Como es característico en los deportes colombianos, nuestro país destaca por todo lo que muchas veces pasa desapercibido, y el patinaje es uno de estos deportes insignia en el país que pocas veces se reconoce. Colombia es potencia mundial, ocupando diez años seguidos el primer lugar, para un total de 17 victorias de las 28 competencias que se han hecho, estando así por encima de Estados Unidos que ocupa el segundo lugar con nueve campeonatos ganados. De estas 28 competencias Nagge hizo parte de la selección Colombia en la categoría juvenil femenina en el campeonato de 2019, y espera competir para la selección para el año 2021. Además de eso, Colombia es campeón mundial en todas las modalidades de patinaje sobre ruedas; históricamente ha ganado más medallas de oro que cualquier otro país.
Nagge fue partícipe de la historia, cuando Colombia en el 2019 compitió en los World Roller Games en Barcelona. “Fue muy lindo, España es muy lindo y muy distinto a Colombia, es otro mundo”, cuenta Nagge mientras recuerda sus días en el país europeo, muy lejos de su casa en su natal Cúcuta, cuando comenzó su carrera y dio sus primeros pasos, primeras caídas y primeras victorias en el deporte del patinaje. Si bien Nagge no pudo competir en el campeonato, Colombia arrasó en la competencia y se quedó con 25 medallas de oro, ocupando el primer lugar en la clasificatoria, y ganando, por segundo año consecutivo la competencia, siendo así el único e invicto campeón de toda la historia del torneo.
A pesar de vivir la experiencia de viajar a otro país a representar a la selección, el espíritu competitivo de Nagge, y sus ansias de cruzar la meta de primera se llenaron de frustración, ya que no pudo participar en ninguna de las competencias. Nagge cuenta que esto es debido a que los directivos de la Federación Colombiana de Patinaje decidieron asegurar las medallas, por lo que no dejaron que los nuevos deportistas como ella compitieran en el campeonato. Es por esto que espera este año volver a entrar en la selección Colombia para competir en las pistas de Cartagena, que será la nueva sede del mundial de patinaje.
Nagge tiene un nuevo reto a enfrentarse este año, las ligas de mayores. Al cumplir los 19 años, la joven deportista pasa a la liga de mayores femenino y el reto es aún más grande, sin embargo, sus compañeras siempre la acompañan y le motivan a seguir en la competencia y a mantener la mente clara en el objetivo. “Mis compañeras siempre me tratan de dar ánimos, que yo también soy buena, que nadie tiene una pata de más para ser mejor. Sino que es de entrenar más y de mentalizarse que uno sí puede”. Sin embargo, cuenta Nagge que “dentro de la pista no existe la amistad, es muy diferente. Cada quien va por su cuenta”.
A ella le gusta hacer compañeras en cada lugar al que va a competir y conocer nuevas personas, pero también para conocer a sus adversarios; cada ventaja que tiene para conocer la manera en la que entrenan, así como las fortalezas y debilidades al momento de competir, las aprovecha para poder vencer en la pista. Su mamá Luby Carrero, le ha enseñado a analizar a sus rivales, y conocer la pista. Cuenta Luby que antes de cada competición, habla con Nagge y le recomienda concentrarse, no perder la calma, y dejar hasta el alma en la pista.
En las competencias de patinaje sobre ruedas existen distintas modalidades, está la competencia en pista y en circuito, también llamado ruta. El circuito de pista consiste en dos rectas y dos curvas sobre las cuales los competidores tendrán que demostrar su resistencia, potencia, y velocidad para poder llegar a la meta; mientras que las de ruta consisten en una pista de pavimento en la cual los competidores probarán su resistencia en una ruta de entre los 1.000 y los 20.000 metros. Este tipo de competencias, llamadas de fondo, son las favoritas de Nagge, en las que considera que rinde mejor, y en las que más puntos puede ganar para así clasificar en la selección nacional.
