Por su gran éxito, la exposición Shoá: memoria y legado del holocausto, que se presenta en el Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBO), se extenderá hasta el próximo 30 de marzo.
Shoá: memoria y legado del holocausto muestra por medio de trabajos multimedia y fotografías, el sufrimiento judío. Según Vanesa Cárdenas, monitora del MAMBO, la exposición trata de mostrar no sólo la parte histórica para que las personas recuerden lo que sucedió, sino que busca generar una reflexión, concientización y educación para los niños, mostrándoles que la problemática podría volver a repetirse.
La muestra se divide en tres partes: la primera, ¿De qué somos capaces los seres humanos?, en la cual se contextualiza sobre los hechos del holocausto. Luego, La historia, donde se exponen los principales hechos de la Segunda Guerra Mundial. Y finalmente, El legado, la parte reflexiva del recorrido que, con los “carteles de coexistencia”, promueve la tolerancia por el otro. Los videos, las fotografías y los audios muestran detalladamente el sufrimiento de los judíos, en especial el de los niños, a quienes los visitantes pueden hacer homenaje escribiendo mensajes y dejando piedras, así como lo hacen los judíos en las lápidas de los infantes, en un muro que representa las tumbas de las víctimas.
Es por este carácter reflexivo que colegios y universidades han fomentado la visita de alumnos a la exposición. “Lo que más me impactó fue saber que los alemanes tenían una máquina ‘antijudíos’. Es muy injusto porque la gente no debe ser maltratada”, afirma Juan Sebastián Mina de diez años, uno de los niños que asistió a la exhibición.
A pesar de que la presentación tiene fuerte contenido audiovisual que genera gran impacto, es bien vista por los padres de familia, quienes piensan que es una buena forma de aprendizaje y reflexión para sus hijos. “La exposición resulta interesante, ya que complementa lo que sabía sobre los nazis, pero no pensé que fueran tan crueles”, afirma Rubén Mina, padre de Juan Sebastián. Así mismo Julia Quiñones, una de las madres asistentes, considera que: “no es fuerte lo que se ve, es la realidad. Dependiendo de cómo enfoquen esta información en el colegio puede servirle a mi hijo para que conozca la historia”.
Además, la presentación da espacio a una reflexión adicional y paralela para ver el problema desde el caso colombiano. Lorena Laverde, estudiante de grado once, opina que “las cosas no han cambiado, en Colombia hay racismo. Hoy en día a la gente de color o a los homosexuales, el rechazo se les demuestra insultándolos y aislándolos. Hay que crear conciencia de que todos somos humanos”.
La exposición dirigida por Samuel Dresel, Patricia Catz y Uri Lichtenstein, hijos de sobrevivientes del holocausto, y la cual cuenta con el apoyo de la Fundación Zajor, la Fundación Oficina de Relaciones Humanas de las comunidades judías en Colombia y la Fundación Aviatur, se prolongará cinco semanas más debido al interés que adultos, jóvenes y niños demostraron asistiendo masivamente a la muestra.
