Ha pasado más de un año desde que se inauguró el Planetario del sur de Bogotá, en el Triángulo de Cantarrana, en la localidad de Usme. Sin embargo, desde su inauguración, el domo no cuenta con los equipos necesarios para hacer proyecciones, ni con telescopios, pero si es el escenario donde se presentan los pequeños artistas del Clan.
Con la poca y desactualizada información disponible de las actividades del domo y del planetario de Cantarrana; llegue al CLAN y su domo plateado: una semiesfera de techo de malla asfáltica negra en su superficie interna, rodeado de pintorescos contenedores.
Después de programarme con anticipación para lo que sería mi primera proyección astronómica en el segundo planetario de la ciudad, me encontré con un desolado terreno ocupado de imponentes estructuras. En el sitio, sólo había la presencia de un celador que vigilaba el espacio. Tras preguntarle por la programación de las proyecciones, el hombre se mostró asombrado y no sabía qué responder, “señorita, acá funciona es lo del Clan, acá no se hace nada de eso y hasta el lunes la pueden atender”, dijo mientras volvía a su puesto.
Simplemente, el planetario de Usme es un lugar sin estrellas, pues su domo no cuenta con funciones de proyección astronómica y mucho menos cuenta con telescopios para observar el cielo o como se le conoce en el mundo de la astronomía “la bóveda celeste”.
En las visitas al planetario, nunca vi su cielo y estrellas en el techo del domo. A la entrada de este, ya había más personal de seguridad y pequeños visitantes que aprendían a bailar, actuar, cantar y hasta dibujar. Luego de un rato de espera, me dirigieron al contenedor anaranjado, allí me atendería el coordinador del Clan Cantarrana, José Ricardo Rodríguez, un hombre corpulento, de baja estatura y ropa deportiva.
Rodríguez, me explicó que era el “mal llamado Planetario del sur”, pues a pesar de contar con un domo de 24 metros de diámetro; tenía la capacidad de albergar no solo 600 personas de pie y 350 sentadas sino también, de hacer proyecciones de 360 grados. El domo, en el tiempo que lleva de construido, no se ha usado con fines astronómicos. Además, actualmente la malla asfáltica estaba siendo reparada, pues presenta filtraciones de agua.
Ante esto, pregunté asombrada:
—¿En este casi año y medio de funcionamiento, no han habido proyecciones en el domo u observación con telescopios?
—Alguna vez vino el Planetario Distrital, con el planetario móvil, pero desde esa vez no se ha vuelto hacer. Realmente el domo es usado como escenario de nuestros chicos del clan para sus presentaciones — dijo nuevamente Rodriguez.
Así era el domo que le costó al distrito del gobierno Petro dos mil millones de pesos. Este quedó reducido a un escenario de presentaciones de las futuras generaciones de artistas de Usme, más no era usado por los que podrían ser los futuros físicos, matemáticos o astrónomos de la localidad.
Para lo que había dicho que se usaría el domo, para las proyecciones astronómicas, esa era su función, no solo el escenario´cultural que es ahora. De modo que, el telón no se abriría o expandirá por toda la superficie del domo, hasta mayo, cuando se espera que los recursos económicos y de personal capacitado que se dispusieron desde el momento de su inauguración con la gobierno Petro, que no se dejó resultó, quedando en veremos en la presente administración, me comenta José Ricardo Rodríguez, en medio de la poca luz y las nuevas sillas de IDARTES apiladas a nuestro alrededor.
Al respecto, Santiago Vargas, astrofísico y asesor científico del Planetario Distrital comenta que poco después de la inauguración del domo en Usme, lo que contemplaba el proyecto era hacer la solicitud de la compra y renovación de los equipos del planetario del centro, para que estos pasaran a ser instalados en el sur a 22,9 kilómetros. “Una situación que se ha demorado, pero que espera que se solucione en los próximos meses”, afirma Vargas.
Santiago, fue uno de los primeros en ver materializado el convenio entre el Planetario Distrital y el Clan Cantarrana en la apertura del domo. Sin embargo, no pudo llegar a ver que se le diera un uso acorde con las funciones de este, “eso no sólo desanima a los habitantes de la zona sino también a uno que sabe que puso tanto esfuerzo y pues ahora que no se le ha dado una continuidad, se está desaprovechando” dijo con un leve tono de frustración.
El triángulo de cantarrana resulta ser un terreno de gran extensión que se proyectaba para ser aprovechado, pues tiene una extensión de unos 7.000 metros cuadrados. Este espacio que ahora es desaprovechado, no solo porque se use un domo para algo que no fue construido o plantado o por no contar con el equipamiento necesario, ni el personal calificado, sino porque Usme por su posición apartada de los centros estratégicos de la ciudad, resulta ser un espacio geográfico privilegiado para la observación astronómica. Así lo explica Santiago Vargas, para luego resaltar “un sitio como Usme donde el cielo es mucho mejor que el cielo del centro de Bogotá. Hay menos contaminación lumínica y eso hace que la vista sea mucho más valiosa”.
Además de las bondades de la ubicación geográfica o que se le facilite acceder a una población alejada de Bogotá al aprendizaje científico, otra ventaja es el valor de sí mismo de fortalecer procesos sociales y de empoderamiento de las juventudes en Usme, que se ha generado gracias a los espacios culturales. Donde contar además con espacios como el domo del planetario funcionando acorde a su quehacer, resultaría enriquecedor para la población de Usme, así lo expresa Michael Capera, joven líder comunitario y cultural de la localidad “sería una gran fuente de integración juvenil y dispersión del tiempo libre también crecería más el estatus intelectual”, comenta
Armando Higuera, físico profesor de astronomía de la Universidad Nacional de Colombia, también ve la importancia de este espacio de Usme, principalmente en sus efectos a largo plazo en el desarrollo científico del país y del papel del Estado frente a esto, por lo que afirma que se necesita de un buen presupuesto para motivar a los jóvenes en el país a que estudien la ciencia, para que piensen que la ciencia es una opción de vida deseable “la curiosidad por la ciencia no es un don propio de países del primer mundo, es un don de toda la humanidad, todos tienen la capacidad”, además que no encontrar los medios para hacerlo, las nuevas generaciones optaran por otras cosas, esto “para el desarrollo científico de un país no es conveniente”, afirma Higuera.
Igualmente, Armando Higuera, enfatiza la prioridad de devolver este espacio a su quehacer original, “si el planetario del sur pierde su misión de ser un centro de divulgación de la astronomía y pasa a ser otro conjunto de actividades, eso implica que no se tiene la conciencia ni la importancia que supone para enriquecer el conocimiento científico en los jóvenes de un sector alejado”, afirma Higuera.
La esperanza de por fin consolidar un espacio que enamore a los habitantes de Usme de la ciencia aún persiste. Ejemplo de esto es Vargas, quien a pesar de todo aún resalta el valor que tuvo aquella llamativa inauguración en 2015, pues según él “lo importante de esa inauguración en ese momento era despertar el interés de la gente por la astronomía pero también que supieran que se pueden hacer cosas en el cielo que tiene allá, unas buenas observaciones de hecho”.
Después de encontrar en El triángulo de cantarrana un domo en desuso, solo queda esperar que para mayo de 2017, se tenga una silenciosa reinauguración, en la cual el domo por fin cuente con su equipo de proyecciones, telescopios y personal que acompañe el aprendizaje del cosmos y así por fin los habitantes de la localidad, vean las estrellas en el planetario cantarrana y por qué no, poder al fín ver las estrellas que nunca vi, así como mi primera proyección astronómica, en el segundo Planetario de la ciudad.