Su voz es pausada, sus gestos serenos y su pasión por Colombia, inigualable.
¿Qué te motivo a enseñar? ¿Hace cuánto enseñas?
A ver, déjame y yo pienso, yo creo que unos veinticinco o treinta años. Algo que me pasó es que en mi último año tuve una maestra (con la que todavía tengo contacto) que era una excelente docente y me pareció que eso era chévere de hacer, me fui dando cuenta de que podía tener las habilidades. A medida que van pasando los años a mí me gusta mucho más enseñar, compartir lo que soy, lo que pienso, lo que conozco, lo que sé y la clave es la generosidad.
¿Por qué importa el talento humano?
Los seres humanos tenemos un montón de cosas maravillosas adentro, pero por supuesto tenemos un montón de retos para manejar esas cosas. El talento humano en las organizaciones es considerado hoy la principal ventaja competitiva en este momento. No solo porque genera empresas que sean más productivas e innovadoras, sí no que las empresas ahora son capaces de generar mejor calidad de vida para todos quienes están conectados a ellos.
¿De dónde surge tu pasión por Colombia? ¿Qué te ha enseñado este país?
Soy colombiana y bogotana al cien por ciento, y he tenido la fortuna de a través de mi trabajo de moverme alrededor del país. Siempre me ha movido el deseo de poder ayudar a transformar a las personas, comunidades y organizaciones, y el agradecimiento de las personas, el ver que las transformaciones son posibles, son el alimento que me ha permito irme apasionando cada vez porque la gente entienda que nuestro país es una maravilla. Colombia me ha enseñado que todo es posible, a pesar de tantas historias complicadas que tenemos, somos capaces de afrontar la vida, de ser luchadores y buscar mejorar.
¿Están las organizaciones colombianas a la vanguardia de la cultura organizacional?
Yo creo que sí, nosotros venimos haciendo un proceso de transformación cultural en las organizaciones… y digo nosotros porque yo he participado en varias entidades del sector público y privado… Ese proceso viene de hace unos veinte años hacía acá, buscando que haya más culturas modernas y posmodernas, en donde efectivamente se este abierto a generar innovación, aprendizaje, en donde la eficiencia y la efectividad estén latentes. Es en los rankings de talla mundial donde se ven reflejados estos avances.
¿Qué es lo más difícil de trabajar en la formulación de políticas públicas con empresarios?
Este es un reto muy grande, yo tuve la oportunidad de trabajar en la construcción de la política pública de Gestión Integral del Talento Humano con el Servicio Civil Distrital en Bogotá y el reto es que efectivamente todos los actores implicados crean que esto es posible a veces se piensa que no van a ser tenidos en cuenta, y hay que generar una gran confianza. Difícil es coordinar los intereses y expectativas de las entidades diferentes implicadas, los actores que lideran dichas entidades, pero como todo reto, no es imposible de superar. Todos los procesos van sumando y la construcción de una nueva política le enseña a la gente la importancia de participar y entender que sí es posible cambiar el país.
¿Cuáles son los principales riesgos a los que se enfrenta un empleado hoy en día?
Hoy vivimos en una era digital donde efectivamente con el tema del COVID-19 hemos vivido serias transformaciones, pero cabe resaltar que desde hace diez años se ha venido generando una transformación digital importante y una nueva cultura organizacional. Parte de lo que implica esto es una organización más horizontal, donde se trabaja por proyectos, los horarios son flexibles y las habilidades son las que están en juego.
Estos cambios pueden afectar al trabajador de varias formas. El primero es la adicción al trabajo, otro riesgo grande es no saber manejar los niveles de estrés y que los trabajadores puedan acabar con enfermedades físicas o mentales graves, y por último, pero no por ello menos importante, el acoso laboral. Infortunadamente hay personas con intenciones de generar relaciones equivocadas con otros. Es uno de los riesgos psicosociales más graves (de hecho, ese es el nombre técnico de lo que preguntas, los riesgos psicosociales) y nuestro país ha venido trabajando bastante desde el Ministerio de Salud para diagnosticar y evaluar los riesgos psicosociales.
Pero volviendo a los retos de hoy, la virtualidad en el último año de pandemia ha aumentado los niveles de ansiedad, depresión, se pierden vínculos de trabajo y con la organización, hay un desbalance entre la vida laboral y personal. Es muy fácil querer trabajar y trabajar, pero esto no es solo de parte de empresas negreras que quieren aprovecharse de los trabajadores, hay personas que no saben sus límites, personas que fácilmente trabajan de más y no se dan cuenta.
¿Qué pasa con la fuga de cerebros en Colombia?
Es importante y promuevo que las personas deben ir y conocer otros países, y pues la verdad es que sí en otros países se encuentran oportunidades importantes, es válido que aprovechen. Tengo claro que hay un equilibrio, hay tanto cerebros afuera como cerebros acá. Somos ciudadanos del mundo. Considero que no hay tal cosa como una fuga de cerebros, pero sí la hay, de alguna manera u otra esta fuga revierte en Colombia, las personas traen ideas y eso se ve en las empresas.