Ingrit Valencia nació en el municipio de Morales (Cauca) el 3 de septiembre de 1988. Mide 1.60 m y su categoría es 51 kg. Esta boxeadora ha participado en diferentes torneos a nivel nacional e internacional. Ahora se encuentra en la Villa Deportiva, en el Centro de Alto Rendimiento, en Bogotá. La Federación Nacional de Boxeo, Fecolbox, entrena ahí. Están en una burbuja debido a la pandemia. Esto quiere decir que nadie, excepto los deportistas, puede ingresar para evitar un contagio masivo.
¿Cómo fue su infancia en su pueblo natal?
Me crié con mis abuelos hasta los 13 años en Morales, Cauca. Fue una infancia normal, como la de cualquier niño. Libre, feliz y jugando, solo me interesaba eso. No me preocupaba por las cosas materiales.
Luego se fue para Cali, ¿cómo le fue allá?
En Cali me fui a vivir con mi mamá, después de que mis abuelos se enferman. Ahí fue donde conocí el boxeo, empecé a entrenar en varios lugares que me quedaban cerca. Ya era diferente la vida del campo a la ciudad; Cali es una ciudad grande, donde hay variedad de personas en estratos bajos, medios y altos. En el estrato donde yo estaba era bajo y pues ahí se veía mucha cosa densa y por eso decidí abrirme camino en el deporte.
¿Cómo empezó su camino en el boxeo?
Pues, inicialmente empecé entrenando. La verdad cuando estuve en el Valle no salía mucho a representar al departamento, ni nada de eso, porque el boxeo femenino apenas estaba empezando. No había competencia, no había mujeres. Digamos que yo era la que estaba iniciando en ese “cuento” en el Valle y en Colombia.
¿Qué consecuencias tuvo su vida profesional cuando quedó embarazada?
Yo quedo embarazada a los 17 años. Me tocó retirarme del deporte. Dedicarme a trabajar, cuidar mi embarazo, para poder mantener al niño. Vuelvo a los 19 años. No fue fácil, las cosas eran distintas.
¿Cómo fue volver a tomar el ritmo?
Muy complicado. Volver a empezar después de un embarazo es como si uno no supiera nada. Me tocó empezar de cero, pero creo que la constancia, la disciplina y obviamente querer hacer las cosas lo lleva a uno a volver otra vez a su forma deportiva. Más que por el deporte de alto rendimiento quería bajar de peso y ser la misma de antes, por eso volví a entrenar. Además, porque no competía, ni nada.
¿Cómo se prepara para una pelea?
Depende de la competencia que uno tenga. Iniciamos con preparación general que son entrenamientos largos. Por ejemplo, resistencia tanto en el ring, como en la parte técnico-práctica. Después cuando se acerca la competencia ya son entrenamientos más cortos y más exigentes. Son rápidos. Normalmente hacemos tres sesiones, otros días hacemos dos y así sucesivamente. Entrenamos a las seis de la mañana, a las once y a las cinco de la tarde. Otros días de seis y cuatro de la tarde. Es muy variado, pero son cargas de entrenamiento bastante fuertes.
¿Cómo le fue en su primera competencia?
La verdad muy nerviosa, asustada, porque era la primera vez que salía y ni siquiera a nivel nacional, sino a nivel internacional. Me sentía frustrada, porque no conocía mucho del tema, pero quería intentarlo. Quería saber que se sentía competir y conocer más sobre el boxeo. Pero perdí en esa competencia. Creo que uno al inicio se desanima, porque cree que las cosas son diferentes, pero nada, seguí entrenando. Luego fui a los juegos Panamericanos del 2011. Fueron en Guadalajara y me metí en la final. Fui cogiendo más experiencia. En los Juegos Nacionales 2012 quedé campeona y así sucesivamente los eventos que han sido a nivel nacional he sido la número uno en mi categoría.
¿Tenía referentes en el boxeo? ¿Conocía alguno?
La verdad no conocía mucho del boxeo femenino. Quería conocer, pero no había mucho y en Colombia menos. A nivel internacional había, pero no tenía referentes. No las conocía.
¿Qué tanto le aportó entrenador Raúl Ortiz a su carrera?
