Partidos políticos evangélicos
Desde hace 20 años, con el surgimiento del Movimiento Independiente de Renovación Absoluta (MIRA) como primer partido político evangélico de Colombia, la política se convirtió en un escenario diverso y amplio para la participación de múltiples credos más allá del católico. Hoy, las religiones siguen siendo grandes fuentes de influencia política a lo largo del territorio nacional.
Con el establecimiento de la Asamblea Constitucional de 1991, Colombia dejó de lado una constitución conservadora impulsada por el gobierno de Rafael Nuñez en 1886, que establecía a la religión católica como la religión oficial dentro del territorio nacional. Además, según lo establecido por la ley de ese entonces, “los Poderes públicos la protegerán y harán que sea respetada como esencial elemento del orden social”. Un panorama que limitaba el ejercicio político para aquellos que no pertenecieran a la Iglesia Católica ligada al Vaticano.
Sin embargo, la nueva constitución instauró a Colombia como un país laico e independiente de toda creencia religiosa. Esta nueva forma de hacer política, conformada por muchas organizaciones, abrió la puerta a que los cultos evangélicos, novedosos y populares entre la población, ingresaran a la política bajo la representación de un partido.
De acuerdo con Misael Kuan, teólogo y doctor en Historia, “estos grupos evangélicos junto a los liberales van a estar detrás del cambio político del 91 de ampliación del espectro político en el cual a los partido evangélicos se les va acoger dentro de la nueva constitución”, aseguró. La inclusión de minorías dentro del panorama electoral, permitió a estos grupos religiosos participar políticamente, gracias al sector liberal que abogaba por el laicismo y la apertura en la participación política.
Actualmente, en Colombia existen alrededor de 15 mil Iglesias cristianas en todo el país, según datos del Ministerio del Interior. De estas comunidades, surgieron dos movimientos políticos evangélicos. El primero de ellos, creado en el año 2000, el Partido MIRA propio de la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional, creada en 1972 por el pastor Luis Eduardo Moreno y su esposa María Luisa Piraquive. De acuerdo con el partido, sus ideales se concentran en la búsqueda de políticas globales que se centren en valores tradicionales como la unidad familiar y la libertad religiosa.
Diecisiete años más tarde, en el 2017, se formó el partido Colombia Justa Libres que agrupa a múltiples comunidades evangélicas presentes en el territorio nacional. El partido, que proviene del antiguo partido Colombia Justa, tiene sus bases en el desacuerdo de algunos de sus líderes como John Milton Rodríguez y los pastores Eduardo Cañas y Héctor Pardo con los diálogos de Cuba entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la ex guerrilla de las FARC (fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).
En rechazo a la participación política que los Acuerdos de Paz otorgaron al recién conformado partido de la Farc (Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común), Colombia Justa Libres sentó sus bases sobre un modelo democrático y cristiano a partir de principios morales y éticos que tuvo gran acogida entre los diferentes credos evangélicos del país, al obtener 4 curules para el congreso en su primer año electoral. Actualmente, de acuerdo con senador y miembro fundador de Colombia Justa libres,Eduardo Emilio Pacheco, el partido reúne al 70 % de las iglesias evangélicas cristianas en Colombia.
Según Kuan, la participación de estos partidos en la política colombiana se caracteriza por sus bases anticomunistas y conservadoras reformadoras. Es decir, que se acogen a una ideología en la que se restringen las libertades individuales, teniendo como referentes fundacionales instituciones como la familia y el matrimonio.
De acuerdo con los datos recogidos por esta investigación, dentro del número de cargos públicos obtenidos por Colombia Justa Libres obtuvo mayor número de cargos públicos durante su campaña en solitario, al posicionar a 17 candidatos en los diferentes cargos públicos, mientras que MIRA tan solo ocupó 11 puestos, una disminución de su poderío político a diferencia de años anteriores.
