Carlos estaba en su finca en el Casanare. Un sujeto extraño irrumpió en la entrada de su vivienda, estaba ofreciendo sus productos: animales silvestres y exóticos. Llevaba dos jaulas metálicas de tamaño mediano, a Carlos le llamó la atención. Le dijo que las destapara para ver que se encontraba en el interior. Había cuatro babillas: dos hembras y dos machos, de cinco meses aproximadamente, tenían el hocico con cinta plateada para evitar que mordieran. El valor de cada uno era de 300.000 pesos. Carlos siempre ha tenido gusto por poseer animales y empezó a negociar. Compró una pareja en 500.000.
Colombia es uno de los países con mayor tráfico de especies silvestres. Posee una gran diversidad de fauna exótica, única de su territorio. Durante la Semana Santa se espera que esta práctica ilegal aumente en un 30 %, una tendencia similar a la de años anteriores. En estas fechas, las personas suelen sustituir el consumo de carnes rojas por el de carne blanca. Las especies más afectadas por este tráfico ilegal son los reptiles, mamíferos, anfibios y aves.
La compra de estos animales se lleva a cabo por diversas razones. En el caso de los mamíferos, aves y anfibios, es común su domesticación. Por otro lado, los reptiles suelen ser adquiridos tanto por el consumo de su carne y huevos como por el uso de su piel en la confección de prendas de vestir o elementos decorativos.
En el ordenamiento colombiano se encuentra la Ley 2111 de 2021 de Delitos Ambientales que sanciona la deforestación, el tráfico animal, entre otros fenómenos criminales que afectan el ambiente. Menciona que la persona que trafique especies silvestres incurrirá en una pena de cinco a once años de prisión y multas monetarias que van desde 300 a 40.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes.
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Estos animales son comercializados y transportados ilegalmente de diferentes formas: en envases plásticos, jaulas para perros, canecas industriales, tubos de pvc, cajas de cartón, madera e icopor; envueltos y amarrados en cinta. En el caso de las aves, sus alas son cortadas para que no puedan volar y escapar. “De cada diez animales que son introducidos en el comercio de especies exóticas, solo dos o tres llegan con vida. El resto se muere porque los procesos de tráfico son horribles”, expresó Felipe Ramírez, miembro de Verdes Animalistas, una comisión del partido Alianza Verde creada para trabajar a favor de la protección animal en todo el territorio nacional.
El tráfico de vida silvestre mueve una economía ilegal de más de 20 millones de dólares anuales, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Afecta a cinco de los diez países americanos con mayor diversidad en el planeta: Colombia, Ecuador, México, Brasil y Perú. Más de 6.000 millones de animales silvestres se comercializan anualmente a nivel mundial. Los animales tienen diversos valores en el mercado negro, sus precios van desde los 50.000 pesos a los ocho millones de pesos. Depende de su especie y que tan exóticos sean.
En la Semana Santa de 2023, la Policía Ambiental y Ecológica, la Secretaría de Ambiente y la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) realizaron varios operativos. En los que se incautaron 41 animales silvestres entre aves, tortugas y cangrejos. También, se realizó el decomiso de 9.500 gramos de carne que correspondían a especies como chigüiros, tortugas hicoteas, aves y conejos. Las confiscaciones se realizaron en las terminales de transporte áreas y terrestres, con el fin de disminuir y sancionar la movilización, tenencia y comercialización de vida silvestre.
“Las autoridades están encargadas de incautar estos animales, aunque no es la palabra, no debería tratárselos como objetos, es necesario poder hacer procesos de restauración y devolverlos a sus hábitats. Aunque, a veces es muy difícil regresar a su hábitat natural a estos animales que han sido sacados a la fuerza”, afirmó Ramírez.
Las tortugas hicoteas son la especie más traficadas y decomisadas en Colombia, seguidas de las iguanas. De acuerdo con la estrategia nacional de tráfico de especies entre 2005 y 2009 se incautaron 58.853 en todo el territorio nacional. Particularmente, en Córdoba el consumo de hicotea durante la Semana Santa es una tradición que hace parte de su patrimonio como comunidad. Alrededor de 6000 tortugas son decomisadas cada año, según investigaciones arqueológicas de Elizabeth Ramos, profesora de la Universidad de los Andes.
La Secretaría de Ambiente promueve la campaña #LibresYEnCasa que busca concientizar a las personas para que protejan todas las formas de vida. El consumo de carne y huevos de estos animales es ilegal y afecta en gran medida el futuro de estas especies.
En la víspera de Semana Santa, Susana Muhammad, ministra de Ambiente, junto con Olga Salazar, directora General de la Dijín, presentaron el plan Integral para la vida, dirigido a combatir el tráfico y la comercialización de especies. Este plan abarca medidas integrales para combatir el tráfico de flora y fauna. Estas dos iniciativas buscan generar conciencia entre las personas para respetar la vida silvestre.
Campaña #Libresyencasa para concientizar a las personas a proteger todas las formas de vida.
Foto: Secretaría de Ambiente.
No en todos los casos la tenencia de estos animales es ilegal
No en todas las ocasiones tener animales silvestres es ilegal; se pueden encontrar excepciones. Algunas personas poseen ciertos permisos que les confieren tener especies silvestres legalmente en sus hogares. Se otorgan bajo criterios y reglas que los dueños de estas especies deben cumplir. Un ejemplo es Yaneth Vega, quien ha dedicado su vida al campo. Posee una finca donde siembra y cultiva diversos tipos de vegetales y frutas que vende para solventar sus gastos y los de sus hijos. Gracias a la extensión de su terreno, también ha adoptado varios animales silvestres con el tiempo. La mayoría llegaron a su casa porque otras personas los llevaron por el mal estado en que se encontraban. Conocen el buen trato que ella les brinda y que los puede tener de forma legal.
Yaneth tiene un permiso especial para la posesión de animales silvestres otorgado por la Corporación Autónoma Regional de la Orinoquia (Corporinoquia). Esta entidad es la máxima autoridad ambiental dentro de su jurisdicción que abarca cinco departamentos. En el que se encuentra Casanare, donde vive Yaneth.
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Este tipo de autorizaciones solo le permite tener animales silvestres en su vivienda, pero bajo condiciones y requisitos específicos: solo puede tener animales que tengan limitaciones especiales, ya sea por accidentes, deformidades o porque no pueden ser reintegrados a su hábitat natural por diversas razones. A su vez, deben estar en condiciones idóneas y sanas. No pueden estar enjaulados y no deben recibir ningún tipo de maltrato o acciones que atenten en contra de su bienestar.
“Corporinoquia me hace visitas sorpresas para determinar si los animales se encuentran en buenas condiciones. Yo los tengo en la finca y los quiero mucho, de alguna forma les di una oportunidad. Llegaron maltratados, algunos sin extremidades y muy delgados. Acá están bien y más que mascotas son parte de la familia” Mencionó Yaneth, que actualmente tiene todo tipo de aves: águilas, tucanes y loros; dos tortugas morrocoy y un chigüiro. También, ha cuidado algunos venados, osos hormigueros y armadillos, animales comunes en esta región.
Consecuencias legales
Carlos adecúo su finca para la pareja de babillas que adquirió. Colocó un lago artificial para que pudieran adaptarse a su nuevo hábitat. Aunque no las enjaulo, las mantuvo aisladas para que no pudieran escapar y que nadie se les acercara. Las alimenta regularmente con carne y pollo. Carlos argumentó que están bien cuidadas porque se encuentran en un área extensa, en donde se cumplen con todas sus necesidades. Sin embargo, como lo explica Juan Diego Valdés, abogado experto en derecho animal y sociedad, cuando una persona tiene un animal exótico “es porque lo ha adquirido mediante una transacción comercial. Entonces, ahí incurre en un delito por adquirir un espécimen de fauna silvestre”.
El delito de tráfico de fauna castiga las conductas de traficar, adquirir, exportar o comercializar especímenes, productos o partes de fauna acuática silvestres. Está tipificado en el artículo 328A del Código Penal que complementa la Ley 2111 de 2021. Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible los departamentos en los que más se presenta este crimen son: Quindío, Córdoba y Sucre.
Tener animales silvestres en calidad de mascotas es un hecho que está contemplado en la Ley 1801 de 2016, para hacerla efectiva las autoridades ambientales evalúan decomisar a los animales. Las personas se podrían enfrentar a sanciones estipuladas en la Ley 1333 de 2009. Sin embargo, en situaciones excepcionales, la autoridad podrá evaluar si el decomiso causaría un prejuicio mayor a los animales. En ese caso, se podría permitir que los propietarios conserven al animal. Para ello, es necesario que se registren ante la jurisdicción correspondiente, cumplan con las obligaciones y responsabilidades que las autoridades determinen.
“Existen permisos para el aprovechamiento de fauna silvestre tanto para actividades comerciales como no comerciales. Sin embargo, no están estipulados para casos en los que la gente quiera tener especies silvestres como animales de compañía”, explicó el abogado.
En ningún caso los animales llegaron a las fincas por voluntad propia. La diferencia es que la jurisdicción correspondiente le dio ciertas responsabilidades a Yaneth para poder tener a estos seres en su finca. Por otro lado, Carlos adquirió a las babillas hace cuatro años. Han estado tanto tiempo lejos de su lugar natural que devolverlos podría representar un riesgo para su supervivencia. “Cuando un animal es sacado de su hábitat es muy difícil hacer que vuelvan, por eso muchas veces terminan estando en entidades de protección que les dan la mejor protección”, manifestó Ramírez, miembro de Verdes Animalistas.
Porqué no tener animales silvestres como mascotas
Es importante que las personas desarrollen conciencia y comprendan que los animales silvestres no deben ser considerados como mascotas. Además de que este acto es un delito, hay otras razones para no tener fauna silvestre. Algunas especies están adaptadas para habitar únicamente en entornos específicos, y sacarlas de su medio natural puede tener repercusiones negativas en su bienestar y supervivencia. Necesitan una dieta variada y condiciones especializadas que solo pueden obtener de su entorno.
Es el caso del loro orejiamarillo y la palma de cera. En Semana Santa se solía usar las palmas de cera para hacer los ramos de la celebración del Domingo de Ramos. Esto provocó que los loros orejiamarillos empezaran a perder donde anidar. Ahí se les dio una oportunidad a los traficantes de empezar a comercializar estos animales, que además son monógamos. “Cuando uno de los dos loritos de una pareja, es capturado o se muere, el otro queda de por vida solo, lo que dificulta que se pueda seguir dando la regeneración de la especie”, explicó el miembro de Verdes Animalistas.
Cuidado de la palma de cera y el loro orejiamarillo. Es su hábitat natural.
Foto: Observatorio Ambiental de Bogotá
Para los animales es primordial la presencia y las lecciones de otros seres de su especie para promover su supervivencia. El animal en cautiverio suele mostrar conductas agresivas con el tiempo, a menudo sin motivo aparente, pudiendo representar un riesgo para las personas. Sin importar que se tengan a estos animales de forma idónea, se enferman, deprimen y debilitan, condición que les puede ocasionar la muerte. Por ende, se deben dejar en su hábitat natural y respetar su vida.
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*El nombre se cambió a petición de la fuente por razones de seguridad personal.