A partir de la llegada de los medios digitales y de las redes sociales, el público está siendo constantemente bombardeado por información, y los medios tradicionales (prensa, radio, televisión) han tenido que evolucionar sus contenidos, adaptándolos a las nuevas plataformas y haciendo que nuevos actores emerjan del silencio, reclamando su lugar.
Gracias a ello, y haciendo frente al machismo colombiano, tres mujeres se abrieron paso entre esta barrera informática y se convirtieron en líderes de opinión digital, en los medios más representativos de la industria periodística del país. Cada una con una experiencia distinta, con una temática distinta, pero con una idea en la cabeza: la mujer encontró una puerta en el periodismo online.
La Pulla
María Paulina Baena es una periodista y politóloga, que mientras trabaja para El Espectador, también representa la indignación colectiva de una sociedad colombiana cansada de la agenda política actual y del Gobierno corrupto.
La Pulla es el nombre del canal que creó hace dos años junto a Juan Carlos Rincón, abogado y periodista de El Espectador, quien es un ávido consumidor de contenido de YouTube y el que ocasionalmente presenta algunos de los videos del canal. “En esos años, el periódico estaba buscando llegar a una audiencia diversa y (...) a un público joven que no se leía una columna de opinión o una editorial”, afirma María Paulina.
La idea de su compañero era crear un contenido periodístico que fuera capaz de despertar las emociones de los colombianos, que “masticara” la política densa y que lograra que los jóvenes se “emputaran” por el mal Gobierno. Este proyecto lo formaron también con la ayuda de tres periodistas sagaces y con ganas de provocar a las élites del país: Daniel Salgar, Juan David Torres y Santiago La Rotta.
El canal inició firme y desde su inauguración tuvieron problemas, pero no precisamente por parte del periódico, sino por parte de la audiencia. Después del primer video, que se esparció por la web de manera viral, el diario obtuvo cientos de críticas porque “la Pulla estaba enterrando la marca de El Espectador”, cuenta Baena. El corto de cuatro minutos no seguía la línea editorial propia del periódico impreso; era un choque para un público que no estaba acostumbrado a escuchar “a una niña gritando, indignada y emberracada frente a una cámara”, afirma Baena.
A pesar de los malos reviews, La Pulla obtuvo más de medio millón de visitas en menos de un día, lo cual sorprendió a sus creadores, quienes no planeaban llegar a ser vistos en países como Suecia. “La Pulla redefinió la presencia digital del periódico, pero también demostró que podíamos llegar a ser quienes representan a una generación que creció alejada de los medios tradicionales, pero sumergida en internet”, resumió María Paulina.
Otro choque vivió internamente su presentadora, la persona que se ponía la máscara de La Pulla y les daba la cara a los políticos corruptos. María Paulina era una fémina hablando de temas importantes, generando polémica en la web y despertando el olvidado debate del feminismo en Colombia. En sus videos, no solo toca temas políticos, también habla de discriminación, género y violencia contra la mujer. Estos asuntos son los que la pusieron en el ojo del huracán, en una sociedad tradicionalmente machista, que los trataba con pinzas y los ocultaba.
Paulina afirma haber recibido todo tipo de comentarios, tales como “yo a esta vieja la pullo con mi aguijón”, “¿por qué no eres más dulce y femenina?” Y “para ser mujer esperaba más cerebro y menos rabia”. Así, que difundir su voz después de todos estos comentarios, fue un reto realmente difícil para ella. Lo hizo porque sabe que es importante que las mujeres aprovechen este formato digital para defender sus derechos y ser escuchadas de una buena vez. Es fiel creyente que, sin importar el tono, YouTube le dio a sus argumentos una manera de ser escuchados por muchos.
La Silla Vacía
Juanita León, abogada y periodista, que actualmente dirige su propio medio de comunicación llamado La Silla Vacía, es otra de las mujeres que se le midió a la red. En sus inicios, fue editora en jefe de la Revista Semana y corresponsal del Wall Street Journal Americas, hasta que en 2009 decidió fundar un portal web de información, enfocado en aspectos de la política nacional.
“Yo me sentía cómoda escribiendo para importantes medios, pero sentí que necesitaba más. Primero decidí retirarme para escribir mi primer libro, pero cuando lo terminé, no quería volver a la rutina de estar trabajando para alguien. Entonces pensé ¿por qué no ser mi propio jefe? ¿Por qué no tener mi propio medio?”, resume León.
Su padre, el empresario Jorge Fernando León, la apoyó y le incitó a comprar un medio de comunicación, ya que crear uno desde cero era más difícil. Su primera opción fue El Espectador, pero resultó ser inalcanzable monetariamente para la Juanita de entonces, lo que la llevó a replantearse su plan y pensar fuera de la caja.
Empezó la búsqueda de un formato rentable, que dejara que fuera ella quien tomara las decisiones, pero que tuviera un gran impacto y una gran audiencia, incluso más de la que tenían los medios tradicionales. Así, encontró en la web la oportunidad perfecta para poner en marcha ese sueño. Primero, tuvo que tomar unos cuantos cursos en Harvard, para poder empaparse de todo el tema de programación y, luego, diseñó su proyecto a gran escala. Este plan se llevó a cabo un año más tarde, a su regreso a Colombia.
