En el pasado mes de septiembre, los resultados del índice de precios al consumidor (IPC), realizado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), dejó claro que la tendencia en los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas siguen en aumento.  Con una variación en lo que va del año del 21,19% afectando a la gran mayoría de restaurantes, en especial restaurantes básicos donde la demanda no es tan alta como en establecimientos culinarios de lujo, como lo indicó Carlos Sepúlveda, ex-subdirector del DANE y actual decano de la facultad de economía en entrevista para Plaza Capital.

La variación de precios en los restaurantes y los hoteles en lo recorrido de 2022 se ubican en 10,66%, preocupante para los establecimientos de corrientazo. Según Sinnetic, empresa enfocada en la investigación de mercados, en el estudio llamado ‘Pulso del Consumidor’ en 2021 la compra de almuerzos en la calle ha disminuido, pasando de 45% a 60%.   Cifras que son difíciles para este tipo de locales, que se han visto afectados por la falta de demanda y el alza de los precios de arroz, carne, huevo, entre otros, con lo indico el administrador del Le Huit, restaurante ubicado en el sector de la 85 en la capital del país.

Plaza Capital consultó a varios restaurantes dedicados al almuerzo corriente por los sectores del centro, la 85, y Chapinero en la cuidad de Bogotá, en los cual en su gran mayoría indicaron que para este año han tenido que aumentar sus precios en más de dos o tres ocasiones.

Por otro, en establecimientos que abrieron hace menos de tres meses han sostenido su precio base ya que la demanda en estos establecimientos es posiblemente mayor a otros permitiendo que se puedan sostener; y por último restaurantes que en menor medida han rebajado sus precios para que las personas regresen a comprar sus menús.

En relación a esto también se recurrió a consultar si realmente es justificable que en la gran mayoría de restaurantes se haya tenido que subir en varias ocasiones los menús teniendo en  cuenta el boletín de precios que entrega la plaza de mercado Corabastos y el frigorífico Guadalupe se pudo demostrar que productos como el aceite de un litro aumentaron su precio que en enero en $7.667 y ahora está en $9.917 mil pesos, el panal de huevos A en $11.400 y hoy se encuentra a $12.600, entre otros muchos productos como verduras, frutas, entre otros. Pero sin lugar a dudas el principal aumento se ubica en productos de carnicería y sus derivados donde su aumento se ha presentado en un 17,33% siendo este el principal producto correspondiente al sector alimentario que más ha subido en lo recorrido del año.

De acuerdo con Sepúlveda, no es positivo para la economía el aumento de precios en el almuerzo que consume gran parte de la población bogotana. Ya que, demuestra que no hay una regulación de mercado generando así, que los más afectados ante esta situación sean principalmente los restaurantes básicos que sufren tanto por el alza en los precios de la comida, y que los usuarios cada vez van menos a sus locales.

De la misma manera el decano explica que esta problemática se da por la crisis económica mundial actual donde existen cuatro factores clave que afectan de manera indirecta a este tipo de comercios como el mercado del corrientazo, el primero es que el mundo ha tenido una reactivación económica lenta, a su vez, la zona de Asia sigue siendo limitada por medidas de confinamiento, especialmente China; la guerra entre Ucrania y Rusia, la cual ha limitado el mercado alimentario aumentado sus precios en una gran medida; y a esto se le adiciona el aumento del dólar que complica la compra de producto extranjero ya que aumenta sus precios, evidenciando que la devaluación de peso colombiano limita mucho la adquisición de productos alimentarios de afuera.