Nueva política Rappi genera inconformismo en rappidetenderos

Sábado, 23 Mayo 2020 20:04
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En esta ocasión, los domiciliarios se oponen a la política de puntos que implementó la plataforma con el fin de garantizar que todos los trabajadores accedan a pedidos.

 

Rappitendero en Bogotá. María Paula Sánchez.||| Rappitendero en Bogotá. María Paula Sánchez.||| |||
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Desde la creación de Rappi, hace 5 años, la plataforma se ha visto envuelta en quejas por las condiciones laborales que le ofrece a los rappitenderos. Estos han denunciado públicamente que no cuentan con un contrato laboral formal con la empresa, sino que son usuarios de la plataforma y que adquieren un vínculo laboral con la persona que solicite el domicilio.

En los últimos días, una nueva inconformidad por parte de los rappitenderos se ha sumado a la lista de quejas en contra de la aplicación. El reciente episodio se debe a que la plataforma puso en funcionamiento un sistema de acumulación de puntos, que los domiciliaros adquieren a medida que cumplen con un pedido.

Sin embargo, para ganar puntos, los rappitenderos deben cumplir con una serie de condiciones impuestas por la plataforma, entre estas: trabajar de lunes a jueves en horarios de almuerzo y cena; viernes y sábado a partir de mediodía, y domingos y festivos a partir de mediodía.

Rappi, por su parte, ha mencionado en su página web que este nuevo sistema fue diseñado con el fin de que los domiciliarios accedan a pedidos en horarios de baja demanda y los puntos corresponden a un modelo que permite reconocer “el esfuerzo de los mejores rappitenderos”. El sistema prioriza a aquellos que tengan mayor cantidad de puntos a la hora de asignar un pedido en horas muertas.

En este sentido, para ‘Angela’, quien prefirió no decir su nombre real, “ya no se cumple la política de Rappi, que dice: nosotros somos independientes y hacemos con nuestro tiempo lo que queramos, porque nos están literalmente obligando a trabajar”.

Por otro lado, Antonio Arias, un venezolano que llegó a Colombia hace más de tres años, no cuenta no un empleo formal, por lo que ha dedicado sus días a trabajar por medio de la plataforma Rappi. Aunque no tiene un sueldo fijo, con las propinas que recibe en la entrega de pedidos logra llevar un sustento económico a su hogar.

Para Arias, el sistema de puntos empleado por la empresa ha sido un desacierto, pues, aunque con esto se pretenda ayudar a los domiciliarios a acceder a mayor cantidad de pedidos, el acceso a domicilios ha sido imposible por la cantidad de personas que se encuentran trabajando para la plataforma en esta cuarentena.

Según un informe de la Revista Semana, durante la cuarentena el número de rappitenderos ha incrementado en Bogotá de 17.000 a 30.000, e incluso, la misma aplicación indicó que actualmente en Colombia se encuentran 45.000 personas en lista de espera para empezar a trabajar bajo esta modalidad.

Gráfica: Sara Camargo para Plaza Capital

 

En este sentido, para Arias, aunque la plataforma pretenda ayudar a los trabajadores, esta política finalmente elimina la flexibilidad laboral, pues los obliga a cumplir con un horario definido. Además, la cantidad de rappitenderos inscritos supera la oferta de pedidos que hacen los usuarios, lo que ha imposibilitado el acceso a domicilios.

Otro rappitendero que se ha visto afectado con esta política es Samuel Ospina, un joven de 27 años, que al no encontrar un empleo formal decidió unirse a Rappi hace 2 años. Ospina comenta que, aunque antes de ser implementada la política de puntos no hacía una ganancia significativa, al menos lograba llevar dinero para el sostenimiento de su hogar. Pero, ahora con este nuevo sistema, aunque se conecte desde temprano, un pedido le llega hasta después de tres horas de espera. “Si antes me hacía 18 pedidos al día ahora hago 7 u 8”, dijo.

