A pesar de ser un delito, penalizado en Colombia desde el 2008, el acoso sexual en las universidades es un tema que se desconoce y se ignora. La falta de diálogo, ya sea por falta de información, temor o pudor ante estos temas, hacen que sea una problemática que silenciosamente se reproduce en las instituciones educativas. Desde el chiste entre amigos, el piropo subido de tono, hasta el toqueteo por parte de un profesor o un superior, el acoso hace parte de la realidad que muchas mujeres colombianas enfrentan en silencio.
En el taller, ‘Universidades seguras para las mujeres, realidades y retos’, que tuvo lugar en la localidad de Chapinero, se denunció la falta de mecanismos de acompañamiento, la ausencia de denuncias por parte de las víctimas y la falta de interés de las directivas en estos casos por temor a que la reputación o el buen nombre del centro educativo se vean afectados.
Entre los casos que motivaron la aparición de estos espacios se encuentra la denuncia de Lizeth Sanabria, estudiante de la Universidad Nacional quién publicó un video en el que estaba siendo víctima de acoso por parte de su profesor en su oficina privada. La joven denunció los hechos ante la Fiscalía el pasado 6 de abril, teniendo como prueba el vídeo donde se evidenciaba al docente tocándole ante las negativas de la estudiante. Por su parte, la Universidad Nacional aseguró que estaba adelantando un proceso disciplinario contra el docente y que rechazaba todo tipo de conducta de acoso al interior de sus instalaciones.
Sin embargo, la frecuencia de casos de acoso al interior de las aulas preocupó a la comunidad y evidenció la falta de conocimiento público y atención que muchas veces reciben estos casos al interior de las instituciones educativas, según informó la estudiante Derecho y conferencista encargada Karla Pérez.
Estos talleres surgen como parte del trabajo de colectivos estudiantiles femeninos como ‘Género y Seguridad’, que hacen seguimiento y brindan acompañamiento a casos de acoso dentro del campus de la Universidad Nacional. Entre sus miembros se encuentra la activista Karla Pérez, que trabaja con el colectivo a través de redes sociales denunciando casos de acoso para generar contacto con la ciudadanía y dar a conocer esta realidad.
En el taller, organizado por el periódico local El Chapín y la Asociación Manos Amigas, se realizaron charlas y actividades, que motivaron la participación de los asistentes para generar conciencia sobre el acoso y la violencia sexual hacia las estudiantes.
Durante el conversatorio se llegó a la conclusión de que el acoso es un fenómeno social que ocurre cuando existe una relación de jerarquía y poder entre la víctima y el victimario, además de la naturalización de conductas machistas tanto de estudiantes como de profesores. Los aportes de los asistentes fueron usados para la construcción de un mural, que será expuesto en las redes sociales de los entes organizadores.
El periódico que se unió a la lucha
Los activistas Sebastián Rojas Ricaurte, editor jefe de El Chapín y Edmundo López, abogado de la Universidad del Rosario, decidieron abrir desde su periódico la puerta a temas de género y mujer, fijando una línea editorial hacia una visión crítica de temas culturales y urbanos.
“Empezamos a trabajar de la mano con una fundación que se llama ‘Manos Amigas’, que quiere visibilizar la lucha de los derechos de las mujeres en las diferentes localidades de Bogotá. Y en el caso de Chapinero trabajan de la mano con El Chapín para realizar una serie de talleres de esta índole”, explicó López.
La victimización de la mujer al interior de las universidades hizo parte de los temas trabajados, en especial cuando existe una relación de poder entre la víctima y victimario. Esto sucede cuando la víctima se encuentra en una posición inferior, lo que la hace más vulnerable frente al victimario y este se aprovecha de la situación para intimidarla.
“También hay una dificultad inherente a la naturaleza de las relaciones sociales que rodean a este delito y es que el acoso tiene lugar en todos los ámbitos de la vida, pero yo creo que se intensifica en aquellas estructuras de poder jerárquico preponderantemente masculinas porque hay una persona que tiene una posición dominante y se aprovecha de ella”, comentó el abogado y columnista Edmundo López.
A esto se suma la dificultad para hacer denuncias, el acompañamiento a la víctima y la socialización de diferentes casos para evaluar la protección que actualmente se da a las mujeres al interior de su lugar de estudio. “Es que el acoso sexual es algo que pasa en todos los espacios. No está mal decir y denunciar que en mi universidad hay acoso sexual. Mejor poder decir que hay acoso pero que yo estoy haciendo algo”, aseguró Pérez.
Que no se queden en silencio
Laura Ramírez, diseñadora gráfica egresada de la Universidad Nacional y miembro del colectivo en redes sociales ‘No me callen’, que trabaja temas de urbanismo feminista enfocado en casos de acoso en el espacio público, dijo: “Me parece muy bueno que estos espacios se estén abriendo camino en la sociedad porque es importante que como personas del común discutamos estos temas”.
En el evento, al que asistieron 29 personas, se observó una mayor participación e interés de los hombres por comprender y conversar sobre estas dinámicas, donde se reconoció la naturalización de comportamientos machistas que justifican el acoso hacia la mujer. “Creo que es importante que los espacios feministas sean espacios en los que principalmente –para variar del resto de foros públicos– se escuche a las mujeres, sus experiencias y sus opiniones”, resaltó Ramírez.
El taller hace parte de ‘La 69 cultural’, una sección del periódico local El Chapín que busca abrir espacios para mostrar voces juveniles y alternativas que muestren nuevos puntos de vista sobre problemáticas sociales actuales, aseguró Sebastián Rojas.
“El tema de género hace parte de una corriente cultural y política que hace referencia al papel que juega la mujer dentro una sociedad que la discrimina y donde busca la reivindicación de sus derechos, como sucede en España con la Ley de movilización de mujeres y el movimiento por el aborto seguro en Argentina”, complementó López.
Finalmente, se invitó a la ciudadanía a participar en estos eventos para visibilizar esta problemática y trabajar en la construcción de espacios seguros y de apoyo para las estudiantes al interior de las universidades.