He aquí a una escritora, periodista y famosa tuitera a quien no le gusta callar nada y vive orgullosa de su voluminoso cuerpo. Asimismo, ha publicado para revistas como KienyKe, Soho, Carrusel, Donjuán y Fucsia. También estuvo en Javeriana Estéreo, Todelar, lanzó su novela literaria Polaroids en la Feria Internacional del Libro de Bogotá 2013, trabajó un tiempo desde Nueva York, y luego, en Colombia laboró junto a Jaime Sánchez Cristo y, lo más increíble, le consiguió una entrevista a su hermano, Julio Sánchez Cristo, con Paul McCartney.
Mayer es parte de ese pequeño grupo de mujeres periodistas que luchan por su libre expresión en los medios de comunicación, los cuales suelen ser bastante machistas. Por esa razón escribe libre y desparpajadamente, para quitar ciertos tabúes, dice ella, en una sociedad tan 'morronga'.
Plaza Capital (P): Tiene 14.100 seguidores en Twitter. Lo cual es un montón, ¿cuál ha sido su estrategia para atraer a todas estas personas?
Virginia Mayer (VM): No, no tengo estrategia alguna. Simplemente escribo lo que se me da la gana, sin filtro, y ya. De hecho, a veces pienso cuál será la estrategia para tener cuarenta mil.
P: ¿Cómo fue su experiencia en Javeriana estéreo? ¿Trabajar allí le abrió más puertas en otros sitios?
VM: Fue mi primera experiencia, por lo cual fue alucinante. Estaba tras bambalinas donde escribía el libreto y programaba las canciones en un programa llamado Rock Contemporáneo. Fue muy divertido porque hice un par de pruebas de sonido, me dijeron que no daba la talla como locutora al tener voz de niña gomela y no cuadrar con el perfil de Javeriana Estéreo. Después a Julio Sánchez le encantó mi voz. Básicamente te dicen que no en un lado, pero en otro te dicen sí. Oir en la radio algo que yo había programado, no lo podía creer. Era como sentir un orgasmo, me moría de la dicha.
P: ¿Por qué comprar y leer "Polaroids"? ¿Qué tiene de especial?
VM: Es mi primera novela, que consta de doce capítulos contados por una narradora llamada Miranda y es sobre gente loquísima que conocí mientras viví en Nueva York. Todos estos personajes tienen algo en común, y es que llevan un estilo de vida fuera de serie que para una persona del común es ficción pura. Además fue un ejercicio muy personal que hice con pasión y porque me priva escribir.
P: En sus redes sociales se nota que admira y ama profundamente a la artista mexicana Frida Kahlo. ¿Esto se debe a algo en particular?
VM: Me identifico con su sexualidad libertina, porque hay un componente un poco masculino en ella con el cual me determino, ya que yo nunca he sido la más femenina de las chicas. En sus obras entendí un dolor inmediato al igual que yo, que me he valido mucho de mi sufrimiento e inseguridades y los he utilizado como temática en mis escritos. Kahlo tuvo la valentía de transformar su tortura en color, formas y texturas, es decir en arte. Aparte, ella tuvo un accidente muy traumático en un bus donde le entró un trozo de hierro por la espalda y le salió por la vagina y yo de chiquita sufrí algo similar. Con ella entendí que la tristeza no tiene que ser gris, puede venir llena de colores.
P: ¿Cómo hizo para conseguirle a Julio Sánchez Cristo la entrevista con Paul McCartney con la cual se ganó un Simón Bolívar?
VM: Paul McCartney se estaba casando por segunda vez en un castillo remoto en Escocia y por las agencias de noticias que iban mandando noticias cortas todo el tiempo, llegaron una serie de nombres de los invitados a la boda. Uno de ellos, Geoff Baker, publicista de Paul, me llamó la atención. Investigando, llegué a un sitio web donde estaba el nombre de la oficina del man y un teléfono, llamé y había un voice mail que decía: estoy de gira con Paul en Japón, si me necesitan llámenme a este celular. Llamé a ese celular durante 6 meses todos los días ¡súper intensaaa!. Hasta que MacCartney le dijo a Baker que estaba sorprendido por mi persistencia. Así que decidió dar la entrevista, la cual quedó programada para cuando estuviera en México como parte de su gira. Al principio era telefónica pero como Julio estaba visitando a Gabo en aquel país, se terminó dando personalmente. De hecho, me acuerdo perfectamente que le canceló a Rolling Stone Estados Unidos. Pensé: si me conseguí a Paul MacCartney, me consigo a cualquiera.
P: Háblenos un poco sobre el desnudo que hizo para la foto de su artículo “Memorias de una gorda”, en Soho.
VM: Este texto es muy especial para mí ya que con esto perdoné a mi mamá, quien siempre me tuvo a dieta y quería que yo fuera flaca. Desnudarme resultó ser una decisión difícil, porque todo el tiempo he criticado a las viejas que se empelotan y muestran las tetas. ¿No es suficiente con tu carrera y trabajo que tienes que venderte? Entonces cuando me dejé tomar esa foto dije: "rayos, la respuesta de la gente va a ser muy negativa. Las personas dirán: ¿oiga, usted no era que iba en contra de eso? Pero nada, la entendieron perfecto". Es decir, soy totalmente contraria al tipo de chicas que posan en la revistas. Con esto decidí mandar a la mierda los estereotipos sociales.
P: ¿Qué es de su vida amorosa? ¿Se encuentra actualmente en un romance con alguien?
VM: Me estoy hablando mucho con un personaje, a mí suele gustarme el tipo que me va a hacer daño, por el que voy a sufrir y el que me va a generar ansiedad. El más anormal, ese me gusta a mí. Entonces este man es muy inteligente, una pepa trabajadora que produce cosas todo el tiempo, pero medio desequilibrado entonces no sé si habrá una historia de amor…
P: Por último, un consejo de vida para los jóvenes.
VM: Cuando alguien lo llame: gordo, feo… piense en si esa persona le va a pagar las deudas. Que no le importe lo que diga. En esos términos lo mido todo yo. También que haga un cambio, no sea un borrego más de está sociedad, hay que hacer mucho ruido para expresar lo que está mal a su alrededor. Por último, cuando se sienta frustrado compárese con un cuadripléjico y verá que se le pasa, porque aunque yo esté gorda con estrías, llena de celulitis, con mi barriga y papada, me paro cada vez que quiero, me hago de comer, hago todo lo que quiero porque soy perfecta. Es entender que los complejos muchas veces no vienen del corazón sino que son pesos impuestos por la sociedad.