De igual manera, tanto ‘Angela’ como Samuel aseguran que además de no estar no de acuerdo con esta política, el verdadero inconformismo es que no tienen garantías reales para trabajar. “Nosotros los rappitenderos no tenemos contrato, no tenemos seguridad social, conseguimos nuestras bicicletas y lo peor, no vamos a tener ni pensión”, comenta Samuel.

Sin embargo, esta inconformidad laboral no es nueva, pues, los mismos rappitenderos en varias ocasiones han realizado todo tipo de protestas, desde plantones fuera de las instalaciones de la empresa, hasta quema de maletas, exigiéndole a Rappi garantías laborales para poder cumplir con las necesidades que su labor requiere cada día.

¿Hay un vínculo laboral de Rappi con sus rappitenderos?

Adonicedec Sánchez, abogado laboral explica que lo primero que hay que establecer es que no existen ningún tipo de vínculo laboral de Rappi con sus rappitenderos, sino que esta empresa simplemente es una plataforma virtual en donde los consumidores adquieren variedad de productos.

Por otro lado, Sánchez menciona que los rappitenderos adquieren un contrato laboral de mandato, en donde hay una relación directa entre el comprador (mandante) y el domiciliario (mandatario). El mandante o consumidor compra a través de la plataforma virtual una serie de productos y el mandatario o domiciliario se encarga de hacer llegar el producto. Entonces, el contrato de los rappitenderos finalmente es con el consumidor, no con la plataforma.

En este sentido la figura legal que existe es un contrato de mandato “oneroso”, es decir, el domiciliario cobra una pre-contraprestación por los servicios que brinda al momento de llevar el pedido al usuario. El pedido tiene un sobrecosto, del cual, Rappi se queda con el 70% u 80% y el excedente, 20% o 30%, se lo queda el rappitendero, además de las propinas.

Sin garantías y sin un sueldo

Al no existir un vínculo laboral de Rappi con sus rappitenderos no existe la obligación de suministrar elementos de trabajo, hacer afiliaciones, u otorgar ningún tipo de beneficio. Sin embargo, Rappi, ha indicado en varias oportunidades que en caso de que el domiciliario sufra de un accidente, en ejercicio de su labor, cuenta con una Administradora de Riesgos Laborales (ARL) como independientes y una póliza de seguros que les garantiza estar cubiertos ante accidentes personales, daños a terceros o casos como robos a sus bicicletas y/o motos.

Pero ‘Ángela’ menciona que en las dos oportunidades que le han robado su bicicleta, ella ha sido la encargada de conseguir una nueva, pues Rappi le ha solicitado pruebas casi imposibles de mostrar. “El día que me robaron informé ante Rappi lo ocurrido. Me solicitaron los papeles de la bicicleta y, además, un video del momento en que me robaron”, dice.

“Para no complicarme en esos trámites, que obviamente no iba a tener, mejor le pedí a un compañero una bicicleta prestada mientras conseguía una nueva”, agrega.

El trabajo de los domiciliarios en cuarentena ha crecido en gran proporción, sin embargo, para los rappitenderos es necesario que les den mejores condiciones laborales y, sobre todo, que la política de puntos no sea un lazo que los mantenga las 24 horas en la aplicación, pues como lo menciona Antonio, “si trabajo entre semana en el horario de la mañana, la aplicación no me da puntos porque no es en el horario que ellos quieren, entonces me toca no almorzar para cumplir con el horario y trabajar largas jornadas en la noche”.

Sin embargo, para el abogado Adonicedec Sánchez, “basados en el cogido laboral colombiano las imposiciones de esta política de puntos hacen que exista una subordinación por parte de la aplicación hacia sus domiciliarios, ya que les están exigiendo el cumplimiento de un horario”.

Así, aunque esta política de puntos fue creada con el fin de garantizar mayor equidad y acceso a pedidos, los rappitenderos aseguran que no está cumpliendo con su función, además ha eliminado la flexibilidad laboral que tenían.