de bandas de 700 MHz y 2500 MHz.
Así, estiman alcanzar cerca de un 80% de cobertura en lo que resta del gobierno y una ampliación de banda ancha móvil en 3.658 localidades y 32 departamentos del país. Sin embargo, a dos años de la posesión del presidente Iván Duque, resulta cuestionable sus ambiciosas proyecciones, pues permanecen desconectadas áreas rurales, lo cual se refleja en las altas tasas de deserción escolar durante la pandemia en el país, que ya supera los 100.000 estudiantes, según el Ministerio de Educación.
Las veredas y los caseríos se quedan sin cobertura
De acuerdo con Efraín Pérez, profesor de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia e ingeniero en telecomunicaciones, que ha trabajado conectando caseríos lejanos, ese afán por llevar conectividad a todo el país falla porque los operadores tienen la libertad de realizar con ese espectro lo que mejor les conviene comercialmente. Las empresas se comprometen por ley a llevar conectividad a todos los municipios, pero según Pérez, las veredas y caseríos se quedan por fuera. “Las empresas se pueden cubrir bajo la ley diciendo que le están dando cobertura al pueblo y al municipio, sin embargo, no pueden llegar a una vereda donde hay dos o tres familias porque no es rentable”. De esta forma, quedan relegados los lugares que no pertenecen a cabeceras municipales, como las zonas rurales y otros pequeños centros poblados, como caseríos.
Una respuesta no muy diferente es la que da el MinTIC, pues ellos señalan que los operadores móviles tienen completa libertad para desarrollar sus planes de negocio de acuerdo con sus objetivos. En ese orden de ideas, afirman que “hay algunas poblaciones que resultan más o menos atractivas en términos de negocio y esto genera que el mercado de telefonía móvil llegue bajo circunstancias distintas, como lo es el caso del Sumapaz”. Esta brecha comunicacional se traduce en una brecha social, según el periodista Víctor Solano, pues estos territorios pierden competitividad frente a otros lugares en la región. “Cundinamarca tiene regiones con mayor oportunidades, por ejemplo, Fusa, Madrid, Mosquera, Cajicá, Chía, Tabio por su ubicación en zonas francas”, añade.
El departamento de Cundinamarca, junto a Bogotá, representa la mayor participación de PIB de Colombia, contribuyendo en un 31,61% del total en sus bienes y servicios, de acuerdo con los perfiles regionales del Ministerio de Comercio. Sin embargo, su desarrollo económico se ve obstruido en estos caseríos por la falta de oportunidades tecnológicas a partir de la cobertura telefónica y de Internet.
Garantizar cobertura es difícil pero no imposible
Con la rapidez con la que se desarrolla la tecnología, parece impensable que haya personas que no puedan realizar o recibir llamadas por celular, al ser algo más básico y que está instaurado desde años anteriores al Internet. Aún así, varias regiones y comunidades se enfrentan a la dificultad de comunicarse, así sea a través de llamadas, pues es difícil que logre llegar hasta ellos la señal y, cuando llega, tiene una conexión inestable o una mala calidad.
Ante esta situación, instalar estaciones base de telefonía móvil por todas estas veredas parecería la solución más razonable a la mala cobertura de teléfono móvil en estos lugares del país. Sin embargo, esto no es tan sencillo como parece. De acuerdo con el ingeniero Efraín Perez, instalar una torre de estas podría llegar a costar dos o tres millones de dólares por los equipos que lo integran internamente. Además, se debe tener en cuenta que Colombia tiene una situación geográfica no muy favorable por su topografía montañosa y alto relieve lo que implica un reto doble para que las empresas de comunicaciones lleven sus servicios a veredas lejanas.
Aun así, llevar conexión telefónica celular a estos lugares no es tarea imposible. De acuerdo con Pérez, existen varias opciones que podrían funcionar como la instalación de amplificadores RF. “Estas funcionan como cajas que se instalan dentro de las viviendas y afuera a las que se les coloca una antena externa y ese amplificador lo que hace es aumentar la poca señal que está recibiendo el área externa” dice. De otro modo, el ingeniero de la UNAD, Gonzalo Medina, señala que “técnicamente se puede llevar la conexión a Internet a donde quiera”. La radiofrecuencia es el nombre que se le da al espectro electromagnético, el cual abarca desde las longitudes de onda más pequeñas hasta las más grandes. Dentro de ellas se encuentran las frecuencias AM y FM, conocidas por la radio. Los enlaces son la forma en que se conectan dos o más puntos, por lo que puede ser de forma terrestre entre sí, de forma satelital, de un punto en la tierra hacia un satélite en el espacio, para lo que pueden utilizar platos metálicos, que se ubican con cierta dirección.
Dificultades topográficas del país y la inversión que supone
Con estos elementos técnicos es que, a pesar de las dificultades topográficas del país, hay varias alternativas a las conexiones de torre, como la radiofrecuencia, enlaces terrestres, enlaces satelitales, el uso de platos y repetidores o combinaciones de ellos. Se podrían realizar algunos tramos con fibra óptica, otros con enlaces terrestres. Es importante tener presente que el espectro es un recurso limitado, que se reduce cada vez más con la incursión de nuevas tecnologías y dispositivos como los celulares. Por eso es que la Agencia Nacional del Espectro se encarga de gestionar todo lo relacionado a las frecuencias. Es una limitación con la que deben trabajar de forma dinámica para mantener al país actualizado y con una distribución apropiada de la conectividad.
Sumado a la dificultad que plantea de por sí el espectro, de forma natural, está el aspecto económico, que es fundamental para las compañías de telecomunicaciones, pues además de la inversión que implica la compra y mantenimiento de equipos, las empresas deben pagar por el uso de frecuencias ya que para hacer un radioenlace no siempre se utilizan las frecuencias libres. Medina reconoce que las empresas buscan tener clientes y ser lo más rentables posibles, características que no corresponden a los lugares que quedan relegados. “Hay muchas zonas o muchos pueblitos por allá muy alejados y que no tienen conectividad es por los costos, no porque llevar la tecnología sea imposible. Si no hay un retorno de inversión, entonces pues es muy costoso para ellas (las empresas). Esa es la realidad”, asegura.