La llegada del Covid-19 ha resaltado la importante labor que ejercen día a día los ingenieros biomédicos en los hospitales del país, un oficio del que muchos ciudadanos no han escuchado. Al igual que médicos y enfermeros, los biomédicos tienen que exponerse y exponer a su familia al peligro del contagio para conseguir salvar la vida y cuidar la salud de los enfermos más graves de las unidades de cuidados intensivos. Afirman que no reciben un salario justo equiparable a sus responsabilidades y que debido a esta situación muchos de sus colegas han tenido que emigrar a otros países como Canadá o Estados Unidos dónde hay un mejor reconocimiento de su profesión.
David Caicedo es un ingeniero biomédico con seis años de experiencia laboral que actualmente trabaja en una clínica de Bogotá. Escogió esta carrera porque anhelaba ayudarle a las personas por medio de su profesión y buscaba una carrera que integrará su gusto por las matemáticas y la medicina. Para el, un ingeniero biomédico tiene una enorme responsabilidad al verificar y realizar mantenimiento a las máquinas, pues en su oficio le garantiza al paciente que la máquina que usará cumple con todos los requerimientos necesarios. Cualquier falla en esta ‘simple’ labor puede tener consecuencias desafortunadas, puede por ejemplo generarse un fallo en el sistema de un ventilador y en el caso de no actuar diligentemente ocasionar la muerte del paciente que lo utilizaba.
La realidad de los biomédicos en Colombia
En sus años de experiencia, David confirma que la mayoría de los ingenieros biomédicos son mal pagos y se encuentran bajo un contrato laboral por prestación de servicio, pese a que deben cumplir un horario y estar disponible la mayor cantidad de tiempo por si una máquina se daña. Por esta razón muchos aspiran a salir del país o en su defecto integrarse a una multinacional, donde el salario es mejor y el contrato laboral es fijo. En esta posición coinciden Víctor Méndez y Ferley Contreras.
Víctor Méndez es un ingeniero biomédico con más de 20 años de experiencia laboral, actualmente trabaja para una marca comercial que se encarga de distribuir máquinas a diferentes lugares del país. Expone que existe ‘una diferencia garrafal’ entre los salarios de los ingenieros que trabajan para clínicas y hospitales, y los que trabajan para empresas particulares. Conoce de ingenieros biomédicos que han conseguido un buen trabajo con salarios justos, pero comenta que este no es el panorama habitual. Ferley Contreras comenta que una posible razón de los bajos salarios es que los ingenieros biomédicos son considerados únicamente como ingenieros y no como personal de salud, pese a que deben hacer seguimiento a los dispositivos médicos y tienen una responsabilidad con la salud de los pacientes.
Ferley Contreras, Víctor Méndez y David Caicedo consideran que la difícil situación en la que hoy se encuentra el país ha visibilizado su oficio a los ciudadanos que desconocían que existía la ingeniería biomédica, también ha visibilizado los problemas laborales más comunes de la profesión. Esperan que desde esta visibilización surgida en la pandemia se impulse en un futuro cercano medidas que mejoren sus contratos laborales.