El Museo de Arte Moderno de Bogotá fue noticia la semana pasada. El 2 de febrero se desató una gran polémica a causa de la campaña de sensibilización impulsada por la nueva directora de esa entidad, Claudia Hakim para advertir de los graves problemas económicos y de financiación que estaban viviendo. 

Como parte de la campaña, el Museo instaló un letrero de “SE ARRIENDA” en la parte superior del edificio. El hecho que se hizo viral en redes sociales se convirtió en una de las principales noticias del día. Posteriormente, la directora aclaró que la intervención se realizó con el objetivo además de promocionar la nueva membresía denominada “Yo Tengo el MamBo”. 

No obstante, las miradas de los espectadores recayeron en “La Toma del MamBo”, un evento de tres días en el que participaban más de 10 grupos artísticos, y el cual cuál había sido organizado con mucha anticipación. 

La dirección del colectivo aclaró que estos eventos son separados a pesar de tener un mismo objetivo y ser expuestos en la misma semana. “La Toma del MamBo”, según Ana Garzón, directora de Más Arte más Acción, se planeó desde el año 2016. Sin embargo, a causa de la escasez económica y la falta de trabajo, se presentaron junto con el colectivo Aurelio, a finales del año pasado, a la Beca denominada Galería Santa Fe.

Esto con el fin de conseguir recursos para montar la obra. La beca es un estímulo otorgado por el Instituto Distrital de las Artes para brindar "apoyo económico para el desarrollo de propuestas de programación continua (sin fines comerciales) en artes plásticas y visuales".

El colectivo Aurelio y la Fundación Más Arte Más Acción ganaron la beca y, de esa forma, recaudaron los fondos económicos necesarios. Su llegada al MamBo se dio "por una conversación esporádica con la nueva dirección", expresa Fernando Arias, creador de Aurelio. Con el incentivo y el espacio ya establecidos, los ganadores lanzaron una convocatoria a la que se presentaron un total de 50 colectivos, de los cuales fueron seleccionados 12. 

Las agrupaciones ganadoras tenían en común, como lo dice la directora Garzón, "la forma en que trabajan sus procesos y desbordan los lineamientos tradicionales del arte", es decir, que tienen proyectos con afinidad a procesos comunitarios, gráficos, de intervención en el espacio público, activismo o que cuestionan las problemáticas territoriales de la ciudad.

De igual forma, Fernando Arias, el fundador de Más Arte Más Acción, hace énfasis en que se busca “invitar a personas de diferentes disciplinas, que tienen o están pensando en las problemáticas de su territorio”. Por esta razón, seleccionaron colectivos como Survamos que, según el creador Esteban Restrepo, “busca denunciar y visibilizar los conflictos, transformar imaginarios junto con las problemáticas de su territorio a través de la gráfica o el dibujo” y Museo Q, cuya exposición, según el integrante Hunza Vargas, se basó en entender las dinámicas amorosas que se dan en el centro de la ciudad en torno a la sexualidad y afectividad, como los cafés, prostíbulos y moteles. 

Estos, con otros diez colectivos, expresaron sus necesidades, denuncias, críticas y quejas del lugar en el que habitan, pero de igual manera, planteó Hunza Vargas, especificaron la nueva perspectiva que se está creando alrededor de los museos: enfocarse más en la experiencia de las personas, de los grupos sociales y de cambiar la idea de que son solo espacios llenos de pinturas o imágenes.