Acompañamos a Olga Lucia, docente de preescolar, en su jornada laboral para entender cómo funciona el regreso a la normalidad en la primera infancia. Ella trabaja en un jardín infantil ubicado en la localidad de Puente Aranda. La docente está a cargo de 15 niños del grado jardín, ocho de ellos van presencial y los otros siete que se conectan virtualmente. Y las clases, el descanso y el juego están delimitados por un protocolo de bioseguridad que se debe cumplir todo el tiempo.
En el transcurso de la mañana pareciera que la profesora se divide en dos. Explica y está atenta por una cámara de los alumnos que están desde casa y, al mismo tiempo, repite esas funciones con los pequeños que están en el aula. Sin excusa o ayuda, Olga Lucia tiene que estar pendiente de todos y todo. Sin distinción entre lo virtual y presencial, los gritos y las risas, ella responde a cada una de las preguntas, intervenciones y necesidades de sus niños. Pero, ¿qué tan fácil es esto?