Distintos expertos coinciden en que la mejor manera de evitar la depresión en los jóvenes estudiantes es una formación integral desde la infancia, en la que se enseñe a desarrollar de manera equilibrada todos los aspectos de la vida de la persona; es decir, tanto lo social, como lo académico, lo afectivo y lo laboral. Cuando estos aspectos no tienen un equilibrio y se le da más importancia a unos que a otros, se pueden generar situaciones que lleven al joven a una decisión fatal, como en el caso de Miguel Ángel Olea, un estudiante que representaba a su colegio en un evento de la NASA y quien se suicidó debido a la depresión que le produjo perder el año por faltas.
Según el Instituto Nacional de Medicina Legal, los jóvenes entre los 18 y los 25 años son el segmento de población más propenso a padecer problemas relacionados con la depresión y con el suicidio. Los adolescentes y los adultos jóvenes son vulnerables a trastornos del estado de ánimo debido a la demanda que el entorno ejerce sobre ellos, y a que se encuentran en una etapa en que se definen sus intereses y se perfilan sus proyectos de vida.
Consuelo Avella, psicóloga de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas, explica que cuando la situación académica no gratifica los esfuerzos realizados por un estudiante, se disparan sentimientos de impotencia, frustración y negación, lo que puede resultar en un evento depresivo.
No obstante, Astrid Pinilla, Directora del Área de Formación y Desarrollo Humano de la Decanatura del Medio Universitario de la Universidad del Rosario, considera que es importante diferenciar entre la ansiedad y la depresión que se presenta como resultado del rendimiento académico. La ansiedad se puede producir porque existe una carga académica alta, mientras la depresión está asociada a distintos factores que no solo involucran el aspecto académico del estudiante.
La depresión tiene, entonces, una fuerte relación con el medio y con el contexto de la persona, factores que pueden tanto provocarla o fomentarla, como evitarla. A lo largo de la vida el ser humano se puede ver enfrentado a situaciones psicosociales y eventos estresantes que exigen habilidades de enfrentamiento de su parte, y al no contar con dichas habilidades, la persona puede progresivamente ser vulnerable a la depresión..
Pinilla explica que una de las cuestiones fundamentales en esa educación integral que se debe ofrecer desde la infancia es aprender a manejar tanto el éxito como el fracaso. Así, los padres deberían enseñar a sus hijos que la vida universitaria y la profesión son solo algunos aspectos y etapas de los muchos que constituyen su proyecto de vida.
Otro consejo importante que ofrece Avella para evitar patologías asociadas a la depresión es trabajar la autoimagen y la autoconfianza. Además, se debe tener claro que la formación académica de la persona, así como otras acciones dentro del desarrollo de la vida, se deben realizar no para satisfacer las expectativas de amigos o familiares, sino para satisfacer los deseos y aspiraciones propias, así cada acción contribuirá a un equilibrio en la vida de la persona.
Pinilla también aconseja que ante las dificultades, los jóvenes estudiantes no deben aislarse a pesar de que inicialmente la situación pueda parecer catastrófica, sino que deben considerar otras opciones para solucionar esa dificultad. Esto debido a que el aislamiento puede producir otras conductas que no son sanas, tales como el consumo de sustancias psicoactivas, las cuales pueden empeorar la situación de depresión.
Una alternativa para enfrentar y evitar la depresión es compartir experiencias y sentimientos a través del diálogo con personas cercanas o que se encuentren en situaciones similares. En Colombia existen opciones como la Asociación Colombiana contra la Depresión y el Pánico, la cual tiene como objetivo ofrecer opciones para el manejo de esta patología a través de grupos de apoyo a los que asisten pacientes y familiares para discutir experiencias y opciones en el manejo de esta situación.