El Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá inició formalmente el sábado 24 de marzo con su desfile de comparsas, el cual estuvo antecedido por 30 chamanes y líderes de varias etnias y culturas. A pesar de los rituales que estos realizaron para mantener el tiempo seco, la lluvia se hizo presente en varios momentos durante el desfile que transcurrió entre la Universidad Jorge Tadeo Lozano y la Plaza de Bolívar, donde concluyó la ceremonia de apertura del festival con un concierto y homenaje a Lucho Bermúdez de parte de la Casablanca Big Band y Totó La Momposina.
Unos minutos antes de las 3:00 pm, hora oficial de inicio del desfile, se desencadenó un fuerte aguacero en el centro capitalino; la aparición de los chamanes en medio de aplausos con sus ritos y danzas tradicionales estuvo acompañada, y para muchos creyentes fue la causa, del fin del chubasco. Incluso, en algún momento asomó el sol, lo cual fue considerado por algunos asistentes como consecuencia de los rezos de los chamanes. A pesar de esto, la inclemencia del clima se volvió a sentir durante el transcurso del desfile; llovió con intensidad aunque intermitentemente, sobre los más de 2000 artistas de unas 30 comparsas y las 25000 personas, que apreciaron representaciones de los principales carnavales y festividades del país, a los costados de la Carrera Séptima.
Esta celebración sirvió como el inicio formal del XIII Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, evento bienal que inició bajo la dirección de Fanny Mikey en 1988. En este año, en el cual la temática elegida fue “el festival de las mil caras”, unas 105 obras se presentaran desde el 23 de marzo y hasta el 8 de abril. Las compañías de 14 naciones a lo largo del mundo y de todos los rincones de Colombia, donde se destaca como país invitado Rumania, se presentan en más de 60 escenarios repartidos por todo Bogotá, entre salas formales, espacios destinados al teatro callejero y la Ciudad Teatro de Corferias.
La presencia de los chamanes y la discusión sobre si sus ceremonias son efectivas o no, llega en un momento donde todavía está fresca la polémica por el contrato que el IDRD firmó con Jorge Elías González para un ritual similar el año pasado. En ese caso, se le pagaron unos $4 millones de pesos a González, con el fin de impedir que la lluvia apareciera durante la ceremonia de clausura del Mundial de Fútbol Sub-20 2011, realizada en Bogotá. Esta ceremonia fue diseñada por Ana Martha de Pizarro, directora del Festival Iberoamericano de Teatro, quien en ese momento reconoció que se acostumbra que los eventos al aire libre del Festival tengan la presencia de esta clase de chamanes. En efecto, González hizo parte de la marcha en el desfile de inauguración.
Entre los asistentes hubo opiniones divididas sobre su uso y efectividad. “Lo de los chamanes fue medio raro”, dijo Watson, miembro de una comparsa representativa del Carnaval de Barranquilla. “Es decir, yo no creo en eso, y pues se vio que no fueron tan efectivos como dicen”, afirmó. Para otros asistentes, por otro lado, la situación fue diferente. “Pues es algo bueno que también presenten sus actos culturales”, opinó Rodolfo, uno de los asistentes en los bordes de la Carrera Séptima. “Y uno dice que eso no sirve de nada, pero aparecieron a las 3 y dejó de llover, ¿no?”, aseguró.