Mientras hablábamos a través de una pantalla, Nagge descansaba de la segunda fecha de la competición, recibiéndome en su pijama, y sonriendo de vez en cuando, dejando ver los brackets y los hoyuelos en sus mejillas, con su característica mirada jocosa, pero no inocente, y hablando como si se tratase de un encuentro entre amigos de hace varios meses, me cuenta los retos que ha tenido que asumir al competir en las ligas mayores; pero ella no lo ve como un reto ya que desde siempre ha competido con rivales mayores que ella. Si hay algo que enseñan los deportes como el patinaje es saber levantarse de las caídas, y Nagge Carrero ha aprendido no sólo a levantarse en la pista y en las competencias, sino en la vida.
Las cicatrices en sus piernas demuestran los retos de las competencias y los sacrificios del entrenamiento, su bronceado a causa de las licras que usa para competir deja entrever su esfuerzo y el tiempo que las usa para entrenar y competir. A pesar de su dedicación y estricta disciplina en el entrenamiento Nagge posee un estilo relajado y alegre que tiene con los compañeros y con sus entrenadores. A pesar de tener el tiempo medido para entrenar y practicar para las competencias, siempre intenta disfrutar al máximo cada momento, muchas veces coloca música en el calentamiento, algunas canciones de pop en inglés o reguetón mientras pasa por las carreteras y pistas, ondeando su cabello largo y oscuro, y disfrutando de las vistas durante su viaje.
Inicios en el patinaje
Incluso a la edad de 12 años ganó una competición en la que todos sus rivales eran 3 años mayores; las dificultades no son un impedimento para ella, pero sí reconoce que su gran rival es la mente, “he pensado en retirarme varias veces” confiesa Nagge. Después de no poder competir en Barcelona su frustración fue tal que incluso pensó en colgar los patines, la mente le jugó una mala pasada y dejó de entrenar, no patinó por dos meses. Pero al ser referida a jugar para Norte de Santander en los selectivos para el año 2021, se puso sus patines, volvió a las pistas, y a entrenar para ganar y cumplir su sueño de competir en un mundial.
Nagge Carrero comenzó su vida como deportista como muchos de los jóvenes, jugando y divirtiéndose. En esa tarde de noviembre en la que hablamos cuenta que desde muy pequeña encontró unos patines en la casa, se los ponía y se lanzaba del patio a la calle. Hasta que a los siete años su tío le regaló su primer par de patines, y la llevaron a un equipo a entrenar. Desde los nueve años empezó a competir, y a pesar de no recordar la primera vez que compitió, recuerda su primera victoria. “Fue en el nacional en Barranquilla, yo era categoría transición, tenía 9 años y me gané mi primera medalla en una prueba que se llama remates, que es como que arman baterías y cada persona hace un tiempo y el mejor tiempo gana medalla. Y yo entré de primero y gané”.
El año en que ganó Nagge su primera competencia, también fue la primera victoria que tuvo la selección Colombia después de perder su racha de cinco victorias seguidas ante Corea del Sur; desde el año 2010 Colombia sigue siendo el país que se lleva la mayoría de medallas, ocupando el primer puesto por toda una década. Es decir, mientras los ojos del país miraban a la selección de fútbol regresando a la segunda fase en el mundial de Brasil en 2014, después de más de 16 años sin haber clasificado, y haber ocupado el quinto puesto, la selección nacional de patinaje ocupaba su primer lugar por cuarta vez consecutiva. Y mientras Colombia ocupaba el 9 lugar en las eliminatorias del mundial de Rusia 2018, el patinaje sobre ruedas colombiano celebraba su octava victoria consecutiva.
A pesar de haber ganado su primera competencia, Nagge no recuerda haberse sentido feliz ese día, porque veía que muchas de sus compañeras habían ganado cuatro o cinco medallas, sin embargo, su mamá la hizo sentir muy orgullosa de su victoria. Después de ese momento las victorias siguieron llegando, y las medallas se acumulaban cada vez más y más. Desde los nueve años hasta ahora, Nagge lleva una carrera deportiva de más de diez años, y va por más.
La relación con su madre
Es muy común para los deportistas caer en comparaciones con sus rivales, y si bien Nagge no les presta atención a los comentarios de desconocidos, siempre ha sido doloroso recibir críticas por parte de sus amigos cercanos o familiares, entre estas tensiones está su relación con su mamá:
- ¿Sientes que a veces te comparas con tus rivales y te criticas mucho?
- Sí, también la que siempre me ha llenado de mucha presión y de compararme es mi mamá, entonces siempre ha sido mi problemita ahí con ella.
- ¿Y quienes han sido esas personas que te ayudan a salir de ese estado?
- Pues a la vez también es mi mamá, la que me ha estado apoyando, la que me ayuda con las proteínas, siempre es la que está ahí para el proceso, porque fue la que me formó para ser selección Colombia.
Esta relación con su madre, de tensión, pero a final de cuentas de apoyo y amor incondicional es la que le da la oportunidad de dar todo de sí en la pista, y en la vida. Aunque viaje sola desde que pasó a categoría prejuvenil a los 13 años, y lo prefiera así para evitar distracciones con su familia, siempre regresa feliz a su hogar, y a sus rutinas de entrenamiento, que la han acompañado y fortalecido para dar lo mejor de sí en las competencias.
Luby Carrero comparte y celebra los sueños de su hija, para ella la victoria que le aseguró el puesto en la selección Colombia a Nagge fue un momento de felicidad y gozo absoluto. Me cuenta ese día como si hubiera pasado ayer, recordando el 4 de mayo de 2019 con una sonrisa que muy probablemente no era ni la mitad que tuvo ese día. “Creo que ha sido la mejor felicidad y el mejor regalo que Dios me ha dado a parte de mi hija. Nunca había llorado de tanta felicidad” cuenta orgullosamente, mientras advierte que para Nagge el esfuerzo tiene que ser mucho mayor, por lo que la exigencia a entrenar será más estricta. “Debe hacer bicicleta todos los días, tiene que exigirse en el kilometraje, en el gimnasio y en el patinaje. no se puede descansar, porque los rivales no lo hacen” cuenta la mamá.
Un día normal de entrenamiento
Un día normal de entrenamiento para Nagge es de siete horas, comienza a las cinco en punto de la mañana a entrenar en bicicleta, así cuatro horas hasta entrar a clases de enfermería a las diez. Pero ahí no acaba su rutina, de dos a cuatro de la tarde pasa a gimnasio, y concluye con una última rutina en la noche de seis a ocho y media de la noche. Sin embargo, el ejercicio no es nada sin un cuidado adecuado; para esto Nagge descansa correctamente, y tiene una estricta dieta para mantener adecuado el cuerpo atlético de un deportista. Luego de acabar su rutina, descansa, ve películas, y duerme para estar lista a las cinco de la mañana siguiente a continuar su entrenamiento, siempre puntual, y con motivación por alcanzar su sueño.
A la joven competidora le gusta proponerse metas, pero prefiere mantener la mente en el presente y alcanzar los logros paso por paso. Primero su gran objetivo era quedar entre las cuatro clasificadas a la selección Colombia, lo que logró en el año 2019. Ahora, y después de no poder competir en Barcelona, su gran reto es nuevamente entrar a la selección y competir en el mundial que se disputará en Cartagena, para ganarse una medalla para su país; tal como lo hizo Daniela Lindarte, la primera mujer de Norte de Santander en ser selección Colombia y campeona mundial. Nagge cuenta que ella fue su gran inspiración para entrar a la selección y que incluso recibió su apoyo y sus ánimos antes de correr en el selectivo: “Ella me decía que yo iba a entrar, me dio su licra de selección Colombia un año antes de yo entrar para tener esa suerte, y lo logré”.
Con los pies en la tierra
A pesar de tener ese gran modelo a seguir y fuente de inspiración como la campeona Daniela Lindarte, Nagge también mantiene los pies sobre la tierra, y mira a sus propias compañeras para aprender de ellas, y lograr ser una gran competidora, como seguramente lo será. Las compañeras que da el deporte también crean muchas amistades; el carisma de Nagge y su manera de relacionarse le ha permitido conocer personas de muchos lugares del país y del mundo, con quienes todavía tiene contacto. En España también intercambió licras con jugadoras de países como Francia, Italia y Corea del Sur y en Bogotá durante la segunda fecha de la clasificatoria recibió hospedaje en la casa de Lina Rojas, otra de las patinadoras que compite por un puesto en la selección.
Además de quienes la motivan y exigen a ser mejor, personas como su entrenador Gerson Zapata, quien a la vez es su padrino de confirmación, la han formado desde que empezó a montar sus primeros patines. Junto a él como profesor ha conseguido muchas victorias y viajado por todo el país; la joven afirma que lleva entrenando por casi 12 años, y la confianza generada y comodidad ha creado una relación paternal que hace su preparación por el podio más amena. Al igual que Gerson, otro de sus entrenadores Jonathan Calderón, cuenta que trabajar con Nagge es muy gratificante, “es una deportista que es muy disciplinada y entregada a su deporte” afirma el entrenador, quien al igual que Gerson, Luby y todas las personas que la apoyan, sueñan con verla competir en el mundial.
Si bien las alegrías, los triunfos, y el reconocimiento a nivel internacional que ha dejado el deporte del patinaje colombiano son grandes, cuenta Nagge que muchas veces es poco apoyado y reconocido, esto se debe en parte a que no hace parte de una disciplina que se compita en los Juegos Olímpicos y que muchas veces tiene poco apoyo por parte del gobierno nacional. Cuenta Nagge que, durante sus más de diez años como deportista no ha recibido ningún pago por parte del gobierno, solamente recibió un reconocimiento monetario por parte de Arnulfo Sánchez, director del Instituto Municipal para la Recreación y el Deporte (IMRD) y la alcaldía de Cúcuta, por ser la única santandereana en clasificar en la selección Colombia. “Siendo selección no te pagan, solo te pagan por ganar una medalla en el mundial y listo, chao”. Su mamá también reconoce el sacrificio que ha sido sacar adelante el deporte de su hija, pero cuenta que nunca ha dejado de apoyarlo al máximo.
A pesar de la falta de ayuda gubernamental
Estando, así las cosas, cuenta Nagge que la inversión propia para avanzar en el deporte, e incluso luego de ganar medallas de oro e ir a competencias internacionales, no recibe ningún pago aparte de los vuelos y los viáticos de estadía. “Lo único que da el gobierno es por ganar medallas de oro en campeonatos mundiales, y no en los nacionales” cuenta la joven; además añade que por ganar medalla de oro a los deportistas le pagan 40 millones, mientras que una de plata ronda entre los 20 millones y una de bronce aproximadamente diez millones. Luby cuenta que “por el hecho de ser selección Colombia y de ir a otro país a representarnos, deberían de tener una ayuda económica, pero desafortunadamente no”.
A pesar de la falta de ayuda por parte del gobierno, el reconocimiento y apoyo que ha tenido por parte de la ciudad y del departamento ha sido de mucha alegría para Nagge, “antes de irme a España me organizaron una ceremonia con una torta, me felicitaron me dieron peluches, globos, carteleras y me querían hacer varias entrevistas” recuerda la joven, además cuenta que la mejor satisfacción y reconocimiento es cuando los niños y futuros deportistas de su equipo, Estrellas en Línea, se le acercan a tomarse fotos, pedir autógrafos, y regalarle manillas.
Nagge siempre los recibe con su característica alegría, y les da consejos para poder algún día, competir codo a codo en la pista, y representar a sus departamentos y a todo el país en este deporte que es uno de los pocos en los que podemos afirmar orgullosamente ser potencia, y Nagge hace parte de esa generación de futuros deportistas con hambre por el oro.