Un viaje al universo del curador de arte

Miércoles, 22 Noviembre 2017 13:44
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No detenerse parece ser el lema de un hombre que impulsó el término de curador de arte en Colombia. Con 78 años Eduardo Serrano, lidera la escena artística nacional.

El curador de arte Eduardo Serrano||| El curador de arte Eduardo Serrano||| Colección fotográfica de Enrique serrano|||
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Aunque nació en Zapatoca (Santander) sus primeros recuerdos se derivan de la brisa barranquillera, la ciudad donde creció. De su mamá heredó el gusto por la lectura. Entre sus afanes de adolescente estaba frecuentar el bar La Cueva solo para ir a escuchar a Alejandro Obregón, Cecilia Porras y Gabriel García Márquez. Quiso ser escritor, sus primeros cuentos fueron ilustrados por Enrique Grau y editados por Álvaro Cepeda Samudio para el Diario El Caribe.

En uno de sus arrebatos convenció a su papá para que lo mandara a estudiar literatura en Estados Unidos pero el Museo de Arte Moderno New York (Estados Unidos) le resultó más atractivo que su deseo inicial. En uno de sus pasillos conoció a Andy Warhol, artista plástico e impulsor del movimiento Pop Art. Desde ese momento Eduardo Serrano se percató que lo suyo era el arte. A su regreso a Colombia, unos amigos lo invitaron a trabajar como curador de arte en la Galería Berlaca. 

Por más de 25 años dirigió con ardua pasión el Museo de Arte Moderno Bogotá. Creó el Salón Atenas, el primer concurso que impulsó el desarrollo del arte moderno en Colombia. Coordinó por 4 años el programa televisivo El Taller del Artista, por su lente pasaron alrededor de 80 aristas. Fue director de Asuntos Exteriores del Ministerio de Cultura, cargo que le sirvió para dar a conocer las manifestaciones de la cultura colombiana. Fue pionero en el estudio de la fotografía en Colombia. Además, ejerció como crítico de arte para la Revista Semana.

Eduardo cuenta con 20 libros sobre arte. Vive refugiado en una extensa biblioteca que conjuga con su colección privada que va desde los matices del artista Alejandro Obregón pasando por la geometría pletórica de su gran amigo Manolo y finalizando en las esculturas oníricas de Nadín Ospina, uno de los discípulos del Salón Atenas. Serrano "mama-gallo" como buen caribeño de adopción, pero sobre todo ama lo que hace. Desde el año 2000 viaja por toda Colombia en busca de las señas de un pasado primitivo y los rasgos de un legado popular, en compañía de los integrantes del Salón BAT de arte popular. Sus diminutos ojos enardecidos por el embate del tiempo saltan cuando contempla una obra arte, una escultura, un performance.

Desde su experiencia ¿Puede afirmar que hay algo de espiritual en el arte?

Desde luego en el arte hay algo de espiritual. El artista a través de su lienzo o creación nos habla de sus sentimientos, tal vez nos sumerge en su problemática, nos perturba hasta el punto de volver a contemplar una y otra vez las piezas. Es un mensaje que retumbara en nuestra vida. De igual modo, Kandinsky, pintor ruso, se refiere a lo espiritualidad del arte como: una obra de arte es hija de un contexto histórico determinado, pero también su proceso de emulación proviene de un estilo propio, esto va relacionado con la expresión misma del arte.

¿Considera usted que el arte es un medio de transformación social?   

El arte es un medio de transformación social siempre lo ha sido. Desde la pre-historia el arte nació como un método para que el hombre se relacionara con la naturaleza y con la vida misma. El arte ha logrado soportar las cargas de la humanidad y ha sido testigo directo de los malestares sociales; las guerras, la violencia, la contaminación ambiental, los desastres naturales pero el arte no solo queda, hay también ha logrado incidir en políticas nacionales y en decisiones de Estado.

¿Y en el caso colombiano?

El arte ha jugado un papel primordial desde los inicios de la Colombia pre-hispánica, la formación de la nación hasta nuestros días. Es primordial que el proceso artístico reúna las escenas de la violencia y la confrontación política. Hace 40 años Alejandro Obregón, artista plástico, plasmó por primera vez la agudeza de la violencia, su cromatología nos indican un sinfín de problemáticas que provienen del conflicto por la tierra, por el enfrentamiento armado, por las tensiones entre grupos insurgentes y campesinos. Sin embargo, el arte de hoy además de perturbar y suscitar sentimientos también debe emular acciones contundentes que ayuden a resarcir las problemáticas sociales 

¿Todo arte debería ser popular?

Siempre lo he dicho. Ninguna autoridad ni aquí ni en la Conchinchina me puede decir. Qué es arte o que no es arte. El arte popular lo hace el pueblo, por lo tanto, es espontáneo. Cada comunidad tiene una forma de comer, expresar y sentir diferente y es ahí donde nacen las manifestaciones culturales. Ahora, el arte popular debe ser reivindicado en la medida que se omitan todas las condiciones peyorativas desde el cual es visto por todas las elites entronizadas en la academia, sino que todo arte debería ser popular.

¿Todo hombre es un artista?

Cada quien tiene algo que decir desde el gerente hasta el barrendero, desde el pintor hasta el galerista. Expresarse es una condición humana que ha sido opacada por las mismas concepciones ideológicas y en parte por una globalización apresurada. Si nos expresamos a través del arte seria primordial para fortalecer nuestra relación con la vida, la naturaleza y los sentimientos. 

¿Cómo ve la movida del arte en Colombia?

Las instituciones que deben apoyar el arte y a los artistas lo deslegitiman con bajos presupuestos. Algunos artistas se han quedado sumergidos en la violencia y la guerra, otros empezaron a ser esa costosa transición, otros exploran nuevos mundos. Por otro lado, ya no hay crítica de arte sino post-critica debido a que los críticos no hacen más que elogiar a los artistas, se trata de una cadena de favores. De igual modo, los museos se han estancado tal vez por la falta de recursos lo cual impide una renovación integral. Algo que rescatar son la proliferación de ferias de arte; hay piezas, hay artistas y hay mercado. 

Defina los siguientes nombres e instituciones:

Alberto Sierra: Compañero de mil batallas algunas de frente y otras al lado de él. 

Ana Mercedes Hoyos: Una mujer extraordinaria. Era lapidaria tanto así que Bernardo Salcedo la bautizo "tira piedra". La artista que introdujó a la población negra en la historia del arte en Colombia

Manolo Vellojín: ¡Lolo! Fue un gran amigo. Lástima que su obra fue renegada al olvido.

Martha Traba: Rigurosa a veces irreverente.

Beatriz González: Alguna vez la clasifique como una artista Art-Pop, pero ella insistió que no. Hoy se auto designa Art-Pop. Así empezaron nuestros tropiezos.  

Salón Atenas: El primer concurso de arte con curaduría.

El Taller del Artista: Un espacio de aprendizaje.

MamBo: Un lugar que se escudriño en mi corazón.