Marino Sánchez Aguilar, candidato al Senado por el partido Todos Somos Colombia, habló con Plaza Capital sobre sus propuestas para reconocer a los grupos étnicos y víctimas del conflicto armado en Colombia.
A lo largo de su trayectoria política, se ha caracterizado por recuperar la credibilidad del casco urbano en los gobernantes, hablar por los que no han sido escuchados e interconectar a la región del Rionegro con todo el territorio colombiano. Además, ha contribuido al país como concejal del municipio de Viotá (Cundinamarca).
¿Cómo ha sido su trayectoria profesional y política?
Soy profesional en Filología e Idiomas de la Universidad Pedagógica. También tengo formación en altos estudios deportivos. Esto ha hecho que tenga acceso a distintos cargos, sobre todo burocráticos, en el Pacifico como jefe de control deportivo de la Universidad del Valle cede Pacifico. Además, soy educador en distintas instituciones tanto a nivel secundario como superior. En cuanto a trayectoria política, mientras hacía mis estudios al interior del país, fui concejal en el municipio de Viotá e hice algunos intentos mediante alianzas para llegar a la Alcadía en Buenaventura.
¿Cuál es su posición ideológica?
Puedo asimilarla a lo que se llama ‘centro’ y en algunos momentos hasta de centro derecha. Sin embargo, ante todo mi posición es de reivindicación étnica, por lo cual más que una posición ideológica es una posición filosófica de reivindicación de los grupos étnicos.
¿Cuáles son sus propuestas para llegar al Senado?
Estructuralmente, las propuestas en esta candidatura giran en torno dos ejes. El primero es ambiental, pues está claro que nos encontramos en una escasez muy notoria de recursos y si no se adoptan políticas públicas para la conservación y protección de este, las siguientes generaciones pagaran el precio de no poder disfrutar de un medio ambiente que les permita una vida digna.
El otro eje está relacionado con las acciones de reparación a grupos étnicos y víctimas del conflicto. Considero que los grupos étnicos han vivido una discriminación histórica, ya que las comunidades afro llegaron a Colombia en situación de esclavización, raptados desde África, por así decirlo.
¿Cómo piensa proteger a las minorías étnicas en el Congreso?
Las comunidades indígenas sufrieron el despojo posterior a la colonia española, lo que implica que históricamente hayan tenido menos acceso a derechos y a posibilidades de crecimiento y de desarrollo. Esta propuesta va en conjunto con las victimas del conflicto armado, quienes han tenido que pagar el más alto costo dentro de una guerra interna, que los dejó sin posibilidades económicas. Muchos de ellos perdieron sus posibilidades de empleo, como el acceso a una propiedad digna de su cultura arraigada al campo.
¿Cuáles son esas acciones de reparación que propone?
Las acciones de reparación a las que se refiere mi candidatura son de permitir mediante la inclusión el acceso a bienes y servicios a los grupos étnicos y a las víctimas. Esta propuesta tiene dos ejes estructurales: El primero es el acceso a la educación absolutamente gratuita en todos los niveles y el segundo, es el mejoramiento de las condiciones de vida en cuanto a servicios públicos básicos y el acceso a seguridad alimentaria en sus regiones sin que tengan que irse a las grandes ciudades a transformar su cultura. Estas acciones les permitirán un desarrollo mas acercado a los derechos que, constitucionalmente, todos los colombianos tienen.
En vista de su interés por la inclusión e igualdad, ¿cuál es su posición frente a la participación política de grupos étnicos y víctimas del conflicto?
Mi posición se reduce ante la poca participación que hay. Podemos ver que, en un Congreso de 250 parlamentarios no se llega a 20 entre personas afro e indígenas, cuando la población del país de estos dos grupos étnicos es muy superior a ese mínimo porcentaje. Por eso siento que la participación es muy poca, al igual que la de las víctimas del conflicto.
Considero que se tienen que crear espacios más amplios que aseguren la participación tanto de las comunidades indígenas como de las comunidades afrodescendentes del país y si en ellas se puede involucrar el enfoque diferencial de la condición de víctimas o desplazados, pues seria mucho mejor porque el país se tiene que reconstruir con todos los valores de la sociedad que históricamente fueron afectados y vulnerados.
¿Cómo es la situación de las minorías étnicas en Rionegro?
En la región del Rionegro, la población étnica no es tanta. Esta es una zona con antepasados indígenas que tuvieron que migrar hacia otras partes. Además, cuenta con una gran riqueza desde el punto de vista natural entre los municipios de Pacho, Yacopí, La Palma y Topaipí. Hay grandes fuentes hídricas y aunque su presencia no sea mucha, creo que estos valores indígenas, respecto al cuidado de la tierra, son necesarios rescatarlos para volver a darle un desarrollo sostenible al campo.
La presencia de las comunidades afro se da por procesos migratorios de violencia que vienen hacia pueblos circundantes de Bogotá, donde el costo de vida es más bajo y, en los cuales, normalmente vienen a cumplir funciones de tipo mano de obra no calificada, lo que a veces puede crear estereotipos por las funciones que cumplen. No es mucha, pero está creciendo.
¿Cuál es la mejor solución para que estos grupos colectivos no vuelvan a ser marginados?
La principal solución para que los colectivos éticos, y como denomina en la pregunta “marginados”, no vuelvan a vivir este tipo de marginación, principalmente se basa en la educación. Desde la educación y con las futuras generaciones es que se pueden crear programas, se pueden crear formas de desarrollo, de solidaridad, en donde se les enseñe a todos los miembros de la sociedad, esencialmente a los niños, que los valores ancestrales y el conocimiento de los grupos étnicos son importantes y que no solo los conocimientos occidentales son los únicos que pueden aportar a la sociedad.
Segundo, si mejoramos las condiciones de vida de los grupos marginados que se encuentran dentro de los umbrales de pobreza, como se puede evidenciar en La Guajira, Chocó, el Pacifico, podemos quitarnos ese estigma de marginalidad y permitir que haya una Colombia verdaderamente diversa y pluriétnica, en donde todos puedan acceder a un mínimo de garantías y derechos que permita que se cumpla ese fin constitucional del Estado social de derecha.