Stinkfish -quien no quiso revelar su nombre real- nació en México, desde los 4 años vivió en Bogotá y hoy se considera ciudadano del mundo gracias al surgimiento del colectivo APC. Actualmente, quienes integran este movimiento no tienen un estándar que los caracterice, por lo cual cada miembro realiza sus garaffitis de acuerdo a lo que desee manifestar. Este movimiento no tiene un lugar delimitado para la realización de los graffitis, tan solo donde puedan “rayonear por ahí”— afirmó Stinkfish—.
De acuerdo a la libertad de expresión de cada integrante, Stinkfish se caracteriza por hacer una crítica de la mercantilización del grafitti. Él no piensa que el apoyo económico de las instituciones sea necesario, ya que dice que “La independencia es básica en el concepto de graffiti, si una institución financia y da permiso para algo que por naturaleza es ilegal, se pierde todo el mensaje”.
La incomodidad de algunos ciudadanos al ver las paredes de la ciudad llenas de rayones como tags, throw ups y graffitis, puede hacer pensar que no existe un mensaje de fondo. Como respuesta, Stinkfish dice que “Es un mensaje contundente, político como ninguno: aquí estoy y existo por encima de este sistema que anula y mata al que no pertenece a sus lógicas, aquí estoy y pinto estas calles cuando quiero y como quiero, por más vigilantes, por más policías, por más cámaras de seguridad que existan; si mañana no estoy miles más estarán”.
Consecuente con su filosofía, Stinkfish oculta su nombre, edad y rostro; y por otro lado por proteger su seguridad, pues afierma que su trabajo "raya en los límites de lo legal". Su forma de jugarle al sistema es autonombrándose, no aceptando un número de cédula que lo “marque”, ni mostrado una cara que puedan juzgar.
Para conocer más sobre Stinkfish y APC, pueden recorrer la carrera séptima, la 26, la Av. Caracas y La Candelaria, entre otros sitios de Bogotá. Además, pueden visitar el blog de Stink y la página de APC.