Con la participación activa de varios directores y profesores de los programas de Artes Liberales, Historia, Licenciaturas, Filosofía, Sociología, Periodismo y Antropología, junto con el decano de la Escuela de Ciencias Humanas de la Universidad del Rosario, Carlos Patarroyo, se plantearon las repercusiones actuales y futuras que tendrán las profesiones de las Ciencias Sociales cuando se levanten las cuarentenas en el mundo.
El evento comenzó con la intervención de Carlos G. Patarroyo, decano de la escuela de la Escuela de Ciencias Humanas, expresando su preocupación ante la posible brecha generacional que se ha visibilizado con el virus, donde la población en su mayoría juvenil no presentaba una preocupación inicial puesto que, a quienes el virus más afectaba letalmente no era a ellos, sino a los adultos mayores. Sumado a esto, la desigualdad que, si bien siempre estaba presente, ante la coyuntura aumentó de manera significativa. A partir de aquí, se abrió una discusión en torno a la manera en que las facultades respondían al siguiente replanteamiento: ¿cómo vamos a regresar al terminar el confinamiento?
Para quienes deseen ver el conversatorio lo tienen disponible en este enlace.
De esta manera, se abrió el espacio hacia el estudio de la Antropología, donde Bastián, profesor titular de esta ciencia, mencionó el erróneo pensamiento de algunos al calificar las ciencias sociales incapaces de responder hacia el virus. En palabras del antropólogo, estamos ante una epidemia que no hace distinción alguna entre género, situación socioeconómica o incluso nacionalidad. El profesor expresó también la manera en la que el coronavirus ayudó a revelar injusticias sociales, “es una ilusión pensar que la lucha contra el virus es individual, cuando esta es una lucha totalmente colectiva” concluyó.
Tras la intervención de Bastián, Juan Thomas Ordóñez, quien se desenvuelve como profesor titular de antropología, resaltó los efectos de los problemas estructurales sociales, económicos y culturales causados por el confinamiento hacia las minorías raciales. Ordóñez es también experto en estudios sobre migraciones en América Latina, planteó la vulnerabilidad a la que los migrantes estaban expuestos. La condensación que permitió la crisis, hizo evidente las desigualdades que afectan principalmente a las minorías cuando tratan de regresar o incluso permanecer en el país.
Sin datos reales de los lugares marginales
Seguido de esto, se abrió el debate hacia la forma en la que se está reportando mundialmente todo el asunto alrededor de la pandemia. Para esto, Fátima Martínez, profesora principal del programa de Periodismo en la Universidad del Rosario, señala la importancia que tiene el periodista de formarse en los temas a tratar, en este caso, en el sector de la salud. Añadió que esta desinformación de numerosos periodistas y de los bulos en las redes sociales han provocado una gran desinformación masiva, ejemplifica cómo en algunos países como China y España, la extracción de la información ha sido todo un desafío.
“No tenemos datos reales de los lugares marginales en los países”, haciendo alusión a las muertes que se presencian en los hogares y que aún no se inscriben en las cifras de los hospitales. Por otro lado, la profesora Martínez rescata el trabajo periodístico que algunos reporteros han desarrollado, mencionando que fue una reivindicación del oficio para fijarse en las historias que se tienen cerca, “el periodismo siempre ha salido adelante entre periodos caóticos, hay que saber tomarse las cosas con cierta calma y verificar cuanta información nos llegue”.
Camilo Hernando Bonilla, director de licenciatura en ciencias sociales y filosofía, habló por su parte de la transformación que la educación está presenciando, “al parecer la concepción que tenemos de tecnología es para comunicarnos, divertirnos, pero no para desarrollar actividades educativas”. Señala la responsabilidad que tienen tanto los docentes como los estudiantes ante este nuevo reto para la educación, “más allá del medio, es el sujeto” declara ante las afirmaciones que se hacen sobre que la educación virtual representa una baja calidad, agregó que es cuestión de compromiso y ganas del estudiante para aprender. Se generó un debate sobre esta declaración, Thomas Ordoñez reconoce que no es de menor calidad, sino notoriamente desemejante que la educación presencial.
Por un pensamiento crítico del presente
Con lo anterior, Carlos Miguel Gómez, director del programa de filosofía, menciona que la desigualdad de acceso tecnológico y la posibilidad del manejo de la tecnología repercute directamente en la educación que cada estudiante tiene para desarrollar sus actividades académicas. Además, ahondó sobre la importancia de mantener la filosofía como una disciplina que busca comprender críticamente lo que vivimos como seres humanos, dado que esto nos permite suscitar ideas y darle juicios no solo al pasado.
Desde la historia Sebastián Vargas, director del programa, mencionó que este oficio nos hace tener un pensamiento crítico en cuestión del presente. Desde esta óptica, el estudio nos ayuda a encontrar las formas más pertinentes para actuar ante momentos de crisis, tal como lo es la pandemia. “Algunos creen que es el fin del mundo, pero este es en sí un momento que ya ha atravesado la humanidad”, aclaró Sebastián, también recalcó las desigualdades sociales estructurales en la sociedad tienen una historia que vale la pena estudiar. Por último, el director programa de sociología Oscar Javier Maldonado, enfatizó en la importancia que las prácticas sociales han tenido y seguirán teniendo en la sociedad, “fuimos testigos de cómo un actor no social puede poner en riesgo toda nuestra comunidad”. Las medidas higiénicas y el confinamiento son prácticas antiguas, si bien se reconoce la importancia de la tecnología, se hace evidente que dichas prácticas no pasarán a un periodo de la humanidad sino, por el contrario, se mantendrán en esta.
¿Hacia dónde vamos después de esta pandemia y qué queremos hacer con ello?
Todo lo anterior suscitó las dudas sobre “¿hacia dónde vamos y que queremos hacer con ello?”, como expresó la profesora de Periodismo. Todos los expertos mencionados anteriormente expresaron una última declaración ante la importancia que tienen las ciencias humanas y sociales. En su mayoría, las preocupaciones tenían énfasis en la desigualdad, las situaciones de supervivencia, el replanteamiento que se viene en cuanto a nuestro diario vivir y la pronta modificación en el sistema de salud para que no sea un sector más precarizado.
“Ni siquiera nosotros sabemos a ciencia cierta cómo se van a reinventar nuestras profesiones. Considero que todo se dará vía ensayo y error” expresó la profesora Fátima. Para el cierre de este conversatorio online, el decano hizo referencia a la importancia que se le debe dar a las ciencias humanas y sociales en las políticas públicas, pues se demostró cómo estás siempre van a estar directamente relacionadas con toda alteración que se viva nacional o internacionalmente.