Entre miembros de la comunidad y aliadxs se exaltó la importancia de defender los derechos de las comunidades LGBTIQA+ y al mismo tiempo se celebró en una fiesta inclusiva el amor en todas sus expresiones y los espacios que se siguen abriendo para estas comunidades. Sophie, quien se identifica como bisexual, cuenta que en el colegio la rectora “se encargó de hacerle la vida a cuadros” al entrerase de su orientación sexual. “Me trataba mal, no podía verme en una relación porque hacía lo que fuera para dañarmela, siendo yo bisexual, me trataba de lesbiana y de vaga aún cuando intentaba destacar académicamente”.
Sophie marcha porque un día todxs puedan caminar libres sin ser señaladxs, juzgadxs o hasta asesinadxs en nombre de un dios o simplemente por odio. Así mismo ella exalta que a pesar de estar en tiempos modernos se siguen vulnerando derechos y libertades en todos los espacios, como lo son en el colegio, la familia y en ambientes laborales que limitan las oportunidades de ejercer a miembrxs de la comunidad. Oscar Vanegas, formador artístico del Instituto para la protección de la niñez y la adolescencia de Bogotá, contó por qué protestaba de forma artística en la marcha, junto al talentoso y colorido colectivo de malabaristas, bailarinxs y músicxs, muchos parte de la comunidad .“Yo nunca había marchado, marcho para apoyar, creo que no debe haber discriminación ni exclusión a nadie, salgo a mostrar eso y a aportar mi pedacito”.
Por su parte, Alison Duff, mujer trans expresó sus razones para manifestarse “yo marcho por nuestra visibilidad trans, por la lucha, por menos discriminación, por un país libre”. Al son de las trompetas mientras el sol desaparecía, Alison decía con expresión esperanzada “marchamos por un trato igualitario con más oportunidades”. Su amiga Guissell Ortiz, parte de la comunidad de mujeres trans contaba con un tono familiar y cálido ”Mor, yo marcho por los derechos de nosotras las transexuales para que seamos más aceptadas en este mundo que estamos”. Ese deseo de un mundo sin discriminación ni violencia se sumaba a la necesidad de superar las dificultades traídas por la pandemia que como Guissell contaba “pegó muy duro porque fuimos muy olvidadas, pero ahí vamos”.
’Bogotá admira la fortaleza de la comunidad LGBTIQ’
Entre varias figuras públicas que mostraron su apoyo a las manifestaciones de forma virtual o presencial, se destaca a Don Edgar Pinzón, un conocido personaje que acompaña las marchas con sus ingeniosos carteles. Con 75 años y en medio de la crisis sanitaria sigue acompañando las movilizaciones sociales más coyunturales, como la defensa del acuerdo de paz, las marchas estudiantiles y el paro nacional. En esta ocasión Don Edgar levantaba con su sonrisa permanente una pizarra que decía ’Bogotá admira la fortaleza de la comunidad LGBTIQ’.
Mientras se tomaba foto con quienes se le acercaban con pena, como la celebridad en que se ha convertido contaba su razón para salir con su cartel “como ya soy viejito lo único bueno que puedo hacer es salir a acompañar a la juventud, yo soy admirador número uno de la juventud. Cuando yo era joven la juventud no era tan inteligente como ustedes hoy en día, ustedes son muy inteligentes y yo los admiro. Ustedes son los que van a salvar este país tan corrupto. Ya los viejos no pudimos hacer nada, o no hicimos nada, todo está en manos de los jóvenes”. Con su tono paternal y decidido Don Edgar se despedía diciendo, por favor cuídense mucho.
Los colectivos seguían llegando a la Plaza de Bolívar de Bogotá que se vestía de los colores de las muchas banderas de la diversidad. Orquestas tocaban clásicos de Lady Gaga y porristas volaban con una bandera multicolor en la mano. Bogotá oscurecía con una nueva esperanza, esa de que un día existiera un país en el que todas las personas pudieran vivir seguras y existir libres sin importar su identidad de género u orientación sexual.
* Este artículo con su fotogalería correspondiente ha sido también publicado en el medio digital Distintas Latitudes