“Ser la creadora de La Silla Vacía ha sido el más grande reto al que me he enfrentado, porque crear un medio sostenible con un modelo de negocio rentable, es un campo en el que no muchos habían logrado sobrevivir. Incluso los medios tradicionales, los cuales tienen bastante experiencia en el terreno”, sentencia León.
El impacto que generó su idea fue incontenible e impensable para ella. De acuerdo con la encuesta anual que hace la firma Cifras & Conceptos, La Silla Vacía es el cuarto medio digital más leído por los colombianos, ubicado detrás de El Tiempo, Revista Semana y El Espectador. El negocio propio de Juanita, se convirtió en el proyecto más exitoso de periodismo alternativo que se tenga en Colombia, según la Revista Dinero. Ella logró lo impensable, hacer un medio desde cero y posicionarlo.
A causa de que el medio fuera propio, Juanita no encontró ningún obstáculo relacionado al género que frenara su carrera laboral. Todo dentro de su empresa y, según como lo cuenta, su organigrama funcionaba según lo planeaba y nunca hubo cuestiones relacionadas a su sexo, que pusieran en duda su capacidad para dirigir el medio. Contrario a esto, la líder feminista del colectivo Rosario Sin Bragas, Natalia Pinilla, resalta cómo el panorama para las mujeres en Colombia, referido al empleo, sigue siendo bastante cerrado. “Las mujeres se enfrentan día a día a comentarios sexistas en las áreas de trabajo e internet, y a un acoso constante referido al género”, argumenta Pinilla.
Las Igualadas
Mariángela Urbina, periodista con experiencia en temas internacionales y que actualmente representa la voz de Las Igualadas; un canal de YouTube de El Espectador, también ha sido una de las mujeres que ha encontrado en internet la herramienta perfecta para hacer escuchar su voz.
La historia de su canal es muy similar al de La Pulla, pues la idea de crearlo nació también de conversaciones entre Juan Carlos Rincón, periodista, Viviana Bohórquez, abogada y Mariángela, quienes querían reforzar esa ampliación a un público joven del medio. Sin embargo, lo diferente de esta idea era que todos los videos se harían con enfoque en tema de género. Para Mariángela y sus colaboradores era importante tratar temas como feminismo, violencia sexual, placer coital y otros ignorados en el debate colombiano.
“Nosotras sentíamos que en la prensa nacional siempre se ha necesitado un espacio en donde dialogar temas como el género, para que las mujeres pudieran hablar con su propia voz y por ellas mismas. El periodismo feminino, es decir, para las mujeres, siempre ha existido, pero lastimosamente suele ser enfocado en estereotipar a la chica y enseñarle cómo comportarse, cómo vestirse, cómo cocinar y cómo cuidar a sus hijos y su hogar”, plantea Urbina.
El gran problema de este objetivo era intentar simplificar conversaciones tan legales y densas como para poder ser presentadas de una manera más comprensible para las mujeres. Temas como el abuso, el consentimiento, la violencia son demasiado complejos y son casi siempre presentados en foros académicos, a los que solo acceden el 5% de la población, según cifras de la Universidad de los Andes. Además, cada guion representaba un valor agregado para la sociedad, las conversaciones teóricas eran en lenguaje coloquial y hacía posible que todas las mujeres pudieran entender.
El costo que tuvo que pagar Mariángela por llegar a las mujeres colombianas fue la oleada de comentarios ofensivos en el canal. Cada uno de los cortos contiene comentarios como “por favor, yo te mostraré lo que es realmente una violación”, “feminazi insolente, tiro en la frente” y otras múltiples amenazas mucho más elevadas de tono que las que María Paulina Baena recibió. El problema que se resalta acá es que las ofensas van mucho más allá del hecho de indignación por el contenido, van respecto a desafiar la sociedad patriarcal que oprime a la mujer, mucho más a la que se indigna frente a una cámara.
Esto evidencia la complejidad que trae hablar de temas de género y feminismo en Colombia, siendo de nuevo reafirmada la idea de país machista y misógino. Aun así, el canal de Las Igualadas tiene actualmente 85.000 seguidores y seguidoras, siendo categorizado como uno de los mejores medios digitales de mujeres para mujeres, que le da voz a aquellas que no la tuvieron. Mariángela resulta siendo, entonces, otra cara de su lucha en la red.
Ser una líder de opinión digital
Colombia, que, según la académica Brigitte Baptiste, es una sociedad tradicionalmente machista, evidencia una empresa informativa mediática en la cual el papel femenino es aún inferior que en el resto de países latinoamericanos. De acuerdo con The Global Media Monitoring Project (una investigación anual que realiza la organización Who Makes the News), en el periodismo digital las mujeres son representadas sólo por un 36%, contando con las agencias de medios que decidieron incursionar en plataformas web.
Incluso con este panorama, y contra todo pronóstico, estas tres periodistas son los ejemplos más claros de cómo la mujer ha convertido internet en la nueva ventana para sus ideas. Sin importar la cantidad de obstáculos o comentarios, cada una se ha abierto paso entre las pantallas de miles de espectadores, ha logrado influir en la opinión pública y demostrado que la web está hecha a la medida de las mujeres.