Según Kuan, que los movimientos políticos religiosos alcancen la mayoría de votos en sectores rurales, supone convocar a diferentes grupos evangélicos alrededor del mismo candidato en una zona tradicionalmente católica. Lo que “puede convertir una disputa por la alcaldía local en una disputa entre protestantes y católicos”, expresó
La gran mayoría de cargos, alcanzados por ambos partidos, fueron obtenidos a través del apoyo de los evangélicos a candidatos, algunos de ellos católicos, miembros de partidos aliados o grandes coaliciones locales que abanderaron a un candidato común. Por ejemplo, Ariel Palacios Calderon y Victor Manuel Tamayo Vargas quedaron a cargo de las gobernaciones del Chocó y Risaralda respectivamente, cuyas campañas fueron apoyadas por partidos como el Partido de la U, Alianza Social Independiente, los Partidos Liberal y Conservador, Cambio Radical y Colombia Justa Libres.
Alianzas en defensa de los valores
A pesar de que Colombia sea un país laico, la aparición de actores religiosos en las elecciones aún demuestran que siguen existiendo lazos que unen el ejercicio de lo político con la espiritualidad de los gobernantes, tanto católicos como protestantes. Según los expertos, estos partidos son propensos a generar alianzas o coaliciones para fomentar un regreso a los valores tradicionales.
Kuan añadió que “de alguna manera estos partidos defienden un viejo orden y para ellos la constitución del 91 trajo una serie de políticas que van en contra de lo que creen y piensa la gente sobre la vida, su concepción de la vida”. De ahí que temas como el aborto o los derechos de la comunidad LGTBI sean rechazados. “Por eso es tan fácil que hagan alianzas por ejemplo con el partido conservador y cambio radical”, dice el docente.
Con el triunfo de la campaña de Claudia López, una mujer lesbiana en la alcaldía capitalina, comentó Kuan, “vemos que actualmente hay una agenda de ampliación de derechos y los evangélicos no están de acuerdo con eso, y eso por una cuestión filosófica e ideológica que hay que entender”, expresó.
Los miembros de estos cultos lo consideran una ‘pérdida de valores’ en la sociedad actual, ya que “tienen que ver con una agenda conservadora; Colombia en las regiones en lo rural y en lo popular es muy conservadora”, manifestó Kuan. Una afinidad que lleva a que se formen alianzas, como la del Partido MIRA con partidos de derecha como Cambios Radical, Centro Democrático y el Partido Conservador, cuyas coaliciones, en esta oportunidad alcanzaron 13 curules en los departamentos de Antioquia, Casanare, Cundinamarca, Meta, Guaviare, Bolívar, Caldas, Casanare, Magdalena y Chocó.
Pese a que la acogida de estos partidos sea amplia en las zonas rurales del país, todavía no es suficientemente organizada para llevar a cabo campañas que requieran de grandes gastos y umbrales de votación más altos, por lo que se necesitan de aliados. “Lo que yo creo es que Justa Libres, ha pensado ir a las candidaturas como partido independiente para la Alcaldía de Bogotá. Antes Mira lo hacia, pero no les estaba funcionando”, apuntó el profesor.
Los elegidos por el pueblo
En total, los partidos MIRA y Colombia Justa Libres cuentan con 58 representantes que se desempeñan en diferentes cargos públicos a nivel nacional, distribuidos de la siguientes manera: 15 concejales, 15 diputados, 13 alcaldes, 6 senadores, 5 ediles, 2 gobernadores y 1 representante de Cámara están activos en la política del país.
Siendo así, los diputados de las Asambleas Departamentales tiene los cargos más representativos para el partido MIRA con 15 curules en 8 departamentos del país. Los alcaldes, sin embargo, representaron mayoría de votos para el partido Colombia Justa Libres, con 13 alcaldes seleccionados. La concentración de poder político en altos cargos de ambos partidos, pese a no ser generalizada a nivel nacional, varía según la región, como en el caso de Risaralda donde el partido MIRA obtuvo mayoría en las zonas rurales.
Otra de las sorpresas en las regionales de 2019 fue el triunfo del partido Colombia Justa Libres durante sus campañas en solitario que lograron el umbral de votación para posecionar como alcaldes a 5 de sus miembros. Entre ellos, el pastor Santiago Montoya, alcalde electo de Sabaneta en el departamento de Antioquia, quien contó con el aval de John Milton Rodríguez, una de las cabecillas del partido, según prensa local. Otros de los nombres que figuraron en entre los electos fueron Cristóbal Morales Mazo, en la alcaldía de Padilla, Cauca, Diana Judith Perez Marquez como alcaldesa de Los Palmitos en el departamento de Sucre, Tele Wobson Amaya en el municipio de Tauramena, Casanare y Jhon Alejandro Londoño como alcalde de Anserma, Caldas.
No obstante, el profesor Misael Kuan, aseguró que es muy apresurado afirmar que exista una mayoría de partidos evangélicos en el poder. “Hablar hoy de que haya una mayoría protestante es muy difícil, no es real”, afirmó. Para que estos partidos obtengan una mayoría muchas veces se opta por reunir a los grupos evangélicos locales o apoyar a los candidatos de los grupos conservadores y afines, como sucedió con el apoyo del partido MIRA y la simpatía de Colombia Justa Libres en 2018 a la campaña del actual presidente de Colombia, Iván Duque.
Pero, a diferencia de otros países donde el papel del protestantismo en la política resulta un elemento clave, en Colombia aún no existe una tradición electoral en la que estos partidos hayan ocupado puestos políticos centrales como alcaldías de grandes ciudades o gobernaciones. Un fenómeno que por el contrario sucede en otro países como Estados Unidos o Brasil, según los resultados de la investigación periodística “transnacionales de la fe” en la que asocian los nexos políticos entre grupos evangélicos y las elecciones presidenciales en Brasil, que dieron como resultado a Jair Bolsonaro como el nuevo mandatario.
Aquí puede ver esta investigación completa: https://transnacionalesdelafe.com/
Esos datos también llevan a preguntarse si estas personas que llegaron al poder gracias al discurso religioso también tienen una relación estrecha con los cultos asociados a su partido. En algunos casos sí, ya que cuatro de los funcionarios electos son pastores: el alcalde de Cauca, Padilla Cristobal Mazo, el concejal de Bogotá Marco Acosta, la concejal de Cali Natalia Lasso y el diputado de Cali Farid Larrahondo.
De acuerdo con el docente, hay que tener en cuenta la zona donde se eligieron los representantes de estos partidos para ejercer poder político. Las coaliciones de estos partidos también influyen en el voto de los electores, puede que un candidato no sea evangélico o cristiano y aun así, por la coalición, las personas de estos sectores voten por él.
Según Kuan, en los resultados de las pasadas elecciones llama la atención que haya ganado Colombia Justa Libres en la Alcaldía de Sabaneta-Antioquia un lugar conocido por su población católica y la devoción popular por la imagen mariana de la ‘Traquetica’ o ‘Virgen de los sicarios’ (denominada así ya que tanto sicarios como narcotraficantes pagaban el diezmo ) Aún así, afirmó que, aunque haya ganado un candidato avalado por este partido, no significa que el partido evangélico sea mayoritario en la región.
Lo que realmente implica, es que al estar en una coalición con Cambio Radical y otros sectores conservadores, aseguran el voto de un sector mayoritario entre los electores, a comparación de Justa Libres cuya capacidad electoral es mucho menor a la de los partidos con mayor trayectoria política en el país.
Lo que hace efectiva esta alianza son las coincidencias ideológicas entre partidos, ya que Justa Libres promueve valores de los sectores evangélicos tales como la unidad de la comunidad y discursos relacionados con la seguridad en zona rural . “Seguramente ese alcalde no sea evangélico o pentecostal, sino católico, ¿por qué?, porque en la base hay una coincidencia ideológica” , explicó el teólogo.
Poder en la desigualdad
Otro punto a resaltar es el género o sexo de estos representantes políticos. Hay una presencia mayoritaria del género masculino en los cargos políticos de estos partidos en el país. De 57 electos, solo 13 son mujeres.
A pesar de ello, el perfil de estas mujeres va de acuerdo con su partido pues reivindica el papel de la mujer como aquella que trabaja por el bien de su comunidad, desde los valores cristianos. Así “empoderaria” a la mujer, por ejemplo creando políticas para que tengan acceso al trabajo, sin embargo, esta libertad es sesgada. Según Kuan, la ideología de estos partidos está en desacuerdo con el aborto, los derechos reproductivos de la mujer, el matrimonio gay,entre otras ideologías liberales que se alejan de la conservación de los valores tradicionales.
El espectro de la religión y la política en Colombia contiene una larga historia, que todavía demuestra una profunda relación en las formas de gobernar el país. Queda el interrogante de la participación activa de estos partidos dentro de la esfera política y de su futuro alcance en las próximas elecciones.