En la noche del pasado 20 de febrero, un saqueo masivo tuvo lugar en las instalaciones del supermercado Merkandrea, ubicado en el barrio de Santa Librada, localidad de Usme, en el sur de Bogotá. Parte de la comunidad arrasó, durante varias horas, con la mercancía del lugar.
Todo estaba fuera de control. Mientras la gente corría con un sinnúmero de productos bajo el brazo, cientos de vecinos del sector, espectadores del evento, maquinaban hipótesis que dieran cuenta del desorden. Incluso, hubo algunos, que sin ningún sustento, sugirieron que “la familia Mora había ordenado el saqueo para que las cosas le quedaran al pueblo”.
Desde la noche del pasado lunes se han presentado múltiples saqueos en los supermercados Supercundi y Merkandrea, en los que los hermanos Mora Urrea son socios. Según la Fiscalía, estos personajes, actualmente capturados, serían presuntos testaferros de excombatientes de las Farc. El porqué del origen de estos desmanes es aún incierto.
El supermercado de Santa Librada estaba rodeado por una gran multitud que, expectante, grabó con sus celulares cómo sus vecinos se llevaban desde carros del supermercado repletos de todo tipo de productos, hasta peluches gigantes y electrodomésticos. Sorprendidos, hubo muchos que se preocuparon por la imagen del sector. “Nos boletearon más el barrio”, dijo alguno de ellos. A otros se les notaba la intranquilidad que les producía pensar que las puertas del Merkandrea jamás se abrirían de nuevo, puesto que se había caracterizado de manejar precios muy accesibles.
El caos se incrementó en el momento en el que rompieron la reja de la entrada principal. Con piedras y palos, los infractores ingresaron al local y, pocos segundos después, comenzaron a sacar alimentos y objetos de valor, no solo de Merkandrea, sino también de un pequeño local que vende productos chinos llamado Hiper Asia, que funcion en el sótano del las instalaciones.
Inicialmente, un hombre sacó, sosteniendo una en cada brazo, dos de las máquinas registradoras. Muchas personas que lo vieron se alentaron a entrar para ver qué podían encontrar. Los objetos que extrajeron con mayor frecuencia del almacén fueron carros de mercado, bicicletas, tarros de aceite, pacas de cerveza y bolsas de arroz y de azúcar.
También llamó la atención la considerable presencia de jóvenes y niños en la zona. Algunos participando del saqueo, otros estaban como espectadores. Se escuchaban muchas madres preocupadas por el paradero de sus hijos. Un menor que corría tras hurtar algunos alimentos, tras tropezar, fue aconsejado de correr de la presencia de la Policía por las personas que lo rodeaban.
La Policía y el Esmad ya habían llegado. Varios uniformados, con la ayuda de un helicóptero, trataron de contener a la multitud, con la que intercambiaron piedras por gases lacrimógenos, hasta que, paulatinamente, el gentío se dispersó.