El Museo del Chocolate, donde se le rinde tributo a este milenario manjar

Viernes, 04 Mayo 2018 09:47
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Ubicado en la plaza central de Villa de Leyva, uno de los principales destinos turísticos para los bogotanos, el ahora exitoso museo comenzó como una humilde tienda de golosinas en el 2013.

La olla. Foto: Sebastián López Bello||| La olla. Foto: Sebastián López Bello||| |||
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El municipio de Villa de Leyva es un lugar histórico en Colombia, cuya arquitectura colonial lo convierte en un atractivo turístico para el mundo entero. No obstante, no todos sus atractivos vienen de la época colonial. En la esquina de la plaza central, en sentido norte de la iglesia Nuestra Señora del Rosario, existe un museo dedicado a la historia, adoración y preparación del chocolate.

El Museo del Chocolate fue fundado el 7 de septiembre del 2013 a manos de una pareja, compuesta por un bogotano y una villaleyvana amantes del chocolate. A través de los años, el museo fue adquiriendo popularidad hasta el punto de posicionarse en el quinto puesto de destinos turísticos en Boyacá, según el portal Trip Advisor. Según Alberto Caicedo (quien aparece el el video), al momento de crear el museo, los fundadores quisieron rendirle tributo a todas las culturas y sociedades que fomentaron el uso del cacao, así como las tribus indígenas que adoraban el fruto y lo consideraban sagrado. Por esta razón, sus instalaciones cuentan con muebles y decoración europea, y artefactos, entre ellos indígenas, con los que se molía y preparaba el cacao.

Tiene diferentes elementos que hacen parte de su identidad como museo, entre ellos pancartas y pósters de películas referentes al chocolate como Chocolat, Charlie y la Fábrica de los Chocolates, aunque su aspecto se asemeja más al de un restaurante. Sin embargo, sus platillos no se quedan atrás ante la decoración. Filetes, postres, bebidas calientes, inclusive hasta cervezas de chocolate sobresalen entre la cantidad de platillos que tiene por ofrecer el Museo de Chocolate. Entre todos ellos, hay una bebida que predominaba entre todas. En el menú se le denomina como “Chocolate caliente de receta super super requete secreta”.

Quizás sea poco profesional de mi parte escribir esto, pero aquella taza de chocolate fue la mejor que he probado ¿Por qué? Muy simple: El olor que desprendía por su temperatura era suavemente dulce y lechoso, con una leve pizca chocolatosa que lo caracterizaba. Su sabor raramente no se asemejaba a su olor, debido a que este era muchísimo más dulce de lo que supuse en un principio, pero mantenía esa tonalidad suave como si se tomara tinto después de agregarle crema y azúcar. Su consistencia era semi espesa y burbujeante, no era empalagoso y tenía un toque amargo que armonizaba sus segundos finales de degustación.

¿De dónde salió el cacao?

El cacao viene originalmente del Amazonas y posteriormente se extendió a diferentes partes del mundo como México, donde se le otorgó un valor espiritual y sagrado por sus características tanto físicas como químicas. El cacao, por ejemplo, se utiliza para la producción de endorfinas y la estimulación de serotoninas.

El cacao que trabajan en el Museo del Chocolate viene del occidente de Boyacá, específicamente de los municipios de Muzo, Pauna y Otanche, en límites con Santander. La humedad de los terrenos boyacenses, combinado con las olas de calor de Santander, hace que el cacao crezca en óptimas condiciones para obtener su particular sabor. A propósito, el Museo planea hacer cultivos de cacao en las afueras de Villa de Leyva, para determinar su calidad y futura comercialización en Boyacá.

Finalmente, las instalaciones cuentan con un jardín trasero, donde tenían un réplica gigante a una olla de chocolate con su molinillo. Allí, hay una basta colección de flores y matas aromatizantes colocadas para recibir toda la luz del sol. Por el momento, el Museo del Chocolate sigue en expanción. La joven promesa turística planea tener un proyecto de expansión a largo plazo, en el que separarían el museo del restaurante y, posteriormente, mudarían “el taller de los umpalumpas” al museo, que en palabras más técnicas significa su planta de producción, con el objetivo de mostrarle, a todo aquel que los visite, cómo se produce y se produjo en otros tiempos el chocolate.