Movilizaciones estudiantiles, más que pintura en las paredes

Martes, 27 Septiembre 2011 09:10
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El movimiento estudiantil colombiano se está organizando para hacerle frente a la reforma de la Ley 30, propuesta por el presidente Santos en marzo de este año. La pasada marcha del 7 de septiembre es un adelanto del proceso que lideran los estudiantes universitarios para que distintos sectores sociales apoyen su proyecto de una nueva política educativa.

El 12 y 13 de Octubre los estudiantes se movilizarán nuevamente e irán a paro, exigiendo una nueva política de educación al gobierno de Santos.||| El 12 y 13 de Octubre los estudiantes se movilizarán nuevamente e irán a paro, exigiendo una nueva política de educación al gobierno de Santos.||| Foto: Tomada de Prensa Rural|||
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“El rol del estudiante como transformador social es muy importante” es la frase que recalcan Beto Centeno y Camilo Pérez, estudiantes de universidades privadas de la capital.


Desde las organizaciones a las que pertenecen, Organización Colombiana de Estudiantes (OCE) y la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios (ACEU) respectivamente, los dos están trabajando en sus instituciones educativas alrededor del proyecto de unificación y consolidación del movimiento estudiantil colombiano que busca tumbar la reforma a la Ley 30, cuando Santos la radique en el Congreso.


La MANE, Mesa Amplia Nacional Estudiantil, es la materialización de ese interés de los estudiantes en acumular fuerzas de manera organizada y lograr, democráticamente, un cambio estructural. Sergio Fernández, representante de los estudiantes ante el Consejo académico de la Universidad Nacional, explica que “a cada modelo de país le corresponde un modelo educativo y obviamente de universidad, así que la pelea con Santos en últimas es una pelea por el modelo de país que nos está montando”.


Para el 12 y 13 de octubre está programada una marcha por la MANE, para solicitar a la presidencia que retire la propuesta a la reforma y abra un espacio destinado a construir una alternativa educativa, consultando a la comunidad universitaria. 


Adicionalmente, durante esos dos días, 32 universidades públicas del país, que corresponden a 600 mil estudiantes,  irán a paro y existe la posibilidad que algunas facultades de universidades privadas, como El Externado y Los Libertadores, también lo hagan.


De vuelta a los setenta


Beto es militante del Polo Democrático Alternativo desde hace cuatro años y se siente orgulloso de la respuesta de los estudiantes de todo el país. “El movimiento estudiantil tiene aliados naturales como mi partido, pero la MANE tiene una identidad alrededor del fin de la educación y no de una posición política como la izquierda, por ejemplo”.


La mesa amplia estudiantil reúne a todas las organizaciones estudiantiles a nivel nacional, regional y local. En cifras, el nuevo movimiento estudiantil está conformado por más de mil delegados de 80 universidades del país, con mayor representación de las de Bogotá, Medellín y el Eje Cafetero. 


“Es una vaina muy grande que no pasa en este país desde hace 40 años”, enfatiza Fernández.  En 1971, una organización  conglomeró las reivindicaciones de los estudiantes en un Programa Mínimo que incluía los lineamientos de una nueva política educativa, la cual contrarrestaba un plan internacional propuesto por el gobierno de turno y que, en general, buscaba intervenir el pensum de las universidades públicas. 


Tomando como ejemplo a seguir ese movimiento estudiantil del 71, como fue conocido históricamente, para asegurar que las exigencias del movimiento actual no sean coyunturales sino de largo plazo, la nueva generación estudiantil organizada también creó un programa mínimo que incluye entre otros, el tema de la financiación, la calidad académica, el bienestar y la autonomía universitaria.


Ahora, la universidad pública sigue representando un porcentaje importante en el movimiento estudiantil (70 por ciento de los delegados de la MANE pertenecen a este sector), sin embargo,  el activismo en la universidad privada ha crecido considerablemente.


La sociedad civil y los estudiantes, la réplica del caso chileno


El movimiento estudiantil actual se caracteriza por llevar un proceso de acumulación de fuerzas en el marco de la resistencia civil. Por tal razón los estudiantes, aunque se ven como un gremio, saben que el apoyo de otros sectores sociales en sus planteamientos sobre la Ley 30, creada en 1992, logrará que sus acciones tengan más eco.


Un primer paso, ha sido la articulación de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil a la Coordinadora de Organizaciones y Movimientos Sociales de Colombia (COMOSOCOL), integrada por algunas de las más importantes fracciones sociales que se oponen al Gobierno como La Federación Colombiana de Educadores, La Marcha Patriótica, La Comisión para los Pueblos Indígenas y la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia.


Y, por otro lado, los rectores de algunas universidades están en contra de la propuesta de la ley de educación superior de Santos. Moisés Wasserman, rector de la Universidad Nacional, y José Fernando Isaza, rector de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y presidente de la Asociación Colombiana de Universidades (ASCUN), no sólo han sido los principales críticos, sino que también han escrito numerosos artículos sobre la necesidad de hacer cambios en el sector.


Camilo Pérez, estudiante de ecología e ingeniería industrial de la Javeriana, reconoce que “la idea es que el paro no sólo sea estudiantil”. En Chile, el éxito de las movilizaciones ha estado en  que los estudiantes  han logrado juntar otros sectores en contra del ánimo de lucro en instituciones técnicas y universitarias, no por nada, el 86% de la población chilena está con ellos.


Bajo las siguientes preguntas : ¿Le preguntaron o le hicieron participe de la reforma de la nueva Ley de Educación?, ¿Está de acuerdo con lo que dice el articulado? y ¿Está dispuesto a crear una nueva alternativa, cuál es su propuesta?, el 6, 7 y 8 de Octubre, se hará una consulta estudiantil en todas las universidades para “tantear” que tanto la sociedad está con los estudiantes y mostrar con el clima de la opinión pública si la Ley de Educación es una propuesta de la sociedad o en realidad del gobierno de Santos.


Los integrantes del OCE y la MANE esperan que las acciones del movimiento estudiantil colombiano tengan relevancia en las decisiones políticas del país y no se queden en lo que, aducen ellos, han mostrado los medios de comunicación: pintura en las paredes.


Como agrega Sergio, “Queremos como en Chile, que la calle sea el escenario en que se tomen las decisiones para el país, porque son los enormes ríos de gente que aunque parezcan quietos transportan una gran energía, y no los pequeños riachuelos que hacen mucho ruido y chocan piedras, los que moldean la forma de hacer política”.