De hecho, por él es que hoy en día soy Selección Colombia, he tenido los resultados que tengo, porque él fue quien inició el boxeo femenino en Colombia. Antes estaba súper abandonado, no les interesaba. Pero él puso su “granito de arena”, como poner su casa o de su sueldo sacaba plata para concentraciones. Creo que él fue quien le dio como el “fuego” a este deporte en las mujeres. Y hoy en día no soy solamente yo, sino que somos cinco mujeres en Selección Colombia y se han dado buenos resultados. Gracias a Raúl este deporte pudo salir adelante.
¿Por qué cree que no se le daba mucha visibilidad al boxeo femenino?
En ese entonces el boxeo femenino era excluido de todo, no había nada, ni siquiera un pasaje para ir a una competencia. Hoy en día, no solo se ve el boxeo masculino, ya somos una Selección Colombia. Se están dando los resultados tanto en hombres como en mujeres.
¿Qué significó ganar la medalla en Río 2016?
Eso fue algo espectacular. La verdad ser pionera del boxeo femenino en Colombia me llena de orgullo y hoy por hoy soy medallista olímpica. Me hace sentir muy contenta, es inexplicable. En el momento en el que tú te ganas la medalla es muy bacano y chévere. Se siente una paz interior, como que el esfuerzo que tú hiciste se ve recompensado. Las madrugadas, lesiones, dolores y golpes lo valieron. Esto es un deporte de contacto y por ende tenemos que saber que no es fácil. Pero, después de la medalla todo de eso se siente retribuido a lo que uno ha hecho. Me siento muy feliz, contenta, orgullosa y espero que los éxitos sigan llegando para mí y obviamente en mis compañeras. Y esperemos que el boxeo femenino en Colombia siga y las niñas puedan soñar.
¿Qué siente cuándo le dan ese título de una de las pioneras en el boxeo femenino?
Me siento muy orgullosa, a raíz de todo esto se han abierto muchas puertas a este deporte. Imagínate que en este momento el boxeo femenino está incluido en intercolegiados. Hay muchos eventos masivos, por ejemplo, va haber un Panamericano en Colombia este año de categoría junior, para niños y niñas que tienen ese sueño. Yo no tuve la oportunidad de iniciar de niña, porque no existía. Pero debido a los resultados que hemos obtenido ya incluyen a las niñas desde los 14 y 15 años a los eventos. Me llena de orgullo y repito que va quedar en la historia que Ingrit Valencia por obtener esa medalla hizo que el boxeo resalte. Ojalá no decaiga y que sigan las niñas ahí practicando. Ahora, las ligas y regiones están se preocupan por el boxeo femenino.
Usted está en la Burbuja en Bogotá ¿Qué tal ha sido esa preparación en busca del tiquete a Tokio 2020 en Argentina?
En este momento estamos en la Villa Deportiva en Bogotá. Llegamos de Cuba y nos encerramos acá. Nos seguimos preparando en espera del clasificatorio a Buenos Aires, Argentina, que será del 10 al 16 de mayo. Estamos esperando equipos que lleguen a la burbuja con los protocolos de seguridad para llegar bien y seguir entrenando. Esa es la idea. Esperamos que las cosas se puedan dar y que podamos llegar en óptimas condiciones a este evento. Obviamente todos queremos estar en Tokio. Lo importante es clasificar, es lo más duro, pero bueno ahí vamos.
¿Cuáles son sus nuevas metas a nivel profesional?
En este momento mi meta clara es clasificar a Tokio 2020 y luego estar en el podio. Esa es mi meta a corto y largo plazo. No se sabe si se van a realizar estos juegos por la pandemia. Pensábamos que el año pasado se iban hacer. Creo que hay que vivir el momento, el ahora y seguirnos preparando, sin bajar la guardia. Pero mi meta es ser medallista olímpica nuevamente, ojalá Dios quiera que así sea.
¿Qué otra cosa le gusta a parte del boxeo?
Tengo muchos hobbies, me gusta mucho bailar, cocinar, viajar, conocer. Soy muy espontánea, muy abierta, muy alegre y eso hace que fluyan las cosas. Me gusta ser extrovertida.
Cuando viaja a competiciones, ¿tiene tiempo de visitar los lugares?
Desafortunadamente no. Solo competir. No se puede conocer mucho, porque vamos concentrados en la competencia. Cuando hay tiempo se conoce, pero cuando no pues no. Yo, por lo general, gracias a Dios, llego a las finales y por eso me queda menos tiempo. Debo estar